Rav Yerahmiel Barylka. |
Reflexiones del Rav Yerahmiel Barylka*
En la Mishná de Rosh Hashaná (3.8) leemos: “Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; más cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec” (Shemot 17:11). ¿Cómo podrían las manos de Moshé determinar la victoria o la derrota en la guerra? Más bien, es para indicar que cuando los israelitas elevaban sus ojos hacia lo alto y sus corazones se subordinaban a su Padre Celestial, predominarían. Y si no lo hacían, sucumbirían. Del mismo modo, la figura del serafín montada a lo alto, que los mordidos por las serpientes miraban, se recuperaban (Bemidbar 21: 8). ¿Acaso la serpiente causa la muerte o da vida? Cuando nuestros antepasados miraban hacia arriba y hacían sus corazones serviles a su Padre Celestial eran sanados, y si no, iban a perecer.
Esta reflexión incorpora varias preguntas retóricas, de las que citaremos las dos referidas a las serpientes. “Y .A. envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel… Entonces el pueblo vino a Moshé y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra .A., y contra ti; ruega a .A. que quite de nosotros estas serpientes. Y Moshé oró por el pueblo. Y .A. dijo a Moshé: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.” (Bemidbar 21: 6-8).
¿Puede una serpiente causar la muerte? ¿Puede dar vida? La “serpiente que causa la muerte” son las serpientes serafín, y la “serpiente que trae la vida” se refiere a la serpiente de cobre. La Mishná establece una analogía entre las cuestiones relativas a las manos de Moshé y las cuestiones relativas a las serpientes.