lunes, 16 de abril de 2018

El precepto del Brit Milá


12 (1) Y le dijo el Eterno a Moisés: (2) “Diles a los hijos de Israel. Si una mujer ha dado a luz un varón quedará impura siete días. Será impura como en el tiempo de su menstruación. (3) Y el día octavo será circuncidado el prepucio del niño. (4) Ella permanecerá durante treinta y tres días purificándose de su sangre. No tocará nada sagrado y no entrará en el santuario hasta que se cumplan los días de su purificación. (5) Pero si da a luz una niña, será impura durante dos semanas como en su menstruación, y sesenta y seis días permanecerá purificándose de su sangre. (6) Y al cumplirse los días de su purificación, ya sea por hijo o por hija, traerá al sacerdote un  cordero de un año por holocausto y un pichón de paloma o una tórtola por ofrenda expiatoria, a la entrada del Tabernáculo, ante el sacerdote…”.
Los conceptos de pureza o impureza que se citan en la Torá no deben entenderse como sinónimos de limpieza o suciedad, sino que se han de considerar como un estado de elevación o depresión espiritual que afectan al alma y no al cuerpo como resultado de distintas circunstancias o contextos.
La parashat Tazría (Vayikrá 12:1-8; 13:1-59), que leemos esta semana, aborda los aspectos relacionados con los estados de pureza e impureza, se presta especial atención al precepto del Brit Milá o de la circuncisión, que se cita en el versículo tercero: “…Y en el octavo día deberá hacerlo circuncidar…” Sobre este particular se describen cuatro motivos que explican las razones de por qué se prescriben los ocho días inmediatamente posteriores al nacimiento del varón. 

Desde el punto de vista facultativo o científico se ha descubierto que es exactamente en el octavo día cuando el bebé posee el más alto nivel de coagulación sanguínea. La madre, por regla general, se ha recuperado del parto en ese margen de tiempo y puede disfrutar de la ceremonia del Brit Milá.
Los cabalistas afirman que es preciso que transcurra el Shabat antes de que el niño nacido en esa semana sea circuncidado para que se impregne de la santidad del Día Sagrado y a continuación se estampe en su carne el sello de la santidad del Pacto de la Palabra o Brit Mila, que es la circuncisión.
En otro orden de cosas, en cuanto a los síntomas de la lepra o tzaría, este tipo de afección que equivocadamente se asocia con la lepra, no es otra cosa que la manifestación física de un trastorno espiritual interior. En esta parashat se identifican los tipos de afección, pero desde la idea del mal uso de la palabra, la maledicencia, difamación, calumnia y la soberbia.
Hemos de cuidar lo que decimos, porque lo que sale de nuestros labios no vuelve. La palabra puede ser tan peligrosa como una daga, tan enfermiza como la lepra, si la usamos para dañar o herir a nuestros semejantes.

Nota del Editor:
(En Israel se leen la parashat Ajaremot-Kedoshim: Vayikrá  16:20 y la Hafatará correspondiente: Yejezkel 20:2-20 Sef. Y Amós 9:7-15 Ash.)
En la galut se lee la hafatará Reyes II/4.