Mostrando entradas con la etiqueta JASHMONEOS. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta JASHMONEOS. Mostrar todas las entradas

domingo, 15 de diciembre de 2019

El milagro de Hanuká

El pueblo de Israel celebra desde la puesta del sol del próximo 22 de diciembre de 2019 (25 de Kislev 5780), y por ocho días consecutivos, la fiesta de Hanuká o de las luminarias, un  acontecimiento que recuerda la reinauguración del Templo de Jerusalem, tras la victoria de los hasmoneos sobre los seléucidas en el siglo II antes de la Era Común. En este reportaje se explica el origen de esta celebración, que se mantiene por más de 2.000 años. En las principales ciudades de España y el mundo occidental tienen lugar ceremonias de inauguración de la fiesta de Hanuká, concretamente, en Madrid y Barcelona.
El término hebreo Hanuká significa consagración o dedicación; también inauguración. Una fiesta que dura ocho días, que comienza el 25 de Kislev y que conmemora el éxito de la rebelión de los macabeos contra la persecución religiosa instigada por los sirios helénicos o seléucidas, bajo la autoridad de Antíoco IV Epifanes (Siglo II antes de la Era Común). 
El próximo domingo, día 22, por la noche, ya 25 de Kislev, según nuestro calendario, tiene lugar el prendido de la primera vela de Hanuká, y que se sucede sucesivamente noche tras noche hasta completar la octava candela colocada en un candelabro de ocho brazos o janukía.
Retomando el comentario histórico, la revuelta fue encabezada por Matitiahu (Matatías), de la estirpe de los hasmoneos, familia sacerdotal, primeramente, y luego continuada por sus hijos (especialmente, por Yehudá Hamacabi, Judas "el Martillo"), que liberaron eventualmente Jerusalem y el Templo profanado, que posteriormente, fue consagrado al culto de D-s,- de aquí el nombre de Hanuká, fiesta de la dedicación. Tal como se especifica en el Talmud (Shabat 21b), los judíos victoriosos encontraron sólo un recipiente de aceite no contaminado, puro (kasher), requerido para mantener prendido el ner tamid o lámpara perpetua que ardía en el Templo. Sin embargo, era suficiente para un día únicamente en condiciones normales, este aceite duró milagrosamente ocho días, tiempo preciso para asegurar el aprovisionamiento fresco de aceite de oliva puro para la lámpara, de suyo que el nombre adicional de la festividad es Jag Haurim (fiesta de las luces).