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jueves, 24 de marzo de 2016

Ascender a lo más alto


Lectura de la Torá para Shabat, 16 de Adar Bet 5776

Sábado, 26 de marzo de 2016

Parashat Tzav
Vayikrá:  6-8
Haftará: Isaías 7:21-8:3

Y le dijo el Eterno a Moisés: “Ordena a Aarón y a sus hijos, diciéndoles:-Esta es la ley del holocausto. Permanecerá encendido sobre el altar toda la noche hasta la mañana, con el fuego ardiendo. Y el sacerdote, vestido con túnica de lino y calzones de lino sobre su carne quitará las cenizas dejadas por la combustión de los holocaustos y las pondrá en el costado del altar“ …
En esta parashat Tzav (Ordena) vemos y apreciamos cómo la Torá dicta normas precisas con respecto a la Olá que fue consumida por un progresivo y firme fuego durante toda la noche. “Un fuego arderá continuamente sobre el altar, no deberá ser extinguido” (Vayikrá 6:6). Cada mañana, el kohen (sacerdote) añadía nueva leña para que continuara con firmeza la llama ígnea.
De esta manera es enunciado un gran y vital principio para conducirnos en nuestras vidas y para mantener su calidad espiritual. El alma del hombre, según opinión del rab Elías Levi, “es como una llama que debe dar un salto y llegar siempre hacia arriba para comunicarse y vincularse con H'. Así como la nueva leña era colocada diligentemente cada mañana sobre el altar para mantener su fuego, así debemos nosotros ser constantes con nuestro celo para espiritualizar cada faceta de nuestra existencia cotidiana. Estamos obligados a ser resplandor a nuestra comunidad y la sociedad”.

jueves, 26 de marzo de 2015

Parashat Tzav

Rav Yerahmiel Barylka.

Reflexiones del Rav Yerahmiel*


Si nos esforzáramos un poco en la lectura de la Torá, podríamos llegar a descubrir infinitas enseñanzas que se encuentran veladas en el texto.Durante muchos años nos acostumbramos a estudiar traduciendo y ese esfuerzo no nos permitía siquiera analizar el tema que analizábamos, excepto muchos años después. Pero, aún aquellos que aprendieron hebreo desde jóvenes y estudiaron Torá en su idioma, si no prestan especial atención, pueden pasar por alto las enseñanzas que se derivan del modo en el que están escritas las anécdotas y las mitzvot. En unos pocos versículos de nuestra parashá, -que habla de las ofrendas-, podemos aprender todo un sistema de vida, un modelo de servicio, un esquema que servirá para elevarnos moralmente, un boceto para nuestra propia vida espiritual. 
El rav Moshé Tzvi Neria de bendita memoria, citaba el pasuk de la parashá, “Manda a Aharón y a sus hijos diciéndoles que éstas son las instrucciones para el holocausto: El holocausto se quemará sobre el altar toda la noche, hasta la mañana; y el fuego del altar arderá en él” (6:2) y Rashí nos dice, citando a Torat Cohanim, no hay tzav, -una orden imperativa-, sino cuando se indica que se debe proceder con la mayor velocidad. Nos enseña Rabí Shimón, no se debe perder tiempo, particularmente, cuando la demora puede provocar alguna pérdida económica. Así .A. nos ordenó ofrendar rápidamente, sabiendo qué difícil es que podamos acercarnos a la divinidad y separarnos del mundo material. Ya Mesilat Yesharim, la obra magna de rabí Moshé Jaim Luzzato, nos decía “los seres humanos desean descansar físicamente y odian las molestias, por lo que a esa clase de personas se le hará difícil el servicio divino. al que desee comer plácidamente, descansar y dormir sin que lo molesten, y no correrá a ningún lado, se le dificulta levantarse una hora antes para ir al templo, o abreviar el tiempo de su almuerzo para ir a Minjá, o para cumplir cualquier mitzvá…”.