El próximo 27 del presente
mes de enero se celebra en todo el mundo el Día Internacional para el Recuerdo
de las Víctimas del Holocausto o HaShoa. Con tal motivo y fieles a esta cita
anual recuperamos para nuestros lectores, en honor a las víctimas de la
barbarie humana que avergüenza a la Europa del Siglo XX y al conjunto de mundo
civilizado por no haberlo prevenido o evitado.
Una fecha para el
recuerdo, la meditación y el estudio de uno de los pasajes más negros y
horrendos de la historia de la Humanidad, que supuso la aniquilación de más de
seis millones de personas en Europa. Un día que no puede pasar desapercibido y
que nos ha de servir para recapacitar sobre las nefastas consecuencias del odio
interracial, interreligioso, político o de otra naturaleza. La mejor prevención
de los delitos de odios consiste en la educación temprana en el seno de las
familias, las escuelas y universidades, en la información veraz y transparentes
sobre las causas y efectos de la conducta
humana que derivó en ese desastre, en particular, y en los sucesivos que se han
gestado desde la antigüedad. Aprender de la historia para que no se repita.
Antecedentes
Shoah
significa literalmente desastre ruina, catástrofe, específicamente Hashoáh, el
Holocausto de la Judería Europea programado y ejecutado por los nazis desde el
ascenso al poder de Adolfo Hitler en 1933 hasta el final de la Segunda Guerra
Mundial en 1945. Aunque también hay que tener en cuenta que el Pueblo Judío
sufrió grandes pérdidas a lo largo de la historia, como por ejemplo durante la
época romana y por las masacres desatadas en el curso de las cruzadas, los
pogroms de Europa de la Edad Media, la Inquisición española, revuelta de
Chmielnicki en Ucrania en el siglo XVII, la política nazi del genocidio en el
siglo XX “civilizado” fue única por su alcance e intensidad.
El
daño del escepticismo y tolerancia ante el mal
La política hitleriana basada en su idea de la raza
superior teutónica en guerra con los pueblos “inferiores” se formuló en 1933,
pero fue considerada con escepticismo, incluso en Alemania, hasta su
aplicación. La destrucción total del Pueblo Judío (“Solución Final del Problema
Judío” en la engañosa jerga nazi fue
planteada por ideólogos, organizada por líderes de la Gestapo y la SS, como
Heydrich, Himler, Eichmann y otros, comunes y austríacos, ayudados por
colaboradores en los territorios bajo control nazi.