Reflexiones del Rav Yerahmiel Barylka*
Parashat Haazinu es única entre todas las parashiot de la Torá porque consiste casi en su totalidad (cuarenta y tres, de cincuenta y dos versos) de una “Shirá”, un poema o una canción, que es una profecía de lo que va a ocurrir a los hijos de Israel, en algún momento en el futuro, después de su entrada a Canaán. Hacia el final de la parashá de la semana pasada, el Todopoderoso mismo forma Moshe del propósito subyacente de este poema: “... Por tanto, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel. Porque yo le introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerá, y se aciará, y se engordará; y se volverá a dioses ajenos, y les servirán, y me enojarán, y anularán mi pacto.
Y será que cuando le vinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara por testigo, que no será olvidada de la boca de su simiente; porque yo conozco su ingenio, y lo que hace hoy antes que le introduzca en la tierra que juré.... “(31: 19-21).
La canción de Haazinu, que prevé el abandono de los israelitas de Dios y el castigo que siguió, testifica que el Todopoderoso ha prevenido a su pueblo de la causalidad pecado-castigo. En palabras de Ibn Ezra (31:19), “es como si la canción responde a los que dicen: ”¿Por qué tiene nos suceden estas dificultades?