Pésaj, que literalmente significa saltear, es sin duda una de las festividades más queridas y trascendentales del calendario hebreo, una festividad en la que nos hemos reunido en torno a la mesa del Séder (orden) —generación tras generación, por más de 3300 años— para celebrar y rememorar; para trascender el tiempo y vivir una experiencia realmente transformadora y sublime. La festividad de Pésaj representa una oportunidad para liberarnos de todos aquellos yugos que nos mantienen cautivos y marchar rumbo a la libertad.
Este año 5780 de nuestro calendario, Pésaj tendrá lugar desde la noche del próximo miércoles, 8 de abril de 2020 (del 15 al 22 de Nisán) al 16 de abril, inclusive. El séder de Pésaj tiene lugar durante dos noches, 8 y 9 de abril en la diáspora y una (9 de abril) en Israel. En esas dos noches todas las familias judías del mundo recitan la Hagadá o relato de Pésaj, generalmente, en sus hogares y hoteles. Sin embargo, este año, debido a la crisis sanitaria del coronavirus, limitará su celebración estrictamente en familia, guardando los protocolos impuestos por las autoridades sanitarias adptadas por la mayoría de los países del mundo, en general, y por Israel, en particular.
Como expresamos al comienzo de este modesto artículo, Pésaj es por excelencia la fiesta de la libertad del pueblo de Israel en la que, entre otras cosas, se recuerda y conmemora la salida de Egipto, y se la define como Jag Haaviv y Jag Hamazot, su terminología más específica, la festividad de los panes ácimos. Es la primera de las tres festividades de peregrinación del calendario hebreo, es decir Shalosh Regalim, Jag HaPesaj, Jag Shavuot y Jag Sukot. Por el consumo del pan ázimo (matzá) se le distinguen del resto de las celebraciones de peregrinaje y es recordada por niños y adultos en el séder de Pesaj que en la diáspora tiene lugar durante las dos primeras noches, y en Israel en la primera solamente.