domingo, 1 de junio de 2014

"Sión siempre ha estado en el corazón del Pueblo Judío"



El rabino  Yerahmiel Barylka clausuró, días atrás, la Semana Temática de Israel en Tenerife, que tuvo lugar en La Laguna, bajo los auspicios de la Embajada de Israel en España y el Ayuntamiento de La Laguna, con la colaboración del Casino, Ateneo y Teatro Leal de la Ciudad de Aguere, Patrimonio de la Humanidad, y que contó, en la jornada de apertura, con la asistencia y destacada participación del embajador de Israel, Alón Bar, quien aprovechó su estancia en la Isla para entrevistarse con el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, y con el alcalde  de La Laguna, Fernando Clavijo. En la organización y desarrollo de estas jornadas desempeñó un papel destacado Ángel Quintero, quien actuó como anfitrión de las personalidades participantes en las mismas.
Yerahmiel Barylka./R.BEN-ABRAHAM

El titular de la Sinagoga de la Moraleja de Madrid disertó sobre “La moralidad en el Judaísmo ante el retorno a Sión, las principales corrientes en las que se dividieron los inmigrantes antes del establecimiento del Estado de Israel en 1948, su ideología y la reconstrucción del pasado común”.  En su disertación subrayó que “Sión siempre ha estado en el corazón del pueblo judío”, como se pone de manifiesto en sus plegarias o libro de oraciones a través de las generaciones,  aunque con algunas salvedades en el tiempo.

El rav Barylka explicó el proceso de formación de la sinagoga en el retorno a Sión, a Jerusalem, donde no había rezos diarios constituidos a grupos de personas. En la época del templo cada uno podía dirigir sus plegarias de forma espontánea. “Cuando el templo desaparece-añade-los sabios buscan una manera de poder mantener en el tiempo lo que se había perdido.
“Nosotros encontramos en la lectura bíblica-indica-tres relaciones sobre tres patriarcas que hicieron servicios religiosos porque están marcados como que efectuaban algún tipo de actos de plegaria. Uno de ellos es Abraham: “Y se levantó Abraham en la mañana” y dicen los comentaristas que no sólo se levantó temprano sino que elevo su plegaria a D-s. Varios versículos después en el mismo libro del Génesis aparece una segunda relación, en la que se indica que -y salió Isaac, el patriarca, a dialogar en el campo al atardecer-y sobre este particular dicen los exégetas que no hay diálogo bíblicamente hablando y menos en el campo que elevara una plegaria; y sucede que  encontramos en el patriarca Jacob lo mismo. Sin embargo, a lo largo de toda la Biblia no encontramos, excepto algunas referencias particulares a lo que hoy debería ser considerado como un servicio religioso, pero a partir del individuo y n o de la comunidad”.
EL PROTOTIPO DE LA PLEGARIA DE JANA
 Puso como ejemplo unas de sus citas preferidas protagonizada por la plegaria silenciosa de Jana y al respecto indicó que “los sabios del Talmud dicen que la plegaria ideal es la formulada por esta mujer. Debemos tomar el prototipo de la mujer Jana, cómo hablamos con D-s, solamente moviendo los labios, prácticamente, sin que se oiga murmullo y hablamos con el idioma del corazón. Los sabios del Talmud expresan que aquella persona que quiere orar a D-s y le grita es un hombre de poca fe, porque cree que D-s es sordo. Él no necesita escuchar las voces, porque puede leer en los corazones”.
El rabino Barylka puso de relieve que en la historia del pueblo judío desde las oraciones de Abraham, Isaac y Jacob, pasando por la plegaria de Jana, aparecen sólo citas esporádicas, pero no había un lugar donde las personas fuesen a orar. “Había un lugar donde las personas efectuaban sus ofrendas y  desde ese lugar de las ofrendas-agregó-llegamos a la época del Rey David, en torno a 1.100 años antes de la Era Común. Y David quiere construir un templo único en la ciudad de Jerusalem y D-s no le autoriza la edificación del templo, pero será su hijo el Rey Salomón quien lo lleve a cabo. Y es allí el único lugar donde los judíos podían elevar plegarias sin ningún  tipo de devocionario o libro, mientras presentaban las ofrendas”. Sin embargo, se van introduciendo plegarias declaratorias como el Shemá Israel, o Escucha, Israel: el Señor es uno, las bendiciones del Cohen y la confesión de los pecados”.
En su conferencia aludió a las fiestas de peregrinación: Pesaj, Shavuot y Sucot y subrayó que en la época que existía el Templo no hay constancia del desarrollo de ningún servicio público. Cuando tiene lugar la destrucción del primer Templo por Nabucodonosor, los judíos regresan a Sión y se encuentran como que los que se habían quedado allí habían olvidado la letra de la Biblia y Esdrá y Nejemías necesitan reeducar al pueblo y obligan la enseñanza del Pentateuco los días lunes, jueves y sábado. La razón obedece a que se trataba de aquellos días de mercado, y, por tanto, de mayor concurrencia de gente.
En otro apartado de su intervención, aludió a las traducciones del texto bíblico y a la irrupción de las academias de estudio. Al producirse la destrucción del segundo Templo en el año 70 de la Era Común, los sabios de la Gran Asamblea (120), que venían a representar 10 por tribu, se encuentran con que no hay templo y que la gente va a olvidar el idioma y a dispersarse. Sin embargo, una vez acaecida la caída de Betar, se encuentra una solución consistente en la sustitución de las ofrendas por las plegarias. Es decir, si en el Templo había ofrendas por la mañana, tarde y noche, se haría lo propio con la implantación de los tres rezos diarios. El primer texto  básico  se forma con los salmos del Rey David, con su parte poética, al que se añade la declaración de fe con un fragmento de la Biblia y luego se crea lentamente el reemplazo de lo que el Sumo Sacerdote hacía en las bendiciones. Añadió que la conformación de las bendiciones que pronuncian en los servicios religiosos actuales terminó de ser aceptado por los judíos, recién acontecido el año 300 de la Era Común. Es decir, todavía no se había cerrado el devocionario u orden (sidur), porque todavía se siguen agregando poesías escritas por personas con sensibilidad que no son aceptadas por todos los judíos.
Puso de manifiesto la gran aportación al orden de los rezos o plegarias de los judíos españoles o sefaradíes y sobre el sentimiento de amor hacia España desde el exilio acaecido a partir de la expulsión de 1492. El ladino está presente aún en los libros de oraciones. Destacó como hecho relevante la trascendencia que deparó para el pueblo judío el establecimiento del Estado de Israel en 1948, el cumplimiento de su sueño y anhelo albergado desde siglos de retornar a la tierra prometida, porque Sión siempre ha estado en el corazón y sentimiento del pueblo judío.