El rabino Yerahmiel Barylka clausuró, días atrás, la Semana Temática de Israel en Tenerife, que tuvo lugar en La Laguna, bajo los auspicios de la Embajada de Israel en España y el Ayuntamiento de La Laguna, con la colaboración del Casino, Ateneo y Teatro Leal de la Ciudad de Aguere, Patrimonio de la Humanidad, y que contó, en la jornada de apertura, con la asistencia y destacada participación del embajador de Israel, Alón Bar, quien aprovechó su estancia en la Isla para entrevistarse con el presidente del Cabildo, Carlos Alonso, y con el alcalde de La Laguna, Fernando Clavijo. En la organización y desarrollo de estas jornadas desempeñó un papel destacado Ángel Quintero, quien actuó como anfitrión de las personalidades participantes en las mismas.
Yerahmiel Barylka./R.BEN-ABRAHAM |
El titular de la Sinagoga de la
Moraleja de Madrid disertó sobre “La moralidad en el Judaísmo ante el retorno a
Sión, las principales corrientes en las que se dividieron los inmigrantes antes
del establecimiento del Estado de Israel en 1948, su ideología y la
reconstrucción del pasado común”. En su
disertación subrayó que “Sión siempre ha estado en el corazón del pueblo
judío”, como se pone de manifiesto en sus plegarias o libro de oraciones a
través de las generaciones, aunque con
algunas salvedades en el tiempo.
El rav Barylka explicó el proceso de formación de la sinagoga en el retorno a Sión, a Jerusalem, donde no había rezos diarios constituidos a grupos de personas. En la época del templo cada uno podía dirigir sus plegarias de forma espontánea. “Cuando el templo desaparece-añade-los sabios buscan una manera de poder mantener en el tiempo lo que se había perdido.
“Nosotros encontramos en la
lectura bíblica-indica-tres relaciones sobre tres patriarcas que hicieron
servicios religiosos porque están marcados como que efectuaban algún tipo de
actos de plegaria. Uno de ellos es Abraham: “Y se levantó Abraham en la mañana”
y dicen los comentaristas que no sólo se levantó temprano sino que elevo su
plegaria a D-s. Varios versículos después en el mismo libro del Génesis aparece
una segunda relación, en la que se indica que -y salió Isaac, el patriarca, a
dialogar en el campo al atardecer-y sobre este particular dicen los exégetas
que no hay diálogo bíblicamente hablando y menos en el campo que elevara una
plegaria; y sucede que encontramos en el
patriarca Jacob lo mismo. Sin embargo, a lo largo de toda la Biblia no
encontramos, excepto algunas referencias particulares a lo que hoy debería ser
considerado como un servicio religioso, pero a partir del individuo y n o de la
comunidad”.
EL PROTOTIPO DE LA PLEGARIA DE
JANA
Puso como ejemplo unas de sus citas preferidas
protagonizada por la plegaria silenciosa de Jana y al respecto indicó que “los
sabios del Talmud dicen que la plegaria ideal es la formulada por esta mujer.
Debemos tomar el prototipo de la mujer Jana, cómo hablamos con D-s, solamente
moviendo los labios, prácticamente, sin que se oiga murmullo y hablamos con el
idioma del corazón. Los sabios del Talmud expresan que aquella persona que
quiere orar a D-s y le grita es un hombre de poca fe, porque cree que D-s es
sordo. Él no necesita escuchar las voces, porque puede leer en los corazones”.
El rabino Barylka puso de relieve
que en la historia del pueblo judío desde las oraciones de Abraham, Isaac y
Jacob, pasando por la plegaria de Jana, aparecen sólo citas esporádicas, pero
no había un lugar donde las personas fuesen a orar. “Había un lugar donde las
personas efectuaban sus ofrendas y desde
ese lugar de las ofrendas-agregó-llegamos a la época del Rey David, en torno a
1.100 años antes de la Era Común. Y David quiere construir un templo único en
la ciudad de Jerusalem y D-s no le autoriza la edificación del templo, pero
será su hijo el Rey Salomón quien lo lleve a cabo. Y es allí el único lugar
donde los judíos podían elevar plegarias sin ningún tipo de devocionario o libro, mientras
presentaban las ofrendas”. Sin embargo, se van introduciendo plegarias
declaratorias como el Shemá Israel, o Escucha, Israel: el Señor es uno, las
bendiciones del Cohen y la confesión de los pecados”.
En su conferencia aludió a las
fiestas de peregrinación: Pesaj, Shavuot y Sucot y subrayó que en la época que
existía el Templo no hay constancia del desarrollo de ningún servicio público.
Cuando tiene lugar la destrucción del primer Templo por Nabucodonosor, los
judíos regresan a Sión y se encuentran como que los que se habían quedado allí
habían olvidado la letra de la Biblia y Esdrá y Nejemías necesitan reeducar al
pueblo y obligan la enseñanza del Pentateuco los días lunes, jueves y sábado.
La razón obedece a que se trataba de aquellos días de mercado, y, por tanto, de
mayor concurrencia de gente.
En otro apartado de su
intervención, aludió a las traducciones del texto bíblico y a la irrupción de
las academias de estudio. Al producirse la destrucción del segundo Templo en el
año 70 de la Era Común, los sabios de la Gran Asamblea (120), que venían a
representar 10 por tribu, se encuentran con que no hay templo y que la gente va
a olvidar el idioma y a dispersarse. Sin embargo, una vez acaecida la caída de
Betar, se encuentra una solución consistente en la sustitución de las ofrendas
por las plegarias. Es decir, si en el Templo había ofrendas por la mañana,
tarde y noche, se haría lo propio con la implantación de los tres rezos
diarios. El primer texto básico se forma con los salmos del Rey David, con su
parte poética, al que se añade la declaración de fe con un fragmento de la
Biblia y luego se crea lentamente el reemplazo de lo que el Sumo Sacerdote
hacía en las bendiciones. Añadió que la conformación de las bendiciones que
pronuncian en los servicios religiosos actuales terminó de ser aceptado por los
judíos, recién acontecido el año 300 de la Era Común. Es decir, todavía no se
había cerrado el devocionario u orden (sidur), porque todavía se siguen
agregando poesías escritas por personas con sensibilidad que no son aceptadas
por todos los judíos.
Puso de manifiesto la gran
aportación al orden de los rezos o plegarias de los judíos españoles o
sefaradíes y sobre el sentimiento de amor hacia España desde el exilio acaecido
a partir de la expulsión de 1492. El ladino está presente aún en los libros de
oraciones. Destacó como hecho relevante la trascendencia que deparó para el
pueblo judío el establecimiento del Estado de Israel en 1948, el cumplimiento
de su sueño y anhelo albergado desde siglos de retornar a la tierra prometida,
porque Sión siempre ha estado en el corazón y sentimiento del pueblo judío.