Rav Yerahmiel Barylka. |
Reflexiones del Rav Yerahmiel Barylka*
“Mientras los israelitas acampaban en Shitín, comenzaron a prostituirse con las mujeres Moabitas, las cuales los invitaban a participar en los sacrificios a sus dioses… comían delante de esos dioses y se inclinaban a adorarlos. Esto los llevó a unirse al culto de Baal Peor. Por tanto, la ira de .A. se encendió contra ellos.”(Bemidbar 25: 1-3). Sabemos que la deidad principal de Moav no era Peor, sino Kemosh (ver Bemidbar 21:29, Melajim I 11:33, Irmiahu 48:46, etc.) que era adorado a través de sacrificios y genuflexiones. Peor, sin embargo, era adorado de una manera muy diferente: no a través de inmolaciones, sino desnudándose y evacuando sobre la figura de ídolos (véase la Guemará citada por Rashí).
Es significativo que la Torá nos hable de la ira de .A. por Peor. Además, cada vez que la Torá se refiere al pecado con las mujeres de Moav, lo representa como “el asunto de Peor” (Bemidbar 25:18, 31:16), lo que es una clara indicación de que Peor representaba la esencia del pecado. El número de personas que murieron como resultado de esta caída fue de 24.000, que frente a las 3 mil muertes provocadas por el pecado del becerro de oro, nos indica su gravedad.
Pensemos por un momento más allá de la forma concreta en que Peor era adorado, y consideramos la ideología que yacía detrás de él. Peor representa una ideología de moda también hoy en día, el comportarnos como lo haríamos en estado natural, y como consecuencia, haber perdido la sensación de vergüenza (bushá) cualidad que distingue al hombre de los animales.
Según esta ideología, no hay ninguna razón para que el hombre sienta vergüenza. “Lo que es natural es bueno” ¿Por qué deberíamos ocultarnos para realizar las funciones físicas más básicas y naturales? Visto desde esta perspectiva, la forma del culto a Peor es de hecho elocuente, que expresa una postura filosófica desarrollada - una actitud, que sin embargo, el Judaísmo rechaza enérgicamente. La Torá comienza con la tensión entre la naturaleza en estado puro y la vergüenza. El efecto de comer del árbol del conocimiento, como se recordará, fue “conocer la diferencia entre el bien y el mal” (Bereshit 2:17). Inmediatamente después de la degustación de ese árbol adquirimos la capacidad de distinguir. La primera acción de Adam y Java cuando “se les abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez…, entretejieron hojas de higuera para cubrirse” (Bereshit 3: 7). Adam reacciona al darse cuenta de que no estaba vestido, con turbación y desasosiego: “Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí...” (3:10). Hasta que más tarde, es .A. mismo el que le “hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió”. (3:21).
Los cabalistas expresan esta idea como elemento central de toda la creación. Al mezclar las letras de la primera palabra de la Torá, “Bereshit”, se puede obtener “yere boshet” –“consciente de la vergüenza”, que representa la antítesis de la naturaleza incontrolada representada por Baal Peor. El compromiso del hombre es trascender y perfeccionar a la naturaleza y no ser simplemente parte de ella. Entre los días de Baal Peor y nuestros tiempos, ha habido otros que cuestionaron la afirmación teológica de que el hombre debe alterar en un cierto grado la creación de .A. El rechazo de la ideología de Peor se expresa no sólo en varias mitzvot de la Torá, sino también en la descripción de la tumba de Moshé Rabenu, cuando la Torá dice “Y fue sepultado en Moav, en el valle que está frente a Bet Peor, pero hasta la fecha nadie sabe dónde está su sepultura” (Devarim 34: 6). Podemos preguntarnos si la Torá no alcanzaba encontrar una manera más estética para describir la ubicación, y si no podría haber cerrado un tema tan sensible con imágenes más bonitas que la de Peor. Moshé permanece eternamente sublevado contra Peor. Uno de los principios de nuestra Torá es que no todo lo que es natural es saludable.
Y en efecto, toda la Torá desde Bereshit a Vezot Habrajá, entreteje recordatorios muy fuertes de este valor.
*Rav Yerahmiel Barylka.
Sinagoga Rambam. Madrid.