Hoy retomamos la difusión de los orígenes del calendario hebreo. En esta edición nos referimos al Año Judío.
La Luna marca los tiempos en el calendario hebreo. |
Un año hebreo incluye un ciclo completo de las cuatro estaciones del año, y, a
su vez, debe contar con un número exacto de meses lunares.
De esta manera, el año hebreo puede tener tanto 12 meses (año simple), como 13 (año bisiesto, o en hebreo שנה מעוברת, "año preñado").
Hoy en día es sabido que las estaciones del año se deben a la traslación de la Tierra en torno al Sol, ciclo denominado en astronomía "año trópico" (365 días, 5 horas, 48 minutos y 44 segundos). Al ser el año trópico sensiblemente más largo que el año lunar de 12 meses (354 días, 8 horas y 49 minutos), se iría trasladando Pesaj indefectiblemente hacia el invierno, contrariamente al precepto bíblico, si el año hebreo durase 12 meses de manera constante. Para evitarlo, se agrega un decimotercer mes a fin de año, cada vez que la diferencia acumulativa entre el año solar y el lunar, de unos 11 días por año, alcanza a formar un mes entero.
De esta manera, el año hebreo puede tener tanto 12 meses (año simple), como 13 (año bisiesto, o en hebreo שנה מעוברת, "año preñado").
Hoy en día es sabido que las estaciones del año se deben a la traslación de la Tierra en torno al Sol, ciclo denominado en astronomía "año trópico" (365 días, 5 horas, 48 minutos y 44 segundos). Al ser el año trópico sensiblemente más largo que el año lunar de 12 meses (354 días, 8 horas y 49 minutos), se iría trasladando Pesaj indefectiblemente hacia el invierno, contrariamente al precepto bíblico, si el año hebreo durase 12 meses de manera constante. Para evitarlo, se agrega un decimotercer mes a fin de año, cada vez que la diferencia acumulativa entre el año solar y el lunar, de unos 11 días por año, alcanza a formar un mes entero.
Bisiesto o embolismal
El año hebreo bisiesto
es un año de 13 meses, denominado en hebreo "shaná me'ubéret" (שנה מעוברת,
"año preñado" o embolismal), metaforizando al mes agregado cual si
fuera el feto de una mujer embarazada; y de aquí que los métodos de institución
de tal año, se llamen "ibur" (del hebreo עיבור, "preñamiento"); y en
castellano, embolismo. El embolismo del calendario hebreo, consiste en la
duplicación del mes de Adar, de manera que se intercala un nuevo mes de 30
días, llamado Adar "A" (אדר א, "Adar álef"), antes del mes de
Adar original, que pasa a ser Adar "Bis" (אדר ב, "Adar bet"). La principal razón
por la que fue elegido justamente el mes de Adar para su duplicación es por ser
el mes inmediato anterior a Nisán, el mes de la primavera, el de la salida de
Egipto y en el que cae la Pascua judía, "Pésaj" (פסח), según indica la
Biblia: "Guardarás el mes de Aviv (= primavera), y harás pascua a H’ tu D-s;
porque en el mes de Aviv te sacó Hashem, tu D-s de Egipto" (Devarim 16:1).
Otro motivo radica en que Adar era antiguamente el último mes del año, e
históricamente se prefería hacer el agregado a fin de año. Ello se asemeja a lo
ocurrido con el 29 de febrero, agregado justamente allí porque antiguamente era
febrero el último mes del año romano.
El método original de embolismo, desarrollado alrededor del siglo VI antes de la Era Común, establecía que habría de agregarse un mes más, en tres años de cada ciclo de ocho. Ya en el siglo V de la Era Común, se perfeccionó el sistema, estipulándose de ahí en adelante que el agregado habría de hacerse en siete años por cada ciclo de diecinueve. Se estima que dichas técnicas tienen sus raíces en los conocimientos de astronomía de los babilonios, muy adelantados para su época, y del astrónomo griego Metón (siglo V antes de E.C.), y son aceptadas hasta el día de hoy.
El método original de embolismo, desarrollado alrededor del siglo VI antes de la Era Común, establecía que habría de agregarse un mes más, en tres años de cada ciclo de ocho. Ya en el siglo V de la Era Común, se perfeccionó el sistema, estipulándose de ahí en adelante que el agregado habría de hacerse en siete años por cada ciclo de diecinueve. Se estima que dichas técnicas tienen sus raíces en los conocimientos de astronomía de los babilonios, muy adelantados para su época, y del astrónomo griego Metón (siglo V antes de E.C.), y son aceptadas hasta el día de hoy.
Fuentes:
Poznanski, Samuel (1911).
«Calendar (Jewish)». Encylopædia of Religion and Ethics.
Woods,
F.H. (1911). «Calendar (Hebrew)». Encylopædia of Religion and Ethics.
Feldman,
W.H. (1978). Rabbinical Mathematics and Astronomy (3 edición). Sepher-Hermon
Press.
Spier,
Arthur (1986). The Comprehensive Hebrew Calendar. Feldheim.
Resnikoff,
L.A. (1943). «Jewish calendar calculations». Scripta Mathematica (9):
pp. 191-195, 274-277.
Reingold,
Edward M.; Dershowitz, Nachum (2011). Calendrical Calculations: The
Millenium Edition (2 (July 1, 2001) edición). Cambridge University Press.