Lectura de la Torá para Shabat, 27 Adar Bet 5774
Shabat, 29 de marzo de 2013
TzaríaParashat HajódeshShabat MevarjimVayikrá12:1-8; 13:1-59Haftará: Reyes II/4
12 (1) Y le dijo el Eterno a Moisés: (2) “Diles a los hijos de Israel. Si una mujer ha dado a luz un varón quedará impura siete días. Será impura como en el tiempo de su menstruación. (3) Y el día octavo será circuncidado el prepucio del niño. (4) Ella permanecerá durante treinta y tres días purificándose de su sangre. No tocará nada sagrado y no entrará en el santuario hasta que se cumplan los días de su purificación. (5) Pero si da a luz una niña, será impura durante dos semanas como en su menstruación, y sesenta y seis días permanecerá purificándose de su sangre. (6) Y al cumplirse los días de su purificación, ya sea por hijo o por hija, traerá al sacerdote un cordero de un año por holocausto y un pichón de paloma o una tórtola por ofrenda expiatoria, a la entrada del Tabernáculo, ante el sacerdote…”
Los conceptos de pureza o impureza que se citan en la Torá
no deben entenderse como sinónimos de limpieza o suciedad, sino que se han de
considerar como un estado de elevación o depresión espiritual que afectan al
alma y no al cuerpo como resultado de distintas circunstancias o contextos.
En esta parashat, en la que alude a los aspectos relacionados
con los estados de pureza e impureza, se presta especial atención al precepto
del Brit Milá o de la circuncisión, que se cita en el versículo tercero: “…Y en
el octavo día deberá hacerlo circuncidar…” Sobre este particular se describen
cuatro motivos que explican las razones de por qué se prescriben los ocho días
inmediatamente posteriores al nacimiento del varón. Desde el punto de vista
facultativo o científico se ha descubierto que es exactamente en el octavo día
cuando el bebé posee el más alto nivel de coagulación sanguínea. La madre, por
regla general, se ha recuperado del parto en ese margen de tiempo y puede
disfrutar de la ceremonia del Brit Milá.
Los cabalistas afirman que es preciso que transcurra el
Shabat antes de que el niño nacido en esa semana sea circuncidado para que se
impregne de la santidad del Día Sagrado y a continuación se estampe en su carne
el sello de la santidad del Pacto de la Palabra o Brit Mila, que es la
circuncisión.
En otro orden de cosas, en cuanto a los síntomas de la lepra
o tzaría, este tipo de afección que equivocadamente se asocia con la lepra, no
es otra cosa que la manifestación física de un trastorno espiritual interior.
En esta parashat se identifican los tipos de afección, pero desde la idea del
mal uso de la palabra, la maledicencia, difamación, calumnia y la soberbia.
Hemos de cuidar lo que decimos, porque lo que sale de
nuestros labios no vuelve. La palabra puede ser tan peligrosa como una daga,
tan enfermiza como la lepra, si la usamos para dañar o herir a nuestros
semejantes.