jueves, 29 de mayo de 2014

¿Y vos por qué leyes te regis?

ELÍAS DAYÉ
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HOY EN DÍA estamos acostumbrados que las leyes se ponen de acuerdo a la situación en que vive la sociedad y se establece por la mayoría de los casos. Por ejemplo, si hay muchos robos o corrupción, se promulgan leyes de acuerdo a la época y varía de acuerdo al momento. Por ejemplo, si a las personas se les ocurre casarse con animales y hay varios casos, se promulga una ley aprobando y aclarando cuales son las condiciones y pautas para llevarlo a cabo, o si hay mucha infidelidad, se mencionan cuales son las pautas y de que manera hacerlo. Siempre hay argumentos para promulgar y facilitar los  deseos de las personas. Sin embargo, las leyes que nos benefician, son las que perduran a través del tiempo y que al cumplirlas se obtienen varios beneficios, por ejemplo las leyes de transito, los semáforos, que facilitan el orden y benefician al mundo.
Lo mismo ocurre con respecto a la parte espiritual. Cuando carecemos de conocimiento y pensamos que el judaísmo funciona como una obra social, que al pagar obtenemos un servicio, o un aparente beneficio, estamos totalmente confundidos, ya que la ley judía va más allá de nuestro entendimiento superficial. Son límites que nos marcan caminos a seguir y provocan nuestro enderezamiento accediendo a una sabiduría superior. Si bien al principio lo vemos como algo no conveniente, el resultado, sin embargo es que nos beneficia permanentemente. Por lo tanto, ante una sociedad llena de incertidumbre, falta de valores y confusión, la fiesta de Shavuot y la entrega de la Tora vienen a mostrarnos una vez mas la luz, la claridad espiritual, y el crecimiento sin limites que nos ayuda a desarrollar nuestro potencial escondido, para poner el judaísmo en acción. ¿Qué perdemos si lo intentamos? Es un momento propicio para reflexionar y meditar.
Pensémoslo…