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Ethel Barylka
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La lectura de esta semana se caracteriza por tratar entre otros muchos temas, las acciones corrientes y atípicas de hombres y mujeres que pasan por situaciones límite. Sus cuestiones son numerosas y no pueden ser tratados en un artículo, por lo que comentaremos exclusivamente algunas de esas conductas relacionadas al status de la mujer en la Torá y en nuestros días a partir de las interpretaciones de los sabios talmúdicos y sus seguidores.
Entre esos temas se encuentran algunos que leímos el
Shabat pasado y otros en éste: la mujer prometida en matrimonio “¿Y quién es el hombre que se ha comprometido con
una mujer y no la ha tomado? Que se vaya y vuelva a su casa, no
sea que muera en la batalla y otro hombre la tome’ (20:7), las
mujeres tomadas como botín de guerra de las ciudades que no desearon pactar la
paz, “Solo las mujeres y los niñitos y los animales domésticos y todo lo que haya en la ciudad,
todo su despojo lo saquearás para ti; y tienes que comer el despojo de tus enemigos, los
cuales Di-os te ha dado”. (20:14), las mujeres en la sociedad polígama.
“En caso de que un hombre llegue a tener dos esposas, la una amada y la otra odiada, y ellas, la amada y la odia da, le hayan dado a luz hijos, y el hijo primogénito haya llegado a ser de la odiada, entonces tiene que suceder que el día en que él dé lo que tenga como herencia a sus hijos, no se le permitirá constituir primogénito al hijo de la amada a costa del hijo de la odiada, el primogénito. Pues debe reconocer como primogénito al hijo de la odiada, dándole dos partes en todo lo que se halle que tenga, porque ese es el principio de su facultad generativa. El derecho del puesto del primogénito le pertenece a él; (21:15-17), mujeres casadas acusadas de llegar a las nupcias sin ser vírgenes “Si un hombre toma a una mujer y se llega a ella, y después la aborrece, y la acusa de actos vergonzosos y la difama públicamente, diciendo: “Tomé a esta mujer, pero al llegarme a ella no la encontré virgen”, entonces el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de la virginidad de la joven y las llevarán a los ancianos de la ciudad, a la puerta”… Pero si el asunto es verdad, que la joven no fue hallada virgen, entonces llevarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, porque ella ha cometido una infamia en Israel prostituyéndose en la casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti” (22:13-21), mujeres que no fueren fieles a sus esposos “Si se encuentra a un hombre acostado con una mujer casada, los dos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de Israel”. (22:22); mujeres comprometidas que fueron violadas en zona pobladas “Si hay una joven virgen que está comprometida a un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, entonces llevaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque ha violado a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti” (22:23-24), mujeres comprometidas que fueron violadas en zonas despobladas: “Pero si el hombre encuentra en el campo a la joven que está comprometida, y el hombre la fuerza y se acuesta con ella; entonces morirá sólo el que se acuesta con ella, no harás nada a la joven; no hay en la joven pecado digno de muerte, porque como cuando un hombre se levanta contra su vecino y lo mata, así es este caso cuando él la encontró en el campo, la joven comprometida dio voces, pero no había nadie que la salvara” (23: 25-27); mujeres vírgenes violadas “Si un hombre encuentra a una joven virgen que no está comprometida, y se apodera de ella y se acuesta con ella, y son descubiertos, entonces el hombre que se acostó con ella dará cincuenta siclos de plata al padre de la joven, y ella será su mujer porque la ha violado; no podrá despedirla en todos sus días” (23:28-29); mujeres dedicadas a la prostitución religiosa “Ninguna de las hijas de Israel será ramera de culto pagano; tampoco ninguno de los hijos de Israel será sodomita de culto pagano. No traerás la paga de una ramera ni el sueldo de un perro a la casa de .A. tu Di-os para cualquier ofrenda votiva, porque los dos son abominación para .A. tu Di-os” (23:18); mujeres divorciadas, vueltas a casar y divorciadas nuevamente “Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, y ella sale de su casa y llega a ser mujer de otro hombre; si el segundo marido la aborrece y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, o si muere este último marido que la tomó para ser su mujer, al primer marido que la despidió no le es permitido tomarla nuevamente como mujer, porque ha sido menospreciada; pues eso es abominación ante .A.. No traerás pecado sobre la tierra que .A. tu Di-os te da por heredad” (24:1-4); viudas: “No pervertirás la justicia debida al forastero ni al huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda, sino que recordarás que fuiste esclavo en Egipto y que .A. tu Di-os te rescató de allí; por tanto, yo te man-y que .A. tu Di-os te rescató de allí; por tanto, yo te mando que hagas esto. Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no regresarás a recogerla; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda, para que .A. tu Di-os te bendiga en toda obra de tus manos. Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti, serán para el forastero, para el huérfano y para la viuda” (24:17- 20).
“En caso de que un hombre llegue a tener dos esposas, la una amada y la otra odiada, y ellas, la amada y la odia da, le hayan dado a luz hijos, y el hijo primogénito haya llegado a ser de la odiada, entonces tiene que suceder que el día en que él dé lo que tenga como herencia a sus hijos, no se le permitirá constituir primogénito al hijo de la amada a costa del hijo de la odiada, el primogénito. Pues debe reconocer como primogénito al hijo de la odiada, dándole dos partes en todo lo que se halle que tenga, porque ese es el principio de su facultad generativa. El derecho del puesto del primogénito le pertenece a él; (21:15-17), mujeres casadas acusadas de llegar a las nupcias sin ser vírgenes “Si un hombre toma a una mujer y se llega a ella, y después la aborrece, y la acusa de actos vergonzosos y la difama públicamente, diciendo: “Tomé a esta mujer, pero al llegarme a ella no la encontré virgen”, entonces el padre y la madre de la joven tomarán las pruebas de la virginidad de la joven y las llevarán a los ancianos de la ciudad, a la puerta”… Pero si el asunto es verdad, que la joven no fue hallada virgen, entonces llevarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, porque ella ha cometido una infamia en Israel prostituyéndose en la casa de su padre; así quitarás el mal de en medio de ti” (22:13-21), mujeres que no fueren fieles a sus esposos “Si se encuentra a un hombre acostado con una mujer casada, los dos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer; así quitarás el mal de Israel”. (22:22); mujeres comprometidas que fueron violadas en zona pobladas “Si hay una joven virgen que está comprometida a un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, entonces llevaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran; la joven, porque no dio voces en la ciudad, y el hombre, porque ha violado a la mujer de su prójimo; así quitarás el mal de en medio de ti” (22:23-24), mujeres comprometidas que fueron violadas en zonas despobladas: “Pero si el hombre encuentra en el campo a la joven que está comprometida, y el hombre la fuerza y se acuesta con ella; entonces morirá sólo el que se acuesta con ella, no harás nada a la joven; no hay en la joven pecado digno de muerte, porque como cuando un hombre se levanta contra su vecino y lo mata, así es este caso cuando él la encontró en el campo, la joven comprometida dio voces, pero no había nadie que la salvara” (23: 25-27); mujeres vírgenes violadas “Si un hombre encuentra a una joven virgen que no está comprometida, y se apodera de ella y se acuesta con ella, y son descubiertos, entonces el hombre que se acostó con ella dará cincuenta siclos de plata al padre de la joven, y ella será su mujer porque la ha violado; no podrá despedirla en todos sus días” (23:28-29); mujeres dedicadas a la prostitución religiosa “Ninguna de las hijas de Israel será ramera de culto pagano; tampoco ninguno de los hijos de Israel será sodomita de culto pagano. No traerás la paga de una ramera ni el sueldo de un perro a la casa de .A. tu Di-os para cualquier ofrenda votiva, porque los dos son abominación para .A. tu Di-os” (23:18); mujeres divorciadas, vueltas a casar y divorciadas nuevamente “Cuando alguno toma una mujer y se casa con ella, si sucede que no le es agradable porque ha encontrado algo reprochable en ella, y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, y ella sale de su casa y llega a ser mujer de otro hombre; si el segundo marido la aborrece y le escribe certificado de divorcio, lo pone en su mano y la despide de su casa, o si muere este último marido que la tomó para ser su mujer, al primer marido que la despidió no le es permitido tomarla nuevamente como mujer, porque ha sido menospreciada; pues eso es abominación ante .A.. No traerás pecado sobre la tierra que .A. tu Di-os te da por heredad” (24:1-4); viudas: “No pervertirás la justicia debida al forastero ni al huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda, sino que recordarás que fuiste esclavo en Egipto y que .A. tu Di-os te rescató de allí; por tanto, yo te man-y que .A. tu Di-os te rescató de allí; por tanto, yo te mando que hagas esto. Cuando siegues tu mies en tu campo y olvides alguna gavilla en el campo, no regresarás a recogerla; será para el forastero, para el huérfano y para la viuda, para que .A. tu Di-os te bendiga en toda obra de tus manos. Cuando sacudas tus olivos, no recorrerás las ramas que hayas dejado tras de ti, serán para el forastero, para el huérfano y para la viuda” (24:17- 20).
Levirato
Levirato de la mujer “Cuando dos hermanos habitan
juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se
casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como
mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado. Y será que el primogénito que ella dé a luz
llevará el nombre de su hermano difunto, para para que su nombre no sea borrado de Israel. Pero si el
hombre no quiere tomar a su cuñada, entonces su cuñada irá a la puerta, a los ancianos, y dirá:
“Mi cuñado se niega a establecer un nombre para su hermano en Israel; no quiere cumplir para
conmigo su deber de cuñado” (25:5-10). En todo este sorprendente listado no encontramos el caso
de ninguna mujer que puede determinar sus derechos, o que tenga una existencia independiente de
la figura masculina. Su condición y su identidad son definidas en función del
hombre, son vírgenes, comprometidas, casadas, segundas esposas, violadas, divorciadas,
prostitutas, viudas o tomadas o rechazadas en levirato.
El texto deja ver claramente que los derechos de los
hombres son muy distintos de los de las mujeres.
Los verbos que se usan, lo muestran desde otra
perspectiva.
La mujer configurada en objeto. Las mujeres son tomadas,
capturadas, relacionadas sexualmente, deseadas, poseídas, expulsadas, o son el ser en el que se
encuentra abominaciones.
Están a la merced de la acción del otro, varón. No de la
interacción con él, sino del que actúa sobre ellas, no necesariamente con su consentimiento.
En el texto aparecen también los límites a las relaciones
incestuosas marcando una diferencia cultural entre el pueblo israelita y las naciones
circundantes. Recordemos que tanto Cleopatra, como las descendientes de la dinastía Ptolomea, tomaban a
sus hermanos como esposos tal como los reyes incas, Calígula tomó a su hermana Drusilla
(hija de Herodes Agripas I). Pero, este tema excede lo que deseamos presentar aquí. La lectura del texto bíblico tal como ha llegado a
nuestras manos no llama la atención de los varones, acostumbrados a él, y tampoco la de las mujeres
educadas en la sociedad patriarcal que aceptaron ancestralmente el papel que le adjudicaron
los hombres y lo interiorizaron al grado de no percibir las peculiaridades del texto. Sin
embargo, los sabios del Talmud al interpretar los versículos citados, hicieron una reelaboración de las
normas para que pudieran ser aplicadas, influenciando así el pensamiento de los
hombres y las mujeres. Dieron otra lectura, más diáfana, a las mismas normas y si bien no hicieron
cambios en los textos, labor que no les fue permitida por la sacralidad de los mismos, lograron
en sus disquisiciones darle un nuevo significado. La interpretación de todas las normas quedó
en las manos de los sabios del Talmud, y cuando emprendieron su ímproba tarea lo hicieron
buscando la verdad que el texto escrito quería traslucir para todas las épocas. Las
relaciones entre los hombres y las mujeres del período bíblico no fueron las mismas que en tiempos
del Talmud, y las de nuestros días siguen modelos totalmente impensables en aquella época.
Los rabíes trabajaron investidos en el derecho concedido por la Palabra Divina,
tal como lo vemos en este apasionante relato del que se deduce claramente que el judaísmo autoriza que
sean los rabinos quienes legislen, incluso si contradicen la opinión Celestial.
El relato talmúdico del horno de Ajnai[1] según el cual
se debía determinar si esa cocina era pura o impura ritualmente, tema discutido por los sabios
Rabí Eliezer y Rabí Iehoshúa, es más que ilustrativo, de esa tendencia que dio concede lugar
especial a la interpretación más amplia de la Torá Oral[2].
“¿Qué sucedió en Ajnai?
Durante aquel día, Rabí Eliezer
presentó todos los argumentos imaginables, pero ellos no los aceptaron. Rabí Eliezer les dijo: “Si
la halajá (la ley) es como yo digo, que lo demuestre este algarrobo”.
El algarrobo se movió 100 amot[3]
y otros dijeron que 400. Ellos le dijeron: “no se presentan evidencias de árboles”. Él volvió
a decirles: “Si la Halajá es como yo digo, que las aguas lo demuestren”. Las aguas
retrocedieron. Ellos dijeron: “Las aguas no nos aportan ninguna evidencia”. Él volvió a decirles: “Si la
Halajá es como yo digo, que los muros lo demuestren”. Entonces los muros se inclinaron para caer.
Rabí Iehoshúa les dijo: “Si los sabios están empeñados en una controversia halájica, ¿por qué
interfieren?”. Los muros no llegaron a caer por respeto a Rabí Iehoshúa, y tampoco retomaron la
vertical por respeto a Rabí Eliezer. Éste volvió a decirles: “Si la halajá es como yo expongo, lo
demostrarán los cielos”. Entonces oyeron una voz del cielo que decía: “¿Qué tienen con Rabí
Eliezer? La halajá es como él señala”. Rabí Iehoshúa se levantó y dijo: “No está en los cielos”
¿Qué significa “no está en los cielos”? Rabí Irmiah dijo: “Desde el momento en el que la Torá fue entregada
en el monte Sinaí no hacemos caso a ninguna voz celestial ya que está escrito hace mucho
tiempo en la Torá dada en el Sinaí que se debe seguir a la mayoría” (Éxodo 23:2). Pasado un
tiempo Rabí Natán se encontró con el profeta Eliahu. Le preguntó: -“¿Qué hizo el Santo -bendito sea-
en aquel momento?”. Eliahu respondió: “Di-os sonrió y dijo: ‘Mis hijos me han derrotado.
Mis hijos me han derrotado”.
Rabí Eliezer trata de demostrar que la halajá ha de
seguir su opinión invocando toda una serie de maravillas y portentos, al grado que una voz celestial
declara que la halajá ha de seguirle. A pesar de esto, Rabí Iehoshúa responde citando lo
expresado en la Torá[4]: “(La Torá) no está en los cielos”, dejando en claro que después de la
revelación en Sinaí, son únicamente los rabinos quienes deben decidir en la cuestión de la halajá
siguiendo lo escrito en la Torá[5]. La asombrosa respuesta del profeta Eliahu, según la cual Di-os se rió contento, no hace más que afirmar
la importancia del proceso legislativo de los rabinos.
En este siglo y en las postrimerías del anterior, el
papel de la mujer en la familia, en la sociedad y en el trabajo cambió radicalmente. Por ello no debemos
sorprendernos de ser testigos de una dinámica y “movimiento” de la halajá, raramente
visto en las generaciones anteriores por la profundidad y urgencia de los cambios en el mundo,
particularmente en las ciencias médicas y en la técnica. Este movimiento se nota en todos
los sectores religiosos que deben pronunciarse acerca de cuestiones de actualidad que van
sucediéndose aceleradamente. El desarrollo de la Responsa, pudo normar más
derechos para la mujer y pese a las dificultades que se encuentran en la aplicación de los mismos en las
muchas de las cortes rabínicas israelíes, es totalmente incomparable la situación si se toman las
escrituras textualmente.
En casi todas las órbitas del pensamiento halájico la
interpretación fue más creativa que en lo que se refiere al lugar de la mujer que aún sigue
relegado aguardando que hombres y mujeres estudiosos y respetuosos de la Torá se animen a asumir el
desafío y el compromiso de discutir
con seriedad y pautar las normas para la vida de la mujer
en el siglo XXI. La Torá no está en el cielo, y su aplicación es para que los hombres y las
mujeres podamos vivir conforme a su espíritu y no tan sólo a su letra, tal como lo interpretaron y lo
hicieron nuestros sabios.
Una lectura femenina del texto de la parashá debe
permitirnos rescatar las normas bíblicas que fueron dadas al pueblo judío mucho antes que fueran
rescatadas por otras naciones. Si bien redactadas en un idioma que nos resulta difícil,
sabemos que parte de las cuales aún hoy no terminan de cumplirse, como por ejemplo, la violación
sistemática de las mujeres cautivas que se lleva a cabo sin que nadie siquiera levante la
voz, o las violaciones que sufrieron las prisioneras políticas en las dictaduras latinoamericanas antes de ser
asesinadas, las mujeres que son hoy raptadas y vendidas por los extemistas islámicos.
Las molestias, el acoso y la violación de las mujeres en la sociedad occidental aún no ha sido
erradicada, y la voz de la mujer acosada en el despoblado no es oída y su queja no es atendida.
Los órganos estatales desmotivan a las víctimas que desean denunciar a los
autores de los crímenes.
El incesto sigue produciéndose en el seno de las familias
de todas las clases sociales y recibe como respuesta el silencio cómplice de quienes anteponen
la honorabilidad de esposos, padres y tíos a los derechos de la mujer violada.
La trata de blancas y la prostitución, acompañadas por la
violencia y la explotación, el envenenamiento por las drogas.
La compra venta de mujeres y su comercio entre países
conlleva un nuevo modelo de esclavitud. Y muchas mujeres aún quedan ancladas al estado civil de
casadas contra su voluntad, siendo violadas en el seno de su propia cama por quienes
prometieron respetarlas. No hay duda que la parashá conmueve muchos preconceptos,
por lo que obliga a una relectura detenida, razonada, profunda y crítica.
Quizás ese proceso contribuya a mejorar nuestra propia
consciencia de lo mal que estamos.
Notas al texto.
[1] Ver Talmud de Babilonia, Baba Metzia 59 b.
[2] La Tradición Oral, transmitida de generación en generación,
desde el Sinaí que explica en particular las maneras de aplicación de la Torá Escrita.
[3] Amot, en singular, amá. No hay acuerdo respecto a la
equivalencia en centímetros de cada amá. Las opiniones van de entre 43 a 75 cm. por amá.
[4] Deuteronomio 30:12
[5] Los dos litigantes se presentarán delante de .A.
delante de los sacerdotes y de los jueces que haya en esos días Deuteronomio 19:17. El versículo es
interpretado en el Talmud, Rosh Hashaná 25 a, diciendo que quien actúe como juez en cada
generación debe ser visto como autoridad indiscutible equiparable a las más importantes
de la historia.