Con el segundo día de Pesaj iniciamos la cuenta del Ómer o Seferitat Ha'Omer. En esta edición volvemos a traer un estudio acerca de esta práctica que constituye todo un proceso de elevación espiritual que comprende desde la liberación de la esclavitud de Egipto hasta la recepción de la Torá en el Monte Sinai, al término de los 49 días de la cuenta.
El ómer
representa el hilo conductor entre Pesaj y Shavuot, 49 días separan estas dos
festividades. Sin embargo, ¿qué significación tiene el número 49?
D-s creó el
mundo en seis días. El 6 representa la entereza de la materia. El cubo con sus
seis caras, es el cuerpo más perfecto de la materia. Seis direcciones rodean
todo el objeto; arriba, abajo y los cuatro puntos cardinales. Por encima del 6
está el 7 que representa la espiritualidad
la Naturaleza. El séptimo día de la semana es Shabat. Cada siete años
damos reposo a los campos (Shemitá). Siete días duran nuestras largas pascuas:
Pesaj y Sucot. Cuarenta y nueve (49) es 7 veces 7. El pueblo judío llegó en
Egipto a alcanzar 49 grados de impureza. D-s nos sacó apresuradamente y tras 49
días de purificación nos entregó la Torá en el día 50.
La cuenta
del ómer, la ofrenda de cebada, inició en su origen, un período de regocijo que
culminaría con la recepción de la Torá en Shavuot. En épocas posteriores, este
intervalo de tiempo se convirtió en una temporada de luto porque el Bet
Hamikdash fue detruido y, por lo tanto, según explica el rabí Pinjas Brenner,
en su comentario sobre este precepto, no se podía ofrecer más el ómer como en
aquel tiempo en que existía el Templo de Jerusalem. Agrega que “en la era talmúdica,
24.000 discípulos del Rabí Akivá fallecieron durante un lapsus de 33 días del
ómer. En la Edad Media numerosas comunidades sufrieron persecuciones y
masacres, en ese período. Por lo tanto, se establecieron ciertas reglas para
moderar y limitar la celebración de festejos durante el ómer.
“Los
discípulos del místico Arizal-escribe el rabino Pinjas Brener-consideran que un
propósito de los 49 días o siete semanas del ómer es conciliar y componer las
insuficiencias que ocurrieron en los siete principios sobre los cuales se basa
el Universo que son el jésed, merced; guevurá, valor; tiferet, grandeza;
netzaj, eternidad; hod, belleza; yesod, fundamento; maljut, reinado”.
Explica que
“siete figuras bíblicas ejemplificaron esas características. Abraham fue modelo
de Jésed que expresó a través de su preocupación por todo el género humano. La
Torá testimonia la guevurá, valor, de Yitzhjak durante el proceso de la Akedá,
su atadura sobre un altar para ser sacrificado, y el mensaje redentor de que
D-s n o desea las ofrendas humanas”.
Fuentes:
El Ciclo del
Año. Vidal Elgozy. Jerusalem 5758. Sidur Kabalat Shabat. Tefilat Mordejai.
Notas, comentarios y traducción al
castellano por Pinjas Brener. Editorial Boker. Caracas (Venezuela) 1996/5756.