Rav Yerahmiel Barylka. |
Reflexiones del Rav Yerahmiel Barylka*
La Torá en Parashat Emor emite la prohibición de Jilul Hashem, la profanación del Nombre divino: “velo tejalelu et shem kodshi” - “Y no profanéis mi santo nombre, para que yo sea santificado en medio de los hijos de Israel. Yo .A. que os santifico” (Vaikrá 22:32). El Rambam, tanto en el Sefer Hamitzvot (lo taasé 63) y en el Mishné Torá (Hiljot Yesodei Hatorá, capítulo 5), enumera varias formas diferentes de Jilul Hashem que caen bajo esta prohibición bíblica. Describe evitar conducirse de una manera permitida inherentemente, que sin embargo, pueda parecer indecorosa o de mal gusto.
Hay otras cosas incluidas en Jilul Hashem, cuando una persona que es grande en la Torá y conocido por su piedad, hace cosas por las cuales despierta murmuraciones acerca de él, a pesar de que no sean transgresiones en el estricto sentido de las mismas. Por ejemplo: si compró una mercadería y no la pagó de inmediato, a pesar de que tiene [el dinero], de manera que los vendedores deberán reclamarle o si se entrega a la frivolidad o comer y beber con y entre los ignorantes, o si ha-bla desagradable con la gente o no saluda con un semblante agradable, y es en cambio una persona conflictiva y llena de ira, etc. Todo según la estatura del erudito, que está obligado a ser meticuloso y actuar más allá de la letra de la ley. Los comentarios del Rambam se basan en las deliberaciones de la guemará en Masejet Yoma (86a), donde encontramos ejemplos de amoraítas que aseguraron actuar de manera de no deshonrar a .A. Manera didáctica de aprender siguiendo también reglas de la hermenéutica, lo que está permitido y prohibido observando las conductas de los maestros.
Si bien Rambam dio a entender que sólo podían cometer Jilul Hashem “personas grandes en la Torá y famosos por su piedad”, fuentes posteriores, enseñan que el Jilul Hashem no se limita necesariamente a eruditos y a figuras de la Torá.
El Jida, por ejemplo, en su Jayim Sha’al (2:43), escribe que si una persona se considera en su comunidad como un estudiante consumado de la Torá, está obligado evitar el Jilul Hashem aun si sabe con certeza que sus credenciales están muy por debajo de su reputación. Nos dice el Jida, que sin embargo, ya que es considerado por los otros como una figura de la Torá sí se incluye en esta categoría. Por lo tanto, debe evitar conductas incluso inherentemente admisibles que puedan deshonrar a .A. y la Torá. De allí podemos aprender que la norma se aplica también a toda persona sin ningún tipo de estatura espiritual o académica. Según Rabenu Yona, nadie se puede excusar a sí mismo de la prohibición de Jilul Hashem basado en el hecho de que no ocupa ninguna posición formal o incluso informal del liderazgo religioso.
“Cada persona de acuerdo a su estatura” debe ser consciente de la impresión que dejará su conducta, y debe, por lo tanto, abstenerse incluso de llevar a cabo conductas permitidas para enaltecer el honor de .A., la Torá, y el pueblo judío.
*Rav Yerahmiel Barylka. Sinagoga Rambam. La Moraleja. Madrid.