Lectura de la Torá para Shabat 4 de Adar (Alef) de 5776
Shabat, 13
de febrero de 2016
Parashat
Terumá
Shemot
25:1-27:19
Haftará: I
Reyes 5:26:6-13
“Habla a los hijos de Israel para que tomen para Mí una ofrenda, y esta será la ofrenda que ellos tomarán: oro, plata y cobre”.
Nuestros
sabios se preguntaron, según comentario del rabí Abraham BeHaim, ¿por qué el
término Veikju (ellos tomen) usado en el texto? La palabra Veitenu (ellos den)
es más aceptable. Asimismo, explican que cuando nosotros damos la cantidad de
nuestras propias posesiones, nosotros estamos en realidad tomando o recibiendo
para nosotros mismos. La bendición más grande que D-s dio sobre nosotros es la
oportunidad de dar (tzedaká). Sin duda un maravilloso e inconmensurable regalo.
Por medio del acto de dar, de ser generosos con nuestros semejantes y,
particularmente, con quienes más lo necesitan, somos salvados de la muerte
(Proverbios 10:2). El Talmud nos indica que “la caridad iguala a todos los
demás mandamientos (Babá Batrá, 9). Esta es realmente la fuente de las
oportunidades no importa que “aun un hombre
pobre está sujeto a la caridad y debería proveer caridad (Talmud Guitín,
76).
No obstante,
se establecen diferentes niveles de la caridad: hay tzedaká de oro, de plata y
de cobre. Cuando una persona prospera y goza de buena salud da de sí mismo a
los demás, y procura que los demás le den, su ofrecimiento es considerado como
oro. Pero si él contribuye solamente porque está enfermo o temeroso, o porque
es forzado por la presencia de otras personas, su caridad equivale a la plata.
Y si él da porque es solamente su última voluntad y testamento, esta ofrenda es
menos valiosa y es equiparada al bronce.