Lectura de la Torá para Shabat, 24 de Shevat de 5774
Shabat, 25 de enero de 2014
Parashat
Mishpatim
Shemot
21:1-24:18
Haftará:
Jeremías 34:8-33:25-26
Mebarjin Hajódesh
21 (1) "Y estas son las leyes que les darás. (2) Cuando compres un siervo hebreo, servirá para ti seis años y al séptimo año, saldrá libre gratuitamente. (3) Si hubiere entrado solo a tu servicio, solo saldrá, si fue casado (con mujer hebrea) , su mujer saldrá con él. (4). Si su amo le hubiera dado mujer (pagana) y ella pariera para él hijos o hijas, la mujer y su prole serán para su amo, y él saldrá solo. (5) Y si su siervo dice: "Quiero a mi amo, a mi mujer y a mis hijos. No saldré libre". (6) Lo acercará su amo a los jueces y lo arrimará a la puerta de su casa o la jamba de ella y horodará su oreja con un punzón, ha de servirlo para siempre".
(7) "Si vende un hombre a su hija por sierva, no saldrá ésta como los demás siervos. (8) Si desagradara a su amo y éste no la tomara por mujer, permitirá que ella fuera redimida, pero no podrá venderla a pagano después de haberla despreciado. (9) Y si la destinara para su hijo, le daría a ella el derecho de las hijas (la tratará como tal), (10) y si tomara para sí otra, no disminuirá a la primera su comida, su vestidura y sus derechos conyugales, (11) mas si no cumpliera esas tres obligaciones, ella saldría libre gratuitamente"...
La porción de la Torá de esta semana comprende muchos
mandamientos vinculados con la ley civil y se sitúa inmediatamente después de
los Diez Mandamientos. Comienza esta parashat con la expresión “Y estas son las
leyes”, empleando la conjunción “y”. Nuestros sabios nos señalan que esto es
para poner de relieve que así como “lo primero-los Diez Mandamientos-, también
fueron dados en el Monte Sinaí todos los preceptos subsiguientes. Esta observación,
de acuerdo a lo comentado por el rabí Moshé Benzaquén, tiene implicaciones de
muy largo alcance particularmente en relación con nuestra sociedad actual y
nuestra forma moderna de pensar. Aclara el rab Benzaquén que “nosotros
generalmente encontramos en la Torá tres categorías de leyes o juicios,
testimonios y estatutos. Los primeros son aquellos que habrán evolucionado con
el objeto de asegurar la estabilidad social y la coexistencia pacífica. Es
decir, contra el robo y el crimen”.
La segunda categoría, añade, no se habría sido instituida
por la sociedad, pero ya que D-s lo hizo puede ser aceptado como lógico. Esto
incluye el Shabat y el kashrut*. La tercera se refiere a los estatutos que son
incomprensibles para el intelecto humano, por ejemplo, la vaca roja y el
Shaatnez*. Pero todos son igualmente importantes como enseñanzas divinas y
deben, por tanto, ser obedecidas.
El rabí Moshé Benzaquén subraya que “uno escucha demasiado a
menudo comentarios respecto a la llamada irrelevancia de ciertas leyes que el
hombre libre tiene la posibilidad de decidir cuáles de punto del Judaísmo debe
respetar. Todas sus decisiones, sin embargo, están basadas en su entendimiento
y un conocimiento limitados. Esto produce una erosión de nuestra religión hasta
que finalmente, en muchos casos, es completamente ignorada a menudo con
resultados trágicos”.
“Para prevenir tales calamidades-explica-la Torá hace una
observación de inmediato “y estos”. Cada una de las leyes emana del
Todopoderoso (aún aquellas que nosotros hemos instituido por acuerdo
recíproco). Él, en Su Sabiduría y entendimiento, dio estas enseñanzas para
asegurar nuestro futuro como una nación perfecta y completa y para garantizar
nuestra seguridad física en nuestra propia tierra con paz y tranquilidad”.
Imperios poderosos se han expandido y sucumbido a través de
los tiempos. Sin embargo, nosotros hemos sobrevivido. La preservación de
nuestra identidad como nación, remarca Moshé Benzquén, es debida a nuestra
tenacidad con un único objetivo y a la fuerza de nuestro carácter para
enfrentar el peligro físico de afuera y desafortunadamente a veces, también de
adentro.
*Kashrut: leyes dietéticas y de pureza.
*Shaatnez: prohibición de combinar lana y lino.