miércoles, 6 de julio de 2016

Cumplimiento e interpretación de los preceptos

Lectura de la Torá para Shabat, 3 de Tamuz de 5776

Shabat, 9 de julio de 2016
Parashat Koraj
Bamidbar 16:1-18:32
Haftará: Isaías 66:1-24

Toda discusión en la que se busca la causa y se pretende aclarar algo y no provocar rupturas o divisiones, como cortar, dividir o separar, será productiva, en cambio, aquella controversia que conlleva intenciones que no son puras, no puede tener existencia, según se señalan nuestros sabios. La discusión de los exégetas del Talmud, según escribe el Rab. S. Yabra, como Shamai e Hilel, sirve para elevar un concepto, una apreciación, la de Koraj (personaje de la tribu de los levitas quien quiso introducir una filosofía propia en el cumplimiento de los preceptos, sosteniendo que éstos son un medio y no un fin), no habrá de tener ni vigencia ni trascendencia.
Sobre este particular S.Yabra alude al texto del rabí Miskin, que señala lo siguiente: “Al querer imponer Koraj su idea, negando la grandeza de Moshé Rabenu, y como gran político que era, se valió de una anécdota de su propia creación para conmover a las masas y predisponerlas en contra de Moshé; esta maliciosa anécdota decía lo siguiente: -Una viuda con dos pequeñas criaturas poseía como único sostén un campo que le dejó su esposo al fallecer, cuando quiso arar el mismo con los únicos animales que tenía, un buey y un asno, la Ley de Moshé se lo prohibió: “no ararás con buey y asno juntos”. 
Después de muchas penurias, logró por fin arar la tierra con un solo animal y cuando se dispuso a plantar su pequeña parcela de trigo junto con cebada, la Ley de Moshé se lo volvió a prohibir:…”tu campo no siembres híbridamente…”. Cuando se decidió por el trigo, renunciando a la cebada que tanta falta la hacía, al cosechar tuvo que dejar parte del campo para el pobre, como si ella fuera rica; cuando cosechó tuvo que dar diezmos a los levitas, cuando molió el trigo y con  la harina se disponía a hornear el pan, tuvo que dar la jalá (parte de la masa) al Kohen. Cansada de tantos problemas y despojos, vendió el campo, y con el dinero compró unas ovejas y se dedicó a la ganadería, pensando que por fin se liberó de la ley implacable pero no fue así. Cuando los animales parieron, el primerizo tuvo que dárselo al Kohen. Cuando esquiló, la primera esquila le correspondió al Kohen y así sucesivamente”.

Fue entonces que terminaba diciendo Koraj que estas leyes son de la propia inventiva de Moshé y tendían a beneficiar a un grupo selecto de familias allegadas a él y a su tribu.

La anécdota de Koraj, entonces, fue ideada para la polémica, sin duda alguna. De tal manera, según indican los comentaristas, se desprende la importancia de evitar discusiones, o si las hubiera, de tal suerte que sirvan para mejorar el conjunto por encima de lo individual, señalando y persiguiendo como objetivo la armonía y la paz llena de amor, las que infunden importancia a las personas de bien.