Lectura de la Torá para Shabat, 3 de Tamuz de 5776
Shabat, 9 de julio de 2016
Parashat Koraj
Bamidbar 16:1-18:32
Haftará: Isaías 66:1-24
Toda discusión en la que se busca la causa y se pretende aclarar algo y no provocar rupturas o divisiones, como cortar, dividir o separar, será productiva, en cambio, aquella controversia que conlleva intenciones que no son puras, no puede tener existencia, según se señalan nuestros sabios. La discusión de los exégetas del Talmud, según escribe el Rab. S. Yabra, como Shamai e Hilel, sirve para elevar un concepto, una apreciación, la de Koraj (personaje de la tribu de los levitas quien quiso introducir una filosofía propia en el cumplimiento de los preceptos, sosteniendo que éstos son un medio y no un fin), no habrá de tener ni vigencia ni trascendencia.
Sobre este particular S.Yabra alude al texto del rabí Miskin, que señala lo
siguiente: “Al querer imponer Koraj su idea, negando la grandeza de Moshé
Rabenu, y como gran político que era, se valió de una anécdota de su propia
creación para conmover a las masas y predisponerlas en contra de Moshé; esta
maliciosa anécdota decía lo siguiente: -Una viuda con dos pequeñas criaturas
poseía como único sostén un campo que le dejó su esposo al fallecer, cuando
quiso arar el mismo con los únicos animales que tenía, un buey y un asno, la
Ley de Moshé se lo prohibió: “no ararás con buey y asno juntos”.
Después de
muchas penurias, logró por fin arar la tierra con un solo animal y cuando se
dispuso a plantar su pequeña parcela de trigo junto con cebada, la Ley de Moshé
se lo volvió a prohibir:…”tu campo no siembres híbridamente…”. Cuando se
decidió por el trigo, renunciando a la cebada que tanta falta la hacía, al
cosechar tuvo que dejar parte del campo para el pobre, como si ella fuera rica;
cuando cosechó tuvo que dar diezmos a los levitas, cuando molió el trigo y
con la harina se disponía a hornear el
pan, tuvo que dar la jalá (parte de la masa) al Kohen. Cansada de tantos
problemas y despojos, vendió el campo, y con el dinero compró unas ovejas y se
dedicó a la ganadería, pensando que por fin se liberó de la ley implacable pero
no fue así. Cuando los animales parieron, el primerizo tuvo que dárselo al
Kohen. Cuando esquiló, la primera esquila le correspondió al Kohen y así
sucesivamente”.
Fue entonces que terminaba diciendo Koraj que estas leyes
son de la propia inventiva de Moshé y tendían a beneficiar a un grupo selecto
de familias allegadas a él y a su tribu.
La anécdota de Koraj, entonces, fue ideada para la polémica,
sin duda alguna. De tal manera, según indican los comentaristas, se desprende
la importancia de evitar discusiones, o si las hubiera, de tal suerte que
sirvan para mejorar el conjunto por encima de lo individual, señalando y
persiguiendo como objetivo la armonía y la paz llena de amor, las que infunden
importancia a las personas de bien.