viernes, 8 de febrero de 2013

"Y estas son las leyes", "Mishpatim", parasha hashavua




Shabat Shekalim.


Parashat Mishpatim

Shemot 21:1-24:18

Séfer Shení: Shemot 30:11-16.

Haftará: II Reyes 11:17-12:17 (Sef.).

II Reyes 12.1-7 (Ash.)

Mebarjim Hajódesh.
La parasha de esta semana incluye muchos mandamientos relacionados con la ley civil y está inmediatamente seguida de los diez mandamientos. El texto se inicia con las palabras “Y estas son las leyes”, empleando como conjuntivo “y”. Según nuestros comentaristas, nos marcan que esto es para poner de relieve que así como lo primero-los Diez Mandamientos, también fueron dados en el monte Sinaí todos los mandamientos subsiguientes. Esta observación, según la opinión  del Rabí Moshé Benzaquén, “tiene implicaciones de gran alcance particularmente en relación con nuestra sociedad actual y a nuestra forma moderna de pensar”. Agrega que “nosotros generalmente encontramos en la Torah tres categoría de leyes o juicios, testimonios y estatutos. Los primeros son aquellos que habrían evolucionado con el objeto de asegurar la estabilidad social y la coexistencia pacífica. Es decir, contra el robo y el crimen”.
“La segunda-explica-no habría sido instituida por la sociedad, pero ya que D-s lo hizo puede ser aceptado como lógico. Esto incluye el Shabat y el Kashrut. El tercero, sin embargo, los estatutos, que son incomprensibles para el intelecto humano, por el ejemplo la vaquillona roja y shaatznet. Pero todos son igualmente importantes como enseñanzas divinas y deben, por tanto, ser obedecidas”.
Cada una de las leyes emana del Todopoderoso (aun aquellas que hemos instituido por acuerdo recíproco), precisa el rab Benzaquén. “Él, en Su Sabiduría y Entendimiento-añade- dio estas enseñanzas para asegurar nuestro futuro como una nación perfecta y completa y para garantizar nuestra seguridad física en nuestra propia tierra con paz y seguridad”.
Todo esto nos sirve de reflexión para tener presente que imperios poderosos han crecido y expandido y han caído a través de los siglos, pero el pueblo judío, nosotros, hemos sobrevivido. La preservación de nuestra identidad como nación, en consonancia con lo expresado por el rab Benzaquén, es debida a nuestra tenacidad con un  único objetivo y a la fuerza de nuestro carácter para enfrentar el peligro físico exterior y desafortunadamente, a veces, también desde dentro.

Fuentes: Centro Educativo Sefaradi de Jerusalem, Comunidad Judía de Tenerife.