Parashat Behar-BejukotaiShabat, 24 de Iyar de 5773Vayikrá 25:1-27:34Haftará: Jeremías 32:6-27Mebarjin Hajódesh
La parashat
de esta semana presenta una dimensión social y agrícola y se refiere, a grandes
rasgos, al descanso del séptimo año, que se traduce por Shemitá, y al Jubileo o Jovel que tiene lugar cada 50 años a favor de los pobres, los sirvientes y
esclavos, así como la exhortación contra la idolatría y la celebración del
Shabat. Una vez que la Torá al hombre, el Shabat y las fiestas, se ocupa ahora
de la Tierra de Israel (Eretz Israel) y el respeto que se le debe, como
permitir que descanse de toda labor agrícola cada siete años, sin plantar ni
efectuar otras labores en el campo.
Según
escribe el rabí Jacobo D. Arar, “en el año séptimo, el hombre está, en cierto
sentido, liberado del castigo al cual había sido condenado: sustentarse con el
sudor de su frente. Es un tipo de amnistía. Una institución de esta naturaleza
solo pudo haber sido hecha por una sabiduría superior”.
El texto en
la Torá pone el énfasis para nosotros que “este mandamiento, como los otros
fueron entregado por Moisés en el Monte Sinaí y es llamado Shabat eterno”,
santificado por D-s. No es una ley agrícola común, pero una manifestación de
gloria del Señor, y una prescripción religiosa como las otras.
La Torá nos
aclara, según comenta el rab Arar, que hay un Shabat Eterno: descanso físico,
pero el año séptimo es un período en el que debemos ser devotos como en el
séptimo día de la semana, para la elevación del corazón y del alma.
El Shabat
constituye una fuente de igualdad y gratitud a D-s, el Creador de los cielos y
la Tierra.