martes, 28 de octubre de 2014

Parashat Lej Lejá

Rav Yerahmiel Barylka.

Reflexiones del rav Yerahmiel*


Rashí y los grandes comentaristas coinciden que, cuando se le ordenó a nuestro patriarca Abraham que se vaya de su tierra, sería para su propio bien.

¿Qué tiene de bueno tener que arrancarse de raíz de su país y deambular continuamente? Una de las respuestas a esa pregunta es que Abraham fue el ejemplo más excelso de la mitzvá de hajnasat orjim, -recibir a las visitas-, atendiendo maravillosamente a sus huéspedes.

En la tienda de Abraham cada alma caminante encontró descanso para su cuerpo y alimentos, también para su alma.
Sin embargo, hasta que se le ordenó dejar su tierra natal, Abraham era un miembro de la nobleza de su ciudad. Nunca había experimentado la angustia de ser un vagabundo. Ahora condenado a una existencia desarraigada, él sabría, no sólo a través del poder de la imaginación, sino a través de la mejor escuela, la de la experiencia, lo que significa estar sin refugio y alimento. De esta manera, la mitzvá que cumplió con tanto ahínco, le sirvió para mejorar la misión de su vida. Serviría a la gente, atendiéndolos también con su corazón. Es por eso que se le dijo que fuera “lej lejá”; para su propio beneficio.
Mirando hacia atrás en el camino de la vida podemos encontrar, que, como Abraham, todos tenemos grandes almacenes de tesoros sin explorar, enterrados en cajas etiquetadas bajo el nombre “dificultades” y “fracasos”. Esas experiencias se convierten en el Servicio Divino en el momento que elijamos.
Todos hemos conocido a personas que después de haber fracasado en su vida personal, familiar o pública, o tuvieron a un ser que sufrió de ellos, puede levantarse del polvo “mekimi meafar dal”, y lograr las máximas alturas. “¿Quién como nuestro D-s que, posado en las alturas, baja su mirada para contemplar cielos y tierra? Del polvo levanta al humilde y del cenagal al desvalido, para ubicarlos junto a los majestuosos magnates de su pueblo”- decimos en Tehilim 113.
Abraham nos enseña que podemos amar al Creador cuando somos conscientes que las vallas no nos detendrán. El patriarca nos invita a utilizar la sabiduría total de nuestras experiencias, ser exigentes y llegar a la meta con todas nuestras fuerzas, también si hemos perdido posiciones de nobleza y nos encontramos con dificultades. 

Rav Yerhammiel Barylka. Sinagoga Rambam. Madrid.