Esta semana abrimos el segundo libro de la Torá (Jumash o Pentateuco), Shemot ó Éxodo, que contiene 1.209 versículos, donde son narrados uno de los principales acontecimientos del pueblo judío, la salida de Egipto. Este libro se divide en dos partes: una de carácter histórico y la otra de tipo legislativo.
La sección histórica
comprende la vida de los hijos de Israel en Egipto; la infancia, vocación y
misión de Moshe Rabenu; la liberación
del pueblo judío; su peregrinación por el desierto y la construcción del
Mishkán o Tabernáculo.
La parte legislativa contiene
una serie de leyes civiles, morales y religiosas, principalmente el Decálogo o
Diez Mandamientos, que se trocaron en leyes universales para toda la Humanidad
hasta nuestros días. Sin embargo, dejando a un lado las controversias e interpretaciones
históricas y posteriores aclaraciones arqueológicas, la base fundamental de
este segundo libro se identifica con la revelación del Sinaí y la Ley Mosaica.
Hay que tener en
consideración que el Éxodo o Shemot está considerado como uno de los más
importantes libros del Jumash (Pentateuco) por su contenido histórico y por
representar gran parte del ordenamiento legal civil y religioso del pueblo de
Israel.
Este segundo libro de la
Torá comienza con la exposición de los nombres de los hijos de Yaakov Avinu. El
Midrash (Shemot Rabbá, I) atribuye esta repetición al hecho de que ellos se
mantenían fieles a las enseñanzas de los Patriarcas en medio del Egipto
idólatra. De estos nombres debería surgir un pueblo que más tarde portaría el
estandarte del Judaísmo.
Fuentes: Humash HaMerkaz,
Centro Educativo Sefaradí de Jerusalem (Israel).