domingo, 7 de enero de 2018

La realización de la visión de Abraham Avinu

Y habló D-s a Moshé y le dijo:  “Yo soy el Eterno y Yo aparecí a Abraham, a Isaac y Jacob como El Shadday (D-s Todopoderoso), pero con mi nombre, Eterno, no me di a conocer a ellos. Y también establecí con ellos mi pacto, para darles la tierra de Canaan, la tierra de sus peregrinaciones, donde habían morado como extranjeros. Y también oí el gemido de los hijos de Israel, a quienes los egipcios tienen en servidumbre, y recordaré m i pacto. Por tanto, di a los hijos de Israel: -Yo soy el Eterno y os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios y os liberaré de la servidumbre de ellos y os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes-…”-
La parashat Vaerá, que leemos esta semana, narra la esclavitud del pueblo de Israel en Egipto, enuncia las promesas que hizo D-s a los Patriarcas Abraham, Isaac y Jacob, así como el anuncio de la liberación del cautiverio y retorno a Eretz Israel.
La esclavitud de Am Israel en Egipto fue la realización  de la visión de Abraham Avinu (Bereshit, 15, 13). Pero esa circunstancia no justificaba la conducta de los egipcios ni los sufrimientos que causaron a los hijos de Israel. De cualquier manera que actúe el ser humano, la voluntad de D-s se cumplirá, según indican los comentaristas o exégetas, pero no por eso deja el hombre de ser libre. En este sentido, se explica que “existe un destino en general, y al mismo tiempo la libertad moral total. José debía ir a Egipto, pero sus hermanos eran libres de venderlo o no a los ismaelitas, pues D-s no priva al hombre su capacidad de de decisión. 

El libre albedrío existe, y con él la Providencia. Esta idea se expresa con suma claridad en el Tratado de Moral Judaica: -Todo está previsto, pero a las personas se les da libertad de elección entre el bien y el mal (Avot 3-15). La Torá dice este respecto que “llamo hoy a los cielos y a la tierra por testigo de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escogerás pues la vida para que vivas tú y tu descendencia, amando al Eterno, tu D-s, obedeciendo a su voz, y apegándote a Él, pues esto es tu vida (Devarim, 30, 19-20).
En esta parashat también se narra el episodio de las diez plagas que asolaron Egipto ante la insistencia del  Faraón de no dejar salir al pueblo de Israel, como reiteradas veces pidió Moshé.

De acuerdo al Midrash cada plaga correspondió al castigo por el trato dado por los egipcios a los israelitas. El Talmud señala que la ley divina  (la persona recibe el castigo y la recompensa de lo qué hace) imperará siempre en el mundo. Estos acontecimientos son,  veces, visibles y comprobados por los hombres; otras veces quedan ocultos. Pero no debemos dudar de la Justicia de D-s, aún cuando las cosas parezcan irrazonables e incomprensibles para nuestra mente.

Fuestes: Humash HaMerkaz, Shemot, Vaerá, Pirkei Avot.