miércoles, 7 de marzo de 2018

Purim con acento Jabad en Canarias

Rafael Ben-Abraham Barreto


La Comunidad Judía de Las Palmas de Gran Canaria festejó Purim con la valiosa y extraordinaria participación de emisarios de Jabad Lubavitch de Estados Unidos, Londres y España. Un acontecimiento relevante y emotivo, que incluyó la preceptiva lectura de la Megilat o Libro de Ester, en la noche del miércoles y mañana del jueves. Asímismo, la representación de Jabad ofreció los camidas o seudot de Purim, así como el Kidush del mediodía del Shabat. 


En el rezo de Shajarit o de la mañana del jueves se dio lectura a los versículos correspondientes a la jornada de la parashat semanal, Ki Tisá, y del Libro de Ester. Al término de la tefilat matutina se ofreció una comida festiva y se efectuaron regalos, consistentes en alimentos, y donaciones para los necesitados, en un ambiente alegre, como corresponde a este mes de Adar, en el que se incrementa la alegría, y a la propia fiesta de Purim.
Los jóvenes o bajurim de Jabad se desplazaron a Tenerife, el pasado jueves, para leer la Megilat Ester a miembros o familias de la Comunidad Judía tinerfeña, que preside Rafael Abecassis, y regresaron posteriormente a Las Palmas de Gran Canaria.

La festividad de Purim se vio resaltada por las buenas condiciones meteorológicas, días soleados y agradables, un poco entorpecidos por el viento reinante, especialmente, en la noche del miércoles.
En la fiesta de Purim recordamos la suerte que echó Hamán para determinar el mes y el día para la consumación de sus demoníacos designios de exterminio de los judíos de Persia. Purim fue el nombre adoptado por los judíos de aquel tiempo, tal como lo leemos o recordamos durante la lectura de la Meguilat  de Ester.
El 13 de Adar, en el que se guarda un ayuno menor, se recuerda el momento en que Ester decidió revelar su origen judío al rey de Persia, quien es elegida reina, y que desde su posición real fue decisiva en la salvación de su pueblo, conjurando los malos designios del mandatario Hamán, que pretendía la muerte de todos los judíos, por su visceral odio hacia Mordejai, tio de Ester, que nunca le rindió pleitesía. Hamán fue colgado en la horca que él mismo había mandado a levantar para Mordejai.
Mordejai y Ester están íntimamente ligados al milago de la salvación del pueblo judío en la antigua Persia o Babilonia, que desde entonces se rememora generación tras generación, como si hubiera ocurrido en esta época. Y es que a lo largo de la historia se han sucedido episodios trágicos análogos con el fin de destruir al pueblo judío donde quiera que se hallara tras las diásporas, el imperio romano, las cruzadas, los progroms de la Edad Media, la Inquisición, la Shoa, en suma, el antisemitismo.