Esta parashat Nitsavim-Vaielej (Devarim 29:9-31:36) nos introduce en Rosh Hashaná y despide el año precedente. Al final de sus días, el preclaro Moshé Rabenu deja a su pueblo al que ha conducido durante cuarenta años a través del desierto, como un padre a sus hijos. Él sabía qué decir y su deseo final y testamento está preparado para ser impartido a su pueblo.
En
opinión del rabino S.Benzaquén, “esto resuena hoy más que nunca. Mirando hacia
el pasado, él debe usar cada minuto que le queda de su vida para impartirles
las direcciones del pasado, para asegurar un futuro duradero, para las
generaciones venideras”.
“La única forma-añade-en que podemos garantizar que esto se
transmita en forma directa es que cada uno escuche el mensaje de participación.
–Tú estás firme este día-.Es un día de juicio. El futuro es brillante y
prometedor sólo cuando ellos nunca olvidan las lecciones del pasado y solamente
fue la falta de unidad lo que perjudicó sus objetivos. El plan maestro para su
éxito habrá de ser:-Hacerlos participar en el acuerdo.-Moisés habló de todas
las categorías de judíos. Desde los jefes de sus tribus hasta los aguateros. La
única oportunidad para el pueblo judío de llegar a cumplir este acuerdo y poder
mirar hacia un futuro exitoso habría de ser el estar cohesionados. A partir de
ese día ningún método que no fuera la responsabilidad mutua podría tener éxito.
Es esta interrelación de responsabilidad mutua del Kol Israel Arevim ze lazé
(cada judío es responsable por los otros) entre los distintos estratos de
nuestro pueblo.-Este día antes del gran día del juicio debemos emerger
victorioso contra todos los adversarios espirituales y físicos-".