jueves, 20 de junio de 2013

Moshé Rabenu versus Bilam



Parashat Balak
Bamidbar 22:2-25:9
Haftará: Miqueas 5:6-6:8
Shabat, 14 de Tamuz 5773


La parashat de esta semana nos explica cómo Bálak intenta destruir al pueblo de Israel, pero es consciente de que no podrá lograr su propósito por medio de la guerra porque D-s está con Israel. No obstante, en su obstinación recurre entonces a Bilam, profeta de los gentiles, que se dice llegó al mismo grado de sabiduría, clarividencia y profecía que Moshé Rabenu. Bálak entendía, que podría por ello, maldecir al pueblo elegido en el momento preciso que existe en cada día, que todos ignoraban pero que únicamente Bilam conocía. Hay un instante en el día que todo aquello que se pide se cumple. Bilam, conocedor de ello lo intentó, pero fracasó.
Ante esta circunstancia tan dramática, cabe preguntarse por qué D-s otorga el don de profecía a un malvado. La respuesta reside en que el Todopoderoso, en una demostración de equidad, de la misma forma que dio a Moshé como profeta a Israel, igualmente, dio a Bilam como profeta a los gentiles.
Pero sucedió que cuando intentó maldecir al pueblo de Israel, brotaron de sus boca dulces palabras, pues Israel es el bendecido, ya que D-s le dijo a Abraham: “Y te hará por un pueblo grande y te bendeciré y engrandeceré tu nombre y será bendición…”. Fue por lo que Bilam, entre otras cosas,  expresó: “He aquí un pueblo que sólo habitará y entre las naciones no será considerado”.
Cuando Bilam apreció el recato que había en el pueblo, ya que las carpas se daban la espalda entre sí, dijo: “Cuán hermosas con tus carpas Jacob, tus moradas Israel”.
De esta parashat se extrae la conclusión de que el pueblo de Israel deberá mantener siempre la pureza de sus ideales, protegiendo su cultura y sus valores.
En consecuencia nos corresponde a nosotros decidir morar a solas y ser. Ser lo que hemos prometido y haremos prometer a  las generaciones venideras para mantenernos firmes en nuestros ideales sin que nada ni nadie haga torcer o doblegar la esencia de ese destello que se mantiene dentro de cada yehudí.