martes, 24 de septiembre de 2013

En el principio creó D-s los cielos y la tierra



 
Lectura de la Torá para Shabat
Mebarjin Hajódesh
Sábado, 28 de septiembre de 2013
Shabat, 24 de Thisrei de 5774
Parashat Bereshit
Bereshit 1.1-6.8
Haftará: I Samuel 20:18-42


Este Shabat se reanuda el ciclo de la lectura de la Torá, con la parashat Bereshit, que da nombre al primero de los cinco libros del Pentateuco o Jumash, y en la que se narra la Creación del Mundo. “Y bendijo el Creador al día séptimo y santificó a él, porque en él descansó de todo su quehacer que gestó el Eterno para hacer”. (Bereshit 1).
Todo lo que es relativo al Bereshit (Génesis) se nos muestra bastante complicado comprender en su justa esencia, según escribe el profesor Mario Suli, “más bien tratamos de llegar siquiera a lo superficial tal como nos exalta el Tamud:-está escrito en Ben Sirá: en lo lejano de tu comprensión no indagues y lo cubierto a ti no profundices”.

Los primeros capítulos del Génesis o Bereshit encierran en sí los principios de la Creación y como se indica en el comienzo de este breve comentario, dada su profundidad y complejidad resulta difícil de entender todo su contenido si n o hay un conocimiento previo de las enseñanzas de la Torá, conforme fueron reveladas en el Talmud y en la Cabalá. Bereshit (por causa de Reshit). El Talmud proclama que el Universo no hubiera sido creado, a no ser por causa del mundo espiritual, por la palabra divina, o sea por la Torá, llamada Reshit, principio de todo (Talmud, Pesajim 68).
Elohim (D-s) tiene en hebreo la forma plural para indicar que D-s comprende y unifica todas las fuerzas infinitas y eternas. Y para que no se piense que son muchos dioses, el verbo boré (creó) se empleó en singular inmediatamente después de Elohim. Es decir, como señala el texto: “En el principio creó D-s los cielos y la tierra…” (Bereshit 1:1).
En otro orden de cosas, con arreglo a la tradición, cada Shabat, se lee una porción o parashat de la Torá (Obra Divina de D-s y por tanto eterna), con lo que se consigue concluir la lectura de los cinco libros (Bereshit, Shemot, Vayikrá, Bamidbar y Devarim) a lo largo del año.
El primer libro de la Torá-Bereshit-trata y describe la maravillosa Creación del Mundo por parte de D-s y comprende todo el desarrollo de la Humanidad desde sus albores, especificando el origen y genealogía de las naciones y los pueblos que habitan la Tierra. El objetivo principal de toda la datación histórica sirve de marco y entorno del nacimiento del Pueblo Elegido, el Pueblo de D-s, el Pueblo de Israel. A través de los capítulos de Bereshit se genera de forma progresiva la raíz de la familias de los ancestros, hasta que se forma el tronco del árbol genealógico compuesto por nuestros patriarcas Abraham, Yitzhak y Yaakov, hasta el surgimiento de las doce ramas o doce tribus. Este largo proceso abarca 2.200 años de la creación hasta el fallecimiento de Yaakov, que constituye el final del Libro del Génesis.
Según explica el rabí Mordejay Babor, “el Libro Bereshit es el que abarca el más largo tramo de la Historia, en relación a los cuatro libros subsiguientes”.
El segundo Libro Shemot narra lo acontecido en el período de 212 años aproximadamente, desde el comienzo de la esclavitud en Egipto hasta el Éxodo.
El libro tercero Vayikrá trata lo acontecido en pocos meses, en relación a la construcción e inauguración del Tabernáculo.
El cuarto libro Bamidbar abarca los 38 años que deambularon por el desierto y el libro quinto Devarim es una transcripción del póstumo sermón de Moshé “que le insumió 37 días..”.
Valga como apunte que la Torá comienza con la letra Bet y no con la Alef que es la primera del alefato. Una de las razones es que, para enseñarnos que antes de entrar en el estudio y el análisis de la Torá es preciso aprender bien la letra Alef-que es la inicial de la palabra Emuná (Verdad), porque sin las suficientes dosis de Fe resulta imposible captar la Torá de forma cabal.
La letra Bet tiene sus tres lados externos cerrados, sólo el lado interno está abierto. Esto indica, según el rab Mordejay Babor, que para captar la Torá adecuadamente es necesario observarla desde dentro, “porque  desde afuera (sin comprometerse con sus valores y la práctica de sus preceptos), no podrá alcanzar a entenderse su real mensaje. En tanto que la letra Alef tiene sus cuatro lados abiertos al exterior, porque representa la Fe en D-s, y este valor es posible aprehender desde todos los ángulos, descubriendo y admirando pruebas evidentes y constantes de la Existencia de D-s”.