Lectura de la Torá para ShabatMebarjin HajódeshSábado, 28 de septiembre de 2013Shabat, 24 de Thisrei de 5774Parashat BereshitBereshit 1.1-6.8Haftará: I Samuel 20:18-42
Este Shabat se reanuda el ciclo de la lectura de la Torá,
con la parashat Bereshit, que da nombre al primero de los cinco libros del
Pentateuco o Jumash, y en la que se narra la Creación del Mundo. “Y bendijo el
Creador al día séptimo y santificó a él, porque en él descansó de todo su
quehacer que gestó el Eterno para hacer”. (Bereshit 1).
Todo lo que es relativo al Bereshit (Génesis) se nos muestra
bastante complicado comprender en su justa esencia, según escribe el profesor
Mario Suli, “más bien tratamos de llegar siquiera a lo superficial tal como nos
exalta el Tamud:-está escrito en Ben Sirá: en lo lejano de tu comprensión no
indagues y lo cubierto a ti no profundices”.
Los primeros capítulos del Génesis o Bereshit encierran en
sí los principios de la Creación y como se indica en el comienzo de este breve
comentario, dada su profundidad y complejidad resulta difícil de entender todo
su contenido si n o hay un conocimiento previo de las enseñanzas de la Torá,
conforme fueron reveladas en el Talmud y en la Cabalá. Bereshit (por causa de
Reshit). El Talmud proclama que el Universo no hubiera sido creado, a no ser
por causa del mundo espiritual, por la palabra divina, o sea por la Torá,
llamada Reshit, principio de todo (Talmud, Pesajim 68).
Elohim (D-s) tiene en hebreo la forma plural para indicar
que D-s comprende y unifica todas las fuerzas infinitas y eternas. Y para que
no se piense que son muchos dioses, el verbo boré (creó) se empleó en singular
inmediatamente después de Elohim. Es decir, como señala el texto: “En el
principio creó D-s los cielos y la tierra…” (Bereshit 1:1).
En otro orden de cosas, con arreglo a la tradición, cada
Shabat, se lee una porción o parashat de la Torá (Obra Divina de D-s y por
tanto eterna), con lo que se consigue concluir la lectura de los cinco libros
(Bereshit, Shemot, Vayikrá, Bamidbar y Devarim) a lo largo del año.
El primer libro de la Torá-Bereshit-trata y describe la
maravillosa Creación del Mundo por parte de D-s y comprende todo el desarrollo
de la Humanidad desde sus albores, especificando el origen y genealogía de las
naciones y los pueblos que habitan la Tierra. El objetivo principal de toda la
datación histórica sirve de marco y entorno del nacimiento del Pueblo Elegido,
el Pueblo de D-s, el Pueblo de Israel. A través de los capítulos de Bereshit se
genera de forma progresiva la raíz de la familias de los ancestros, hasta que
se forma el tronco del árbol genealógico compuesto por nuestros patriarcas
Abraham, Yitzhak y Yaakov, hasta el surgimiento de las doce ramas o doce
tribus. Este largo proceso abarca 2.200 años de la creación hasta el
fallecimiento de Yaakov, que constituye el final del Libro del Génesis.
Según explica el rabí Mordejay Babor, “el Libro Bereshit es
el que abarca el más largo tramo de la Historia, en relación a los cuatro
libros subsiguientes”.
El segundo Libro Shemot narra lo acontecido en el período de
212 años aproximadamente, desde el comienzo de la esclavitud en Egipto hasta el
Éxodo.
El libro tercero Vayikrá trata lo acontecido en pocos meses,
en relación a la construcción e inauguración del Tabernáculo.
El cuarto libro Bamidbar abarca los 38 años que deambularon
por el desierto y el libro quinto Devarim es una transcripción del póstumo
sermón de Moshé “que le insumió 37 días..”.
Valga como apunte que la Torá comienza con la letra Bet y no
con la Alef que es la primera del alefato. Una de las razones es que, para
enseñarnos que antes de entrar en el estudio y el análisis de la Torá es
preciso aprender bien la letra Alef-que es la inicial de la palabra Emuná
(Verdad), porque sin las suficientes dosis de Fe resulta imposible captar la
Torá de forma cabal.
La letra Bet tiene sus tres lados externos cerrados, sólo el
lado interno está abierto. Esto indica, según el rab Mordejay Babor, que para
captar la Torá adecuadamente es necesario observarla desde dentro, “porque desde afuera (sin comprometerse con sus
valores y la práctica de sus preceptos), no podrá alcanzar a entenderse su real
mensaje. En tanto que la letra Alef tiene sus cuatro lados abiertos al
exterior, porque representa la Fe en D-s, y este valor es posible aprehender
desde todos los ángulos, descubriendo y admirando pruebas evidentes y
constantes de la Existencia de D-s”.