Lectura de la Torá para Shabat Jol Hamoed Pésaj
Shabat, 19 Nisán 5774
Shabat, 19 de abril de 2014
Séfer Rishón: Shemot 33:12-23;-34:1-26Séfer Shení: Bamidbar 28:19-25Hafará: Ezequiel 37:1-14
Todos los días del año estamos obligados a recordar la
Salida de Egipto, ya sea en las plegarias, ya sea en el Kidush de Shabat y Yom
Tov, entre otras. Surge la pregunta de por qué de este mandato y si acaso no es
suficiente en cada fiesta de Pésaj. Sin embargo, nuestros sabios nos narran que
sólo el 20% de los judíos salió de Egipto y el resto permaneció allí. Gustavo
D. Halife se preguntaba hace años mientras era alumno de Lecareb Lebabot, en
una yeshiva en Israel, “¿qué pasó con el 80% restante? ¿No les dolía el látigo
opresor como a sus hermanos? ¿No sentían la necesidad de salir a la libertad
para realizar así cada uno su objetivo en la vida, el cual se frustraba ahí por
causa de la presión física e intelectual? Y viendo esta cara de la
moneda-escribe-, se ahonda la pregunta... ¿Y qué es lo que debemos recordar
diariamente? La libertad. Pero… ¿De qué libertad estamos tratando aquí? Vamos
en el tiempo…
“-Llegó la hora, hay que prepararse para salir!
-¡No! ¿De qué nos estás hablando? Así estamos bien, así
nacimos y así estamos acostumbrados, no nos molesten. ¡Déjennos en paz! ¡No
somos esclavos!
¿Qué sucedía? El hombre se encuentra a cada instante de la
vida en una alternativa en la que se debe optar para el bien-agrega Halife-,
utilizando la libertad, la que lo emancipe del estado de costumbre, que este
mundo nos encierra varias veces si no
sabemos elegir. La elección empieza cuando se perciben dos caminos y se tiene
la oportunidad de tomar uno u otro, el bueno o el malo. Pero aquella persona
que los confunde y a lo largo los ve como uno solo y sin opción de alternar,
perdió desgraciadamente su libertad.
Colegimos con D. Halife que “ietsiat mitzraim nos enseña a
diario que necesario la esclavitud (un solo camino sin opción) para aprender a
utilizar el libre albedrío, ahora que se bifurcaron los dos caminos. Esto nos
obliga cada día a reflexionar y no recaer esclavizados por las pasiones del
corazón que obstaculizan la visión para poder optar ante una senda espiritual.
Y esa es la libertad: nuestra obligación”.