lunes, 18 de agosto de 2014

Los preceptos sociales de la Torá

Lectura de la Torá para Shabat, 27 Ab 5774
Shabat, 23 de agosto de 2014
Parashat
ReeDevarim 11:26-16:17
Hafatará Ree: Isaías, 54:11-55:5
Shabat Mevarjim Hajódesh
Este Shabat bendecimos el nuevo mes Elul.
Los preceptos sociales figuran entre las cuestiones que se abordan en la parashat Ree, que leemos esta semana, entroncan con el concepto de las relaciones del individuo con sus semejantes y ambos frente a la comunidad o sociedad. En este aspecto, la Torá contiene una serie de reglas y órdenes precisas sobre la ayuda mutua, la justicia y la honestidad. En la vida diaria, tal como escribe Meir Tuvy, del Centro Educativo Sefaradí de Jerusalem,  “nos encontramos con personas que, tras haber trabajado honradamente durante años, alcanzaron una holgada posición económica, pero al pedírseles ayuda para los débiles o necesitados, se niegan rotundamente. Alegan que el dinero es sólo de ellos y nadie puede obligarles a dar Tzedaká a los pobres o prestarles dinero, o apoyar económicamente a alguna obra benéfica”.
Por su parte, Rambán (Najmánides) precisa que “si no se ayuda al necesitado, nos asemejamos a los habitantes de Sodoma y Gomorra. El mundo no tendría razón alguna de existir ya que su construcción y existencia se basan en la ayuda mutua y la misericordia”.
Para evitar que el mundo sea un caos, agrega Meir Tuvy, desde el punto de vista social, fueron  ordenados en la Torá muchos preceptos con la finalidad de que el hombre ame y ayude al prójimo.
En nuestra parashat leemos que “al cabo de siete años harás remisión, y ésta será la manera de la remisión: Todo acreedor remitirá lo que hubiere prestado a su prójimo, no exigirá de su prójimo o de su hermano, por haberse pregonado la remisión del Señor…” (Devarim 15:12).
Por otro lado, en el Sefer Hajinuj se explica que la importancia de la Mitzvá que el hombre hará a su prójimo radica en lo que entiende la situación precaria del deudor. El acreedor cancelará l deuda ya que aquel no está en condiciones de devolver el dinero en el séptimo año (Shemitá), es decir, en el año sabático.
De forma paralela a este precepto, el yehudí se autoeduca adquiriendo para si cualidades nobles. Despertará en su corazón el interés por ayudar a su prójimo y contribuirá a la construcción de una sociedad y un mundo mejores.