miércoles, 8 de octubre de 2014

Mensaje del Rav Yerahmiel Barylka en la fiesta de Sucot

Entre las admirables enseñanzas de Sucot, contamos con un texto basado en el Zohar con el que invitamos, en cada noche de Sucot, a distinguidos visitantes -Ushpizin- para que residan con nosotros en las cabañas.  Con esos huéspedes nos alborozamos. Son parte de nuestra historia familiar y espiritual.
Los  Ushpizin se enlazan con un tema recurrente en la filosofía judía - que el tiempo se mueve en patrones establecidos y que la historia nos está tutelando hacia un objetivo desde Adán hasta la Era Mesiánica.  Allí nos dirigimos acompañados por los siete grandes líderes de nuestra tradición, refinando nuestro espíritu para lograr la paz y la perfección.
Aparte de estos contenidos espirituales tan elevados, el énfasis principal del judaísmo permanece en las acciones humanas.
El Zohar (Emor 103a), después de explicar los Ushpizin, dice que: “También hay que alegrar a los pobres, e invitarlos a la Sucá. Porque si una persona se sienta a la sombra de la fe e invita a los huéspedes  ilustres sin conceder primero su ración [a los menesterosos],  los Ushpizin de la historia permanecen distantes de él...  cuando alegramos a los pobres primero con comida y bebida, .A. se alegra con nosotros y con Abraham, Isaac y Iaacov que nos visitan.
Que la inspiración de los Ushpizin nos ayude a cumplir con todo el potencial histórico y filosófico de la festividad de Sucot, mientras disfrutamos y nos alegramos en Él y alzamos nuestros ojos a Sión, lugar de nuestro santuario.

Jag Sameaj,
Yerahmiel Barylka
ירחמיאל ברילקה