Entre las admirables enseñanzas de Sucot, contamos con un texto basado en el Zohar con el que invitamos, en cada noche de Sucot, a distinguidos visitantes -Ushpizin- para que residan con nosotros en las cabañas. Con esos huéspedes nos alborozamos. Son parte de nuestra historia familiar y espiritual.
Los
Ushpizin se enlazan con un tema recurrente en la filosofía judía - que el
tiempo se mueve en patrones establecidos y que la historia nos está tutelando hacia un objetivo desde Adán hasta la Era Mesiánica.
Allí nos dirigimos acompañados por los siete grandes líderes de nuestra tradición, refinando nuestro espíritu para lograr la paz y
la perfección.
Aparte de estos contenidos espirituales tan elevados, el énfasis
principal del judaísmo permanece en las acciones humanas.
El
Zohar (Emor 103a), después de explicar los Ushpizin, dice que: “También hay que
alegrar a los pobres, e invitarlos a la Sucá. Porque si una persona se sienta a
la sombra de la fe e invita a los huéspedes ilustres sin conceder primero
su ración [a los menesterosos], los Ushpizin de la historia permanecen
distantes de él... cuando alegramos a los pobres primero con comida y
bebida, .A. se alegra con nosotros y con Abraham, Isaac y Iaacov que nos
visitan.
Que
la inspiración de los Ushpizin nos ayude a cumplir con todo el potencial histórico y filosófico de la festividad de Sucot, mientras
disfrutamos y nos alegramos en Él y
alzamos nuestros ojos a Sión, lugar de nuestro santuario.
Jag
Sameaj,
Yerahmiel
Barylka
ירחמיאל ברילקה