martes, 17 de febrero de 2015

Trumá

Rav Yerahmiel Barylka.

Reflexiones del Rav Yerahmiel*


La parashá de esta semana, Trumá, comienza diciendo “Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda”.
El dar es una actitud que caracteriza a nuestro pueblo desde su génesis, y que sigue distinguiéndolo también en nuestros días y entre los más jóvenes tal como le enseñaron sus abuelos y padres.

El rav Baruj Epstein (1860-1941), autor de Torá Temimá, nos enseñó que nuestra lectura se estudia después de las parashiot Itró y Mishpatim, que hablan de la entrega de los Diez Mandamientos y de las leyes de la Torá, para enseñarnos que las obras deben ser construidas con el dinero habido de conformidad a lo que nos enseña la Torá.
La Guemará en Baba Batra relata que el rey Munbaz gastó toda su riqueza que había acumulado y la distribuyó a Tzedaká en años de sequía. Vinieron sus familiares a reprocharle, y él los rechazó y entre otros argumentos les dijo: “Mis padres guardaron tesoros que no dan frutos y yo guardo tesoros que dan frutos, como está dicho: (Ieshayahu 3:10) “Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos”. …Mis padres guardaron dinero y yo guarde almas, como está dicho: (Mishlei 11:30) “El fruto del justo es árbol de vida; el que gana almas es sabio”. Mis padres guardaron para otros y yo guarde para mí mismo, como está dicho: (Devarim 24:13) “para ti será como una obra de justicia delante de .A., tu Di-os”.
Todas nuestras posesiones mundanas son transitorias, las hacemos permanentes cuando las continuamos en otro, haciendo el bien.
“Me erigirán un santuario, y habitaré en medio de ellos...” (25: 8) No dice que .A. morará en medio de él. Sino que habitará en ¡medio de ti!
Debemos esforzarnos por convertirnos en el tipo de personas en las que la Shejiná querrá habitar.
Antes de la creación, la presencia de .A. llenaba todos los espacios. Con el fin de crear un entorno de libre voluntad para nosotros, su presencia necesitó hacernos un lugarcito creando la ilusión de un vacío espiritual, que algunos perciben como un lugar carente de la presencia divina. Pero ese vacío, ¡fue creado a partir de algo! El epítome de la realidad se “retira” para nosotros. Nuestro propósito en la vida es traer de regreso su real sustancia.
A través de nuestras acciones, nuestras palabras, nuestros pensamientos, nuestra Torá, nuestra generosidad, nuestra solidaridad, nuestras acciones, debemos llenar este vacío aparente en lo espiritual con la presencia de .A.
La parashá nos muestra el camino cómo lograrlo.
Que en mérito de desarrollar y reconstruir esa conexión íntima con .A., y llenarnos con su Torá, podamos convertirnos en una morada para su presencia y la difusión de su luz a todas esas vidas con las que tengamos el mérito de estar cerca, proporcionarles el alimento material y el espiritual.

*Rav Yerahmiel Barylka. Sinagoga Rambam. La Moraleja. Madrid.