Rav Yerahmiel Barylka.Si no hubiéramos tenido la revelación en Sinaí, la salida de la esclavitud se hubiera esfumado en el tiempo, y no hubiera poseído la relevancia y el significado que duran hasta hoy. Si no la recordáramos como en la lectura de este Shabat y durante la fiesta y nos olvidáramos que tenemos un año nuevo propio y diferente, no inmortalizaríamos las carencias ni la satisfacción de habernos liberado de ellas.Al igual que antaño, lo que hacemos en nuestros días será permanente sólo si nos inspiramos en el espíritu de la Torá y de la tradición judía.
El mensaje de .A. a Moshé que cuando Israel es redimido: - "... cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a .A. sobre este monte" (Shemot 3:12), es la esencia de todo el significado de la historia del Éxodo. Desde entonces, el pueblo judío ha experimentado muchas veces la derrota y la destrucción, particularmente en el siglo pasado, el más sangriento de toda la Historia.
También hemos sido testigos de triunfos y éxitos impredecibles. Hemos sido capaces de sobrevivir y reconstruirnos a nosotros mismos, en lo personal y a nivel nacional, después de los descalabros y la desgracia.
Pero... todavía no hemos llegado a "este monte".
Además de la lucha física para sobrevivir y prosperar, nos enfrentamos a una asimilación que nos corroe, no hemos terminado de superar nuestras divisiones ni siquiera en la búsqueda de un sentido nacional. Sufrimos de una decepción interior omnipresente y de un sentido de vacío y de desorientación.
No es de sorprendernos que la construcción de Israel en nuestro tiempo aún no se haya traducido a términos rituales, espirituales y tradicionales, que sean realmente transmisibles a las generaciones posteriores. No hay Sinaí para dar sentido a nuestro Éxodo moderno y nuevos enemigos nos acosan en todos los países del mundo sin pausa y sin tregua.
Sólo cuando demos contenido a nuestras existencias, y las continuemos de la misma fuente que siempre nos alimentó, teniendo una clara visión de cuál es nuestro lugar y el de nuestros hijos, se logrará una sensación de "normalidad" en la vida israelí y en la judía.
Sinagoga Rambam. La Moraleja, Madrid.