Cada 15 de Shevat, que este año coincide con el día 16 del presente mes de enero, se celebra el Año Nuevo de los Árboles. De la misma manera que el hombre festeja Rosh Hashaná los dos primeros días de Tishrei, también al árbol se le festeja su año nuevo, según la opinión del rabino Abraham Palti. Afirma que “en muchas ocasiones se ha comparado al ser humano con el árbol, así en el libro de Tehilim, se compara al hombre fructífero como el árbol plantado en las orillas del agua y, en consecuencia, se considera al hombre no fructífero como el árbol plantado en tierra árida y desértica. El hombre fructífero, aquel que ilumina a los demás con su ejemplo y se preocupa por sus semejantes, es comparado en Pirké Avot con un árbol cuyas raíces son muy fuertes y no podrá ser derrumbado por un viento cualquiera; por el contrario aquel hombre que no se preocupa por lo que ocurre a su alrededor es parangonado como el árbol cuyas raíces no conocen la profundidad de la tierra, de tal manera que cualquier viento lo abatirá”.
"Nuestros frutos hablan por nosotros...". Vista de Jerusalem. /R.BEN-ABRAHAM. |
De la misma forma, el fortalecimiento de las raíces, según
agrega el rabino Palti, la cimentación de los valores y los buenos actos
solidifican y robustecen el tronco de un pueblo. Explica que “no es suficiente
solo predicar, los actos son los que cuentan. Hay una leyenda que refiere:-Le
preguntaron a los árboles frutales ¿por qué no hacen ruido nuestras frutas?-.
Ellos contestaron:-no necesitamos hacer ruido, nuestras frutas hablan por
nosotros-“.