jueves, 26 de diciembre de 2013

La paradoja del libre albedrío



Lectura de la Torá para Shabat 25 de Tevet de 5774
Shabat, 28 de diciembre de 2013

Parashat Vaerá
Haftará: Ezequiel 28:25-29:21
Mebarjin Hajódesh


Si bien D-s controla todos los acontecimientos del Universo, Él ha otorgado a cada ser humano la facultad del libre albedrío. Los seres humanos no son robots, tienen la potestad de elegir entre lo correcto y lo incorrecto; entre el bien y el mal. Debido a esta circunstancia, nosotros somos responsables por las decisiones y acciones que realizamos y, en consecuencia, somos premiados o castigados por nuestros actos. (Ramban, Hiljot Teshuvá, capítulos 5 y 6). No obstante, el principio del libre albedrío parece ser contradicho por el episodio del faraón. Cada vez que una plaga cesaba, el faraón se volvía más fuerte o intransigente en su posición con respecto a la petición de los hijos de Israel de salir de Egipto. Podría haber parecido que D-s le quitó al faraón la habilidad para decidirse a permitir a los judíos que se fueran. Cabe preguntarse si le faltaba al faraón el poder de elegir libremente. Por supuesto que no. Cualquier persona que presenció las 10 plagas en Egipto ya no tenía más libre albedrío de negar la existencia de D-s. ¿Quién otro si no D-s podía detentar el poder de realizar estos milagros? D-s devolvió el poder del libre albedrío al faraón. Se le confirió la habilidad de adoptar su decisión sobre si permitir o no salir a los judíos de Egipto, sin considerar la certera presencia de D-s. Fue bajo estas condiciones que el faraón, enteramente solo y con pleno poder de decisión, optó por no permitir a los judíos de Egipto.
D-s devastó Egipto con muchas plagas (makot). ¿Por qué fue necesario traer tantas plagas sobre los egipcios? ¿No hubiera sido suficiente con una sola plaga poderosa? La respuesta la encontramos en el hecho que las makot o plagas tenían un doble propósito: castigar a los egipcios e impresionar a los judíos. Mediante las plagas, D-s deja bien claro a los judíos que no era n accidente casual de la naturaleza lo que provocó su libertad de Egipto, sino una serie de hechos bien plasmados. D-s quería demostrar más del tiempo y de la historia que Él está preparado para venir en auxilio de los judíos siempre que sean merecedores de su ayuda, y por esto, nosotros debemos estar eternamente agradecidos.