La fiesta de las Cabañas o Jag Sucot se le conoce también como Jag Heasif, la fiesta de la Cosecha, “al fin de año, cuando hayas cosechado el producto de tus labores del campo”. Las mieses de los campos han sido acopiadas y la gente se encuentra ya regocijándose ante el Señor en señal de gratitud por las bendiciones que Él los ha congraciado. Se trata de la última de las tres fiestas de peregrinación o shalosh regalim, que tiene lugar entre el 15 y el 21 de Tishri, en Israel, y un día más en la diáspora. Al igual que Pésaj y Shavuot presenta varias denominaciones, que explicamos más adelante. Este año, la festividad tiene lugar entre los días 27 (al atardecer) y 6 de octubre.
Fiesta de Sucot, en Jerusalem./RAFAEL BEN-ABRAHAM BARRETO |
Durante esa semana prevalece un ambiente festivo, en la que habitar en la sucá
constituye el mandato fundamental. La construcción de la sucá se inicia nada
más terminar Yom Kipur, de tal manera que los judíos puedan pasar de un
precepto a otro o de una fortitud a otra (majail el jail). Aunque es
obligatorio habitar (comer, divertirse e incluso dormir en la sucá), debe
constituir un placer y por lo tanto debe tenerse en cuenta la mala salid o las
condiciones climáticas adversas. La liturgia incluye el uso d las cuatro
especies (lulav, etrog, hadás y aravá cada día) en el servicio de la mañana,
salvo en Shabat; se prescriben la lectura del Halel completo y de Kohelet
(Eclesiastés) en el Shabat intermedio o de otra manera en Shemini Atzeret
(octavo día de la fiesta); la keriat HaTorá establecida y el rezo de musaf o
repetición de la Amidá. El cantor, el rabino y el kahal portando las cuatro
especies realizan un circuito (hakafá) alrededor de la bimá al mismo tiempo que
se recita el poema Hoshana; en el Shabat, se abre el arca sagrada, pero no se
extrae ningún Séfer Torá y (ya que llevar el lulav está prohibido) no se
efectúa ningún circuito. El séptimo día de Sucot se realizan las siete hakafot
(Hoshana Rabá), y ramas de palmeras (aravot) conocidas popularmente hoshanot,
unidas en forma de haces, son sacudidas en forma ceremonial. Mover y agitar las
cuatro especies en las direcciones estipuladas, de acuerdo a la Halajá, éste,
sur, oeste, norte, arriba y abajo, simbolizan el reconocimiento de de D-s como
Rey Supremo sobre todos elementos y criaturas del mundo (Tratado de Sucot,
37b). El octavo día de Sucot se observa como una fiesta diferente, Shemini
Atzeret que en Israel coincide con Simjat Torá (el noveno día en las
comunidades de la diáspora). El primero y el último día (los dos primeros y los
dos últimos en la diáspora) se aplican las prohibiciones propias de yom tov,
pero se suspenden durante los días intermedios o jol hamoed, fuera del Shabat.
Durante el período de la fiesta se intercambian saludos tradicionales. A pesar
de que las asociaciones históricas con Sucot son puramente judías y nacionales,
el espíritu universalista de la celebración se expresaba también en la ofrenda
de los 70 bueyes (Bamidbar,29:12), como súplica de perdón por las 70 naciones
del mundo, junto con las plegarias para la paz (Shalom). Esta práctica señalada
en el Talmud y en las fuentes rabínicas (Tratado de Sucot, 55b) puede tener
cierto fundamento en la visión profética de una época futura en la que todas
las naciones se unirán al pueblo de Israel en Jerusalem para festejar Sucot
(Zacarías, 14:16).
Desde el punto de vista histórico, Jerusalem fue también escenario de la
ceremonia de Hakhel después de finalizar cada año shabático o shemitá. En
consonancia con la doctrina rabínica el uso ceremonial de las cuatro especies
en todos los siete días estuvo limitado en un principio, como se indica más
adelante, al recinto del Templo, pero la observancia lo hizo aplicable para
cualquier parte, después del Jurbán. Simjat Bet Hashoevá, fiesta de la
extracción del agua y libación sobre el altar, tuvo lugar desde el primer día
de Sucot hasta la destrucción del Templo; la restauración moderna en el Muro
Occidental o Kotel y en el resto de los
barrios religiosos de Jerusalem incrementa la alegría de este momento festivo.
El carácter agrícola de esta fiesta recibió la expresión
simbólica en los oficios religiosos a través del uso de las cuatro especies
vegetales (arbaá minim), que consisten en el etrog o la cidra, el lulav o rama
de palma, tres hadasim, o ramas de mirto y avarot o samas de sauce. Esta
costumbre se sostiene en el mandato bíblico: “Y tomaréis para vosotros en el
día primero el fruto del árbol hermoso (el etrog), ramos de palma (lulav), y
ramilletes de árboles frondosos (hadasim) y sauce de los arroyos (aravot) y los
regocijaréis delante del señor vuestro D-s durante siete días”.
Estas cuatro plantas, tres de las cuales, el lulav, los tres mirtos y los dos
sauces, son atados con hojas de palma, constituyen una curiosa combinación. El
Midrash explica que “Tal como el etrog tiene un buen sabor y una agradable
fragancia, así también entre los israelitas existen hombres estudiosos de la
Torá y que practican buenas acciones; un ramo de palmas, tal como su fruto, el
dátil tiene buen sabor, pero carece de aroma; así existen hombres que han
estudiado, pero que no practican lo aprendido con perfección; el mirto, por su parte, tiene un aroma
agradable pero es insulso, y de la misma manera hay hombres que practican
buenas acciones pero no estudian Torá o no poseen instrucción; tal como el
sauce no es comestible ni huele a fragancia, así es el hombre que ni ha
recibido enseñanza ni practica buenas acciones”.
Estas cuatro especies simbolizan los cuatro tipos de personas que conforman una
nación. Aisladamente, son de diferentes temperamentos, pero todos son
necesarios para componer la sociedad humana. Al ligar juntas las plantas, las
virtudes de la confraternidad, unidad y cooperación en la comunidad son
ampliamente demostradas y mancomunadas.
La bendición especial que se debe pronunciar sobre las cuatro especies es Al
netilat lulav, debido a que el lulav es la más grande de las cuatro especies.
En el primer día es seguida del recitado de Shehejeianu. Cuando se recitan Hodú
y Ana HaShem en Halel, agitamos los Arbaá Minim en todas las direcciones
proclamando de este modo que el mundo pertenece a D-s y que Su dominio
prevalece por encima de todas las cosas. Esto se parece a la ceremonia en que
se tremolaban las especies en el Templo. El Talmud alude a que en la antigüedad
los hombres de Jerusalem ponían tanto celo en el cumplimiento de este precepto que
acostumbraban transportar consigo el lulav donde quiera que se dirigiesen en el
curso de la celebración de la fiesta.
En Shabat no se toma el lulav, dado que nuestros sabios temían que el pueblo lo
transportara por las calles camino a la Sinagoga, habida cuenta de que está prohibido en ese
día transportat objetos en el dominio público. En los tiempos del Sagrado
Templo, el lulav era usado todos los días, sólo en el mismo recinto santo.
Fuera del Templo era usado sólo el primer día, dado que así fue ordenado
directamente por mandato divino (“…lo tomaréis para vosotros en el día
primero”); el lulav era tomado en el primer día dentro y fuera del Templo aún
si acontecía en Shabat. Pero tras la destrucción del Templo, se dispuso que los
judíos de todo el mundo tomaran el lulav todos los días de la festividad en
conmemoración de la práctica del Templo, salvo en Shabat, por la razón
mencionada anteriormente.
Leyes de la Sucá
La construcción de la Sucá debe cumplir los requisitos
establecidos por la Torá. El techo de la sucá debe observar tres condiciones
para ser válido: estará formado de un material vegetal como ramas de árboles,
cañas y matorrales, entre otros; deberá estar desligado de la tierra. Un árbol
no puede ser techo de la sucá. Cualquier material que reciba impureza será
inválido para cubrir la sucá, como utensilios de madera, baúles y alimentos.
Cualquier pared fija y estable será válida para sucá. La sucá deberá medir de
altura un metro como mínimo y diez como máximo. El largo y ancho de la sucá
deben sobrepasar los 70 centímetros. Se tendrá la precaución de no levantar la
sucá bajo un árbol o una terraza.
La primera noche de Sucot debemos cumplir el precepto positivo de comer un
cazayit (27 gramos) de pan en la sucá, igual que en la primera noche de Pésaj
en la que tomamos la misma cantidad de matzá. En ambos casos se debe ingerir en
siete minutos como máximo, mejor si se hace en cuatro minutos. Los demás días
no estamos obligados a comer en la sucá. Sin embargo, quien come pan, tortas,
pastas y demás alimentos a base de cereales por encima de los 54 gramos lo
deberá hacer en la sucá. Aún así quien como todo en la sucá será bendecido.
También se está obligado a dormir en la sucá durante Sucot tanto de noche como
en la tarde. No obstante, en lugares donde hace frío en estas fechas o si
resulta desagradable, se está exento de dormir en la sucá.
Las mujeres están exentas de esta mitzvá, por ser un precepto positivo ligado
al tiempo fijo, pero tendrá recompensa si la cumple.
Fuentes consultadas:
Centro Educativo Sefaradí de Jerusalem, Yaco Newman, Gabriel
Siván y Vidal Elgozy.