jueves, 4 de febrero de 2016

"Y estas son las leyes..."

Lectura de la Torá para Shabat,  27 de Shevat de 5776


Shabat, 6 de febrero de 2016
Parashat Mishpatim
Shemot 21:1-24:18
Haftará: Jeremías 34:8-33:25-26
Mevarjin Hajódesh


Esta semana leemos la porción de la Torá, Mishpatim, que incluye muchos mandamientos vinculados con la ley civil y se sitúa inmediatamente después de los Diez Mandamientos. Comienza esta parashat con la expresión “Y estas son las leyes”, empleando la conjunción “y”. Nuestros sabios nos señalan que esto es para poner de relieve que así como “lo primero-los Diez Mandamientos-, también fueron dados en el Monte Sinaí todos los preceptos subsiguientes. Esta observación, de acuerdo a lo comentado por el rabí Moshé Benzaquén, tiene implicaciones de muy largo alcance particularmente en relación con nuestra sociedad actual y nuestra forma moderna de pensar. Aclara el rab Benzaquén que “nosotros generalmente encontramos en la Torá tres categorías de leyes o juicios, testimonios y estatutos. Los primeros son aquellos que habrán evolucionado con el objeto de asegurar la estabilidad social y la coexistencia pacífica. Es decir, contra el robo y el crimen”.

La segunda categoría, añade, no se habría sido instituida por la sociedad, pero ya que D-s lo hizo puede ser aceptado como lógico. Esto incluye el Shabat y el kashrut*. La tercera se refiere a los estatutos que son incomprensibles para el intelecto humano, por ejemplo, la vaca roja y el Shaatnez*. Pero todos son igualmente importantes como enseñanzas divinas y deben, por tanto, ser obedecidas.
El rabí Moshé Benzaquén subraya que “uno escucha demasiado a menudo comentarios respecto a la llamada irrelevancia de ciertas leyes que el hombre libre tiene la posibilidad de decidir cuáles de punto del Judaísmo debe respetar. Todas sus decisiones, sin embargo, están basadas en su entendimiento y un conocimiento limitados. Esto produce una erosión de nuestra religión hasta que finalmente, en muchos casos, es completamente ignorada a menudo con resultados trágicos”.
“Para prevenir tales calamidades-explica-la Torá hace una observación de inmediato “y estos”. Cada una de las leyes emana del Todopoderoso (aún aquellas que nosotros hemos instituido por acuerdo recíproco). Él, en Su Sabiduría y entendimiento, dio estas enseñanzas para asegurar nuestro futuro como una nación perfecta y completa y para garantizar nuestra seguridad física en nuestra propia tierra con paz y tranquilidad”.
Imperios poderosos se han expandido y sucumbido a través de los tiempos. Sin embargo, nosotros hemos sobrevivido. La preservación de nuestra identidad como nación, remarca Moshé Benzquén, es debida a nuestra tenacidad con un único objetivo y a la fuerza de nuestro carácter para enfrentar el peligro físico de afuera y desafortunadamente a veces, también de adentro.