Rafael Ben-Abraham Barreto*
El pueblo judío, en Israel y la diáspora, se prepara para la celebración del Año Nuevo 5777 ó de la Creación del Mundo, que en esta ocasión acontece con la salida de la primera estrella en la noche del próximo domingo, 2 de octubre, coincidiendo con la salida de la luna nueva o novilunio. Rosh Hashaná, que en hebreo equivale a cabeza de año, tendrá lugar el lunes 3 y martes 4, y en Canarias lo festejan en torno a unas 60 familias repartidas entre las Islas, mayormente, en Las Palmas de Gran Canaria, donde la comunidad es mucho más amplia, y donde tiene lugar de forma regular los oficios de Shabat y Yom Tov (Fiesta). En Tenerife las familias judías lo festejan en familia, en privado. Este 5777 es año jubilar o del Yovel, que acontece cada cincuenta años.
Rosh Hashaná tiene lugar los dos primeros días del mes hebreo
de Tishrei. En ningún lugar de la Torá (Jumash/Pentateuco) se hace alusión a
que el año nuevo sea a comienzos del séptimo mes de nuestro calendario. Esta
solemne festividad se la define en el Tanaj como Yom Teruá (Día del Toque del
Shofar) o Zicarón Teruá (Recordación del Toque del Shofar). También Rosh
Hashaná se le identifica en la liturgia como Yom Zikarón (Día del Recuerdo) y
Yom Hadín (Día del Juicio).
El concepto de Año Nuevo, tal como lo conocemos actualmente,
aparece sólo en la Mishná (Repetición de la Torá) que indica: “El primero de
Tishrei comienza el año calendario”. (Tratado de Rosh Hashaná 1:1). Sin
embargo, el comienzo de los meses es en el mes de Aviv o de la primavera, que
se le conoce como Nisán, en el que tuvo lugar el fin de la esclavitud y la
salida de Egipto del pueblo de Israel.
El Año Nuevo Judío señala el advenimiento de las festividades
solemnes e introduce los días de penitencia anuales, los diez días que
transcurren hasta Yom Kipur o Día del Perdón. Gran parte de estos dos días
festivos transcurre en medio de la plegaria y la introspección, en los que
tiene lugar el toque del cuerno de carnero o shofar, que comprende varias asociaciones
simbólicas, a excepción de si el primer día de Rosh Hashaná cae en Sábado, en
que no se toca.
Rosh Hashaná no posee la alegría de otros días santos, como
las tres fiestas de peregrinaje (Shalosh Regalim): Pesaj (Pascua), Shavuot
(Semanas) y Sucot (Cabañas), y por tanto, en los rezos se omite el recitado del
Halel.
Leyes y costumbres
Las leyes y costumbres que rigen la observancia de la
festividad comprenden el remojado del pan
empleado para la bendición (hamotzi) después del kidush (bendición sobre
el vino) en miel en vez de sal y también trozos de manzana en miel, lo que
simboliza la esperanza judía de que el año será dulce; se utilizan hogazas de
pan redondas en la mesa en vez de la jalá plana (pan trenzado), se comen la
cabeza de pescado y zanahorias, símbolos de liderazgo y fertilidad; se evitan
las nueces, dado que en hebreo (egoz) nuez equivale al término hebreo de la
Mishná jet (pecado) en gematría; y se arrojan los pecados al mar, lago o a un
río mediante la ceremonia del tashli, la primera tarde de Rosh Hashaná o en la
segunda si el primer día cae en Shabat (día de descanso).
Rige la costumbre de poner en la mesa durante las dos cenas
de Rosh Hashaná manzanas con miel, dátiles, granadas, acelgas, poros o puerro,
alubias y calabaza.
En esta fiesta hay que comer, beber y alegrarse, por lo que
se prohíbe ayunar. Se acostumbra presentar la mesa con frutas y verduras y hay
quienes comen pescado como un signo del deseo de multiplicarse como los peces,
especialmente, si la festividad cae en Sábado, aunque hay quienes se abstienen
de hacerlo.
Desde Tenerife, Shana Tová uMetuka.
*Secretario-portavoz
de la Comunidad Judía de Tenerife.