13(1) Y le dijo el Eterno a Moisés: (2) “Envía a hombres para que exploren la tierra de Canaan (C’náan) que di a los hijos de Israel. De cada tribu, mandaréis a un hombre, el principal de cada tribu”. (3) Y Moisés, por mandato del Eterno, envió a los jefes de los hijos de Israel desde el desierto de Parán (4). Y estos son sus nombres: de la tribu de Rubén, Samúa (Shamúa), hijo de Sacur (Zacur); (5) de la tribu de Simeón, Safat (Shafat) hijo de Jorí; (6) de la tribu de Judá, Caleb (Calev) hijo de Jefone (Yefuné); (7) de la tribu de Isacar, Igal (Yig’al); (8) de la tribu de Efraín, Oseas (Oshea) hijo de Nun; (9) de la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú; (10) de la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodí; (11) de la tribu de Manasés, Gadí hijo de Susí; (12) de la tribu de Dan, Amiel hijo de Guemalí; (13 de la tribu de Aser, Setur (Shtur) hijo de Miguel (Mijael); (14) de la tribu de Neftalí; Najbi hijo de Vofsí (15) de la tribu de Gad, Gueuel hijo de Mají. (16) Tales son los nombres de los hombres que envió Moisés a reconocer la tierra. Y a Oseas, hijo de Nun, lo llamó Josué (Yehoshúa). (17) Y envió a sus emisarios para explorar la tierra de Canaán diciéndoles: “Id por allí hacia el sur y subid a la montaña, (18), y ved cómo es la tierra y cómo son quienes la habitan, si son fuertes o débiles, pocos o muchos…” .
La parashat
de esta semana, Shabat, 23 de Siván de 5777 (17 de junio de 2017),
correspondiente a Bamidbar 13:1-15:41, nos cuenta acerca del triste e
infortunado episodio de los espías que envió Moshé Rabenu para observar y
examinar Eretz Israel, quienes a su
regreso presentaron un dictamen
desfavorable, lo que acarreó desánimo en el seno del pueblo. Tal impacto
provocó dicho informe negativo que el pueblo se rebeló contra su líder y pidió
volver a Egipto. Pero más triste fue el castigo ordenado por HaShem,
consistente en que todas las personas mayores de 20 años morirían en el
desierto y sólo la generación siguiente podría entrar en Eretz Israel que sus
mayores habían despreciado.
El Midrash
precisa que la muerte de esta generación fue paulatina; cada año al llegar el 9
de av, fecha en la que tuvo lugar el episodio, se ordenaba a cada adulto a que
cavara su propia tumba y se acostara en ella. Al día siguiente los que
despertaban con vida comprobaban que 15.000 habían quedado en sus lugares, así
que en 40 años se llegaba al total de los 600.000 que habían salido de Egipto.
No obstante, el Midrash relata que el último año los 15.000 sobrevivientes
cavaron sus tumbas en Tisha Beav, pero a la mañana siguiente vieron atónitos
que todos estaban vivos. Incluso creyeron haberse equivocado de fecha,
volvieron a hacer lo mismo la noche posterior, y así sucesivamente hasta el día
15, cuando vieron la luna llena, todo duda quedó despejada y comprendieron que
ellos habían sido perdonados. Desde entonces, el 15 de Av es festivo.
Por otro
lado, en esta porción semanal de la lectura de la Torá, se aborda el precepto
de la colocación de los flecos en los bordes de los mantos, tzitzit.