Este Shabat (Najamú), que sigue al 9 de Av, leemos la parashat Vaet-janan (“Y le supliqué al Eterno…”). En relación con el primer versículo de esta porción semanal (Devarim 3:23-7:11) se exponen las 10 manera de rezar a D-s. Cada una de estas maneras expresa un sentimiento, un estado de ánimo y una expectativa distinta. Estas diez formas de dirigirnos a D-s son las siguientes: clamor, rogar, acudir, gemir, rezar, cantar, insistir, apelar, postrarse y suplicar. Esta última expresión, según escribe el rabí Mordejai Babor, “manifiesta una petición de gracia, aunque sea inmerecida. Y esto lo intentó Moshé en última instancia, implorando a D-s que lo indultara”.
Por su parte, el Midrash señala que Moshé realizó 515 rezos, por los que pedía a
D-s que lo dejara entrar en la Tierra de Israel. Sin embargo, el Eterno le
ordena que no siga insistiendo.
En esta parashat se alude a los Diez Mandamientos, al cumplimiento de la Tora,
de todos sus preceptos y se advierte que la Torá es invariable e inmutable, que
no se puede reducir ni ampliar. Es decir que no se pueden agregar ni quitar de
sus 613 preceptos o mitzvot (365 negativos y 248 positivos). Viene al caso uno
de los 13 principios de la Fe, que señala que “D-s no cambiará ni trocará su
ley sustituyéndola por otra”.
Los Diez Mandamientos representan una síntesis de la ideología judía y
constituyen la base de la Civilización Humana. Constan de 620 letras alusivas a
los 613 preceptos básicos, más los siete que los sabios de Israel instituyeron más tarde.
Tres categorías
Los preceptos se agrupan en tres categorías: los
relacionados con las celebraciones o fiestas (Pesaj, Shavuot y Sucot; Rosh
Hashana y Yom Kipur), y rituales como el Brit Milá o la Circuncisión, rezar,
comer kasher, el Kidush, la Mezuzá..; los relacionados con cuestiones legales
vinculadas a la conducta como amar al prójimo, formar una familia, no robar, no
matar, no mentir ni difamar, etc., y aquellos decretos que no tienen una
explicación aparente como la prohibición de mezclar leche y carne o lana o lino.