“Vehaiá ékev tishmeún” –“Y será cuando escuchares”-, conforme señala Rashi, esta porción Ékev (Devarim 7:12-11:25) se refiere a los mandamientos que el hombre pisa con sus calcañares. Entonces D-s los colmará de bendiciones y guardará el pacto de los patriarcas para darle todo lo bueno.
Según escribe el Rab Iehoshúa S. Hilu, “el Rey David dice en el Libro de los
Salmos (Capítulo 49): -La transgresión de mis calcañares me rodeará- Comentan
nuestros sabios que el Rey David dijo:-no me preocupo por las transgresiones
graves pues estoy seguro de que me cuido de ellas, pero las transgresiones
ligeras que el hombre pisa con sus tobillos son las que me rodearán en el mundo
de la verdad-“.
En la Guemará Baba Batra 16 indica el rabí Levi: “El Satán y
Peniná, compañera de Janá cuando criticaron el Satán a Job y Peniná a Janá, con
fines buenos lo hicieron. Así lo explicó el rab Aja ben Iakov de Papunia: vino
el Satán y lo besó en su pie. ¿Por qué lo besó en el pie y no en la mano o en
otra parte?
En Yom Kipur, al final de la Amidá decimos el Vidui
(Confesión): “Por el error que cometimos ante Ticon el iétser hará”. Todas las
transgresiones:¿su origen hay que atribuirlo al instinto malo? Si D-s quiere
que hagamos lo bueno, que cumplamos con los mandamientos: ¿cómo es posible que
aquí haya creado un ángel para desviarnos del camino recto? Lo cierto es que
D-s creó al Satán para que él cumpla con su meta de hacer la voluntad de D-s.