domingo, 26 de agosto de 2018

“Digo hoy al Eterno, que vine a la Tierra que Él juró a nuestros padres hacernos heredar…"


En esta porción Ki Tavo (Devarim 26:1-29:8) leemos: “Será que cuando entres en el país que el Eterno, tu D-s, te dé por heredad y la poseas y mores en él, tomarás las primicias de todo el fruto del suelo, las pondrás en el cesto e irás al lugar que eligió el Eterno, tu D-s, para hacer morar su nombre allí..”. (Devarim 26:12).
Esta parashat comienza con el término hebreo Vahaiá, que significa “Y será”.
Nuestros sabios señalan que esta manifestación indica una situación feliz. ¿Acaso existe una satisfacción mayor que la llegada del pueblo judío a Eretz Israel?"
Esa alegría de acceder a la Tierra Prometida se asocia con la labor de sembrar, arar y cosechar. Seguidamente, los hijos de Israel elevan los primeros frutos de su trabajo como ofrenda de gratitud al Todopoderoso en el lugar elegido por Él, “para hacer morar Su Nombre allí”.
La trascendencia e importancia de esta ceremonia se ve enfatizada y subrayada por el hecho de que al llevar las ofrendas al Sagrado Templo de Jerusalem el agricultor deberá pronunciar los versículos referentes a la historia del pueblo judío.

domingo, 19 de agosto de 2018

Reforzar los lazos familiares


 Los tres párrafos que dan comienzo a esta parashat (Devarim 21:10-25-19) tratan de situaciones familiares únicas, es decir: el soldado que se enamora de una chica enemiga, el hombre que tiene dos esposas, una amada y otra despreciada, y el hijo rebelde, según escribe el rabí Sam Kassim.
Agrega el comentarista que “en tiempos pasados estas situaciones eran muy raras. Sin embargo, recién en la actualidad podemos realmente comprender la Torá. Hoy en día en Israel existen algunos judíos que brindan tratamiento especial a prisioneros de origen no judío. Contamos además en Israel con una institución de segunda “esposa” cuyos derechos están protegidos por ley. Y, finalmente, predominan los chicos rebeldes que eligen no seguir los pasos de sus padres”.
“D-s nos dice-añade-cómo conducirnos con las situaciones presentadas arriba y esto asegura la preservación de la sociedad que se rija de acuerdo a la Torá y esté basada en el mutuo amor, paz y tranquilidad. Una parashat tan repleta de mitzvot, ubica a la familia cono sine qua non ante los demás preceptos que aparecen en el capítulo, para decirnos que debemos reforzar nuestros lazos familiares, nuestros lazos comunitarios, nuestra tradición sefaradí y nuestra herencia judaica para garantizar la perpetuidad del Judaísmo en las generaciones futuras”.

domingo, 12 de agosto de 2018

"Los jueces son para ti"


“Jueces y Policías has de instalar”. La administración de justicia y la defensa de los derechos humanos conforman un valor esencial del Judaísmo, según se desprende del contenido de la parashat que leemos esta semana Shofetim (Devarim 16:18-21:9). Cuando la humanidad se encontraba todavía inmersa en el oscurantismo político y social, regida por los que detentaban el poder de la fuerza bruta, la Torá ya legislaba al pueblo de Israel con las reglas básicas de la Justicia y el Derecho.
Según escribe el rabí Mordejai Babor, “hay gente que considera que las leyes de la justicia son para los demás. Por esto, la Torá señala que “los jueces son para ti”.
La institución jurídica judía consta de tres cuerpos legislativos: la Corte Suprema de Justicia (Sanhedré Guedolá), integrada por 71 miembros y tenía su sede en Jerusalem; el Tribunal General (Senhedré Ketanna), con 23 magistrados; y el Juzgado Común (Bet Din), compuesto por tres jueces y rige en cada población. Esta última institución pervive hasta hoy en día y es competente en  los asuntos civiles y económicos, así como de otra naturaleza.
Por otro lado, a grandes rasgos, cabe señalar que la parashat de esta semana comprende una serie de pautas en la aplicación de las garantías procesales derivadas de la instrucción y desarrollo de un juicio, de tal manera que prohíbe la aceptación de sobornos y las preferencias en el juicio, la prevaricación. Regula los requisitos indispensables para la celebración y validez de un juicio, con la presencia de testigos.


domingo, 5 de agosto de 2018

"Mira que hoy pongo ante vosotros una bendición y una maldición"


“Mira que hoy pongo ante vosotros una bendición y una maldición. La bendición es válida si cumplís mis mandamientos del Eterno vuestro D-s que hoy os imparto y la maldición os valdrá si no cumplís los mandamientos del Eterno vuestro D-s y os apartáis de Su camino para ir tras otros dioses que no conocisteis”.
Una de las cuestiones fundamentales que se aborda en esta parashat (Devarim 11:26-16:17) se refiere a los preceptos de carácter social, en lo concerniente a las relaciones de la persona para con su prójimo y de ambos frente a la sociedad y, en este punto, la Torá establece un conjunto de reglas y normas sobre la ayuda mutua, la justicia y la honestidad.
En la vida cotidiana, según señala Meir Tuvy (Centro de Estudios Sefaradíes de Jerusalem), “nos encontramos con personas que tras haber trabajado honradamente durante años, llegaron a una holgada posición económica. Pero al pedírseles ayuda para los débiles o necesitados, se niegan rotundamente. Alegan que el dinero es sólo de ellos y nadie puede obligarles ayudar  a los pobres o prestarles dinero, o apoyar económicamente una obra benéfica”.
Agrega que “Ramban (Najmánides) acota: -Si no se ayuda al necesitado, nos asemejaríamos a los habitantes de Sodoma y Gomorra. El mundo no tendría razón alguna de existir ya que su construcción y existencia se basa en la ayuda mutua y la misericordia-"
“Para evitar que el mundo sea un caos desde el punto de vista social-añade Meir Tuvy-, fueron ordenados en la Torá muchos preceptos con la finalidad de que el hombre ame y ayude al prójimo”.
En esta parashat, además, leemos: “Al cabo de siete años harás remisión, y ésta será la manera de la remisión: Todo acreedor remitirá lo que hubiere prestado a su prójimo, no exigirá de su prójimo o de sus hermanos, por haberse pregonado la remisión del Señor…”. (Devarim 15:1-2)”.

domingo, 29 de julio de 2018

Los mandamientos que el hombre pisa con sus calcañares



“Vehaiá ékev tishmeún” –“Y será cuando escuchares”-, conforme señala Rashi, esta porción Ékev (Devarim 7:12-11:25) se refiere a los mandamientos que el hombre pisa con sus calcañares. Entonces D-s los colmará de bendiciones y guardará el pacto de los patriarcas para darle todo lo bueno. 

Según escribe el Rab Iehoshúa S. Hilu, “el Rey David dice en el Libro de los Salmos (Capítulo 49): -La transgresión de mis calcañares me rodeará- Comentan nuestros sabios que el Rey David dijo:-no me preocupo por las transgresiones graves pues estoy seguro de que me cuido de ellas, pero las transgresiones ligeras que el hombre pisa con sus tobillos son las que me rodearán en el mundo de la verdad-“.
En la Guemará Baba Batra 16 indica el rabí Levi: “El Satán y Peniná, compañera de Janá cuando criticaron el Satán a Job y Peniná a Janá, con fines buenos lo hicieron. Así lo explicó el rab Aja ben Iakov de Papunia: vino el Satán y lo besó en su pie. ¿Por qué lo besó en el pie y no en la mano o en otra parte?
En Yom Kipur, al final de la Amidá decimos el Vidui (Confesión): “Por el error que cometimos ante Ticon el iétser hará”. Todas las transgresiones:¿su origen hay que atribuirlo al instinto malo? Si D-s quiere que hagamos lo bueno, que cumplamos con los mandamientos: ¿cómo es posible que aquí haya creado un ángel para desviarnos del camino recto? Lo cierto es que D-s creó al Satán para que él cumpla con su meta de hacer la voluntad de D-s.

miércoles, 25 de julio de 2018

Inmutable y eterna


Este Shabat (Najamú), que sigue al 9 de Av, leemos la parashat Vaet-janan (“Y le supliqué al Eterno…”). En relación con el primer versículo de esta porción semanal (Devarim 3:23-7:11) se exponen las  10 manera  de rezar a D-s. Cada una de estas maneras expresa un sentimiento, un estado de ánimo y una expectativa distinta. Estas diez formas de dirigirnos a D-s son las siguientes: clamor, rogar, acudir, gemir, rezar, cantar, insistir, apelar, postrarse y suplicar. Esta última expresión, según escribe el rabí Mordejai Babor, “manifiesta una petición de gracia, aunque sea inmerecida. Y esto lo intentó Moshé en última instancia, implorando a D-s que lo indultara”.

Por su parte, el Midrash señala que Moshé realizó 515 rezos, por los que pedía a D-s que lo dejara entrar en la Tierra de Israel. Sin embargo, el Eterno le ordena que no siga insistiendo.
En esta parashat se alude a los Diez Mandamientos, al cumplimiento de la Tora, de todos sus preceptos y se advierte que la Torá es invariable e inmutable, que no se puede reducir ni ampliar. Es decir que no se pueden agregar ni quitar de sus 613 preceptos o mitzvot (365 negativos y 248 positivos). Viene al caso uno de los 13 principios de la Fe, que señala que “D-s no cambiará ni trocará su ley sustituyéndola por otra”.
Los Diez Mandamientos representan una síntesis de la ideología judía y constituyen la base de la Civilización Humana. Constan de 620 letras alusivas a los 613 preceptos básicos, más los siete que los sabios de Israel  instituyeron más tarde.


Tres categorías

Los preceptos se agrupan en tres categorías: los relacionados con las celebraciones o fiestas (Pesaj, Shavuot y Sucot; Rosh Hashana y Yom Kipur), y rituales como el Brit Milá o la Circuncisión, rezar, comer kasher, el Kidush, la Mezuzá..; los relacionados con cuestiones legales vinculadas a la conducta como amar al prójimo, formar una familia, no robar, no matar, no mentir ni difamar, etc., y aquellos decretos que no tienen una explicación aparente como la prohibición de mezclar leche y carne o lana o lino.

jueves, 12 de julio de 2018

"El que formula un voto se predispone a la transgresión"


Con la parashat Matot-Masé (Bamidbar 30:2-36:13) que leemos esta semana concluye la lectura del cuarto libro de la Torá, Bamidbar (Números), y la misma comienza aludiendo a las leyes relativas a las promesas, votos y juramentos que fueron hechos por Moshé a las cabezas (matot) de las tribus de los hijos de Israel. En este aspecto cabe preguntarse, según escribe el rabí Mordejai Ben Moshé Maarabi, qué necesidad tenía Moshé de transmitir, “especialmente”, esta parashat concerniente a las promesas a los líderes de las tribus de Israel. 

Este aspecto lo explica el sabio Rabí Moshé Sofer, autor del “Jatam Sofer” (1762-1839), quien le da el siguiente sentido: es costumbre que “rashé hamatot”, los dirigentes y askanim en general, prometen y aseguran a las multitudes diferentes promesas grandes y pequeñas, e incluso hasta se juramentan por el cumplimiento de sus palabras, y resulta al final que no cumplen siquiera una ínfima parte de sus promesas, alegando vagos motivos y falsas excusas. Una amarga realidad es, que precisamente, quienes dirigen a una comunidad, quienes deberían ser ejemplo y servir de modelo al pueblo tanto en sus actos como en sus atributos, se permiten ellos mismos alterar sus compromisos, borrando aquellas promesas formuladas en público ante su pueblo. En consecuencia, la Torá se dirige y previene rigurosamente y solemnemente a cada uno de las cabezas de las tribus: “No ha de violar su palabra conforme a todo lo que saliere de su boca deberá hacer”.
Así las cosas, todo líder de Israel debe ser especialmente cuidadoso y afinar permanentemente su propio sentido de la audición, para escuchar muy bien, todas aquellas cosas que son dichas sobre él, en los más variados espectros de la comunidad y tomar conocimiento de las necesidades inmediatas que requieren las masas por él lideradas; “y así, de acuerdo a su capacidad de escucha, sostendrá e incrementará en todo momento su actuación para el bien del pueblo, de su comunidad y de todos sus integrantes”.
En el Talmud Babli, Nedarim 20, se detalla: “No te acostumbres a hacer votos y promesas. Finalmente, dejarás de cumplir tus juramentos”.
“El que hace votos es como si pecara, porque está escrito: Y si dejas de hacer votos, no tendrás transgresión” (Devarim, 23:23). O sea, el que hace un voto se predispone a la transgresión, según el tratado de Nedarim 77 (Talmud Babli o de Babilónico).