En esta parashat, que se lee esta semana (Balak, Bamidbar 22:2-25:9), se nos narra el intento de Balak de destruir al pueblo de Israel y él sabe que no lo conseguirá mediante la guerra porque D-s está con Israel. Así pues, recurre luego a Bilam, profeta de los gentiles que alcanzó el mismo grado de sabiduría y profecía que Moisés. Balak entendía, que por ello podría maldecir al pueblo elegido, en el preciso momento que existe en cada día, que todos ignoraban pero que sólo Bilam conocía. Según explica Jack Suli, “hay un instante en el día que todo aquello que se pide se cumple… Y Bilam sabedor de todo ello lo intentó”.Cabe preguntarse por qué D-s concedió la profecía a un malvado. La respuesta reside en que el Todopoderoso, demostrando Su equidad, de la misma manera que dio a Moisés como profeta de Israel, así también lo dio a Bilam como profeta de los gentiles.
Cuando Bilam intentó maldecir al pueblo, brotaron de su boca dulces palabras pues el pueblo de Israel es el bendecido, ya que D-s le dijo a Abraham: “Y te haré por un pueblo grande y te bendeciré y engrandeceré tu nombre y será bendición”.
Suli escribe que “fue así que, entre otras cosas, Bilam expresó:-He aquí un pueblo que solo habitará y entre las naciones no será considerado-. Este aserto parece cumplirse a carta cabal a través de la historia y es de actualidad en esta época. En cada momento histórico queda evidente la soledad del pueblo de Israel entre las naciones del mundo.