Lectura de la Torá para Shabat, 13 de Kislev de 5774
Sábado, 16 de noviembre de 2013
Parashat Vaishlag
Bereshit 32:4-36.43
Haftará: Abdías 1:1-21
En muchas ocasiones leemos en el Séfer Bereshit acerca de la rivalidad y el
enfrentamiento entre hermanos. El primer asesinato de la Historia de la
Humanidad, conforme nos narra el Génesis, fue consecuencia de la disputa entre
los hermanos Caín y Abel. Ismael tuvo que abandonar la casa de Abraham Avinu
por la disputa que libraba con su hermano Yitzhak. La tercera y más preocupante
fue la que protagonizaron Yaakov y Esav-Esaú. Éste último había planeado una
venganza contra su hermano Yaakov: “Que llegue el período de luto de mi padre,
para que yo mate a mi hermano Yaakov”. (Bereshit, 27:41).
La parashat de esta semana nos informa que el dilatado período de enemistad
de Esav hacia Yaakov alejó la paz, la concordia y la amistad. La Torá señala
que “ellos fueron separados uno del otro, entonces, el día que Esav emprendió
su viaje de regreso a Seir, Yaakov viajó a Sukot”. (Bereshit 34:16-17).
Sobre este particular Rashí comenta los pensamientos de Yaakov la noche anterior
a su encuentro con Esav. Igualmente, el Midrash señala que Yaakov temía ser
asesinado y era presa de la angustia ante la posibilidad de tener que matar a
alguien.
Además, Yaakov estaba aquejado por otros problemas y preocupaciones,
independientemente de aquellos relacionados con la protección y seguridad de su
familia y bienes. Estaba muy preocupado por una cuestión de moral. Sabía de la
amargura de una pelea, a matar o ser matado. Su angustia era aún mayor, si
cabe, porque el opositor era su hermano. Por esta razón y tal como comenta el
rav David Shofet, Yaakov suplica y dice:
“Líbrenme, suplico, de las manos de mi hermano, de las manos de Esav”.
(Bereshit 37:12).
E opinión del rav Shofet, “es desafortunado que aún en nuestro tiempo la
naturaleza de la enemistad de Esav hacia Yaakov no haya sido cambiada. Esto
continúa siendo la fuente de inspiración para los árabes”.
Colegimos con esta opinión rabínica que cualquier soldado israelí en gran
parte sabe que él debe matar o será matado por la bala o un puñal de un
desconocido.
La tercera rivalidad como se mencionó al principio es la más seria, ya que
se trata de la que protagonizan dos hermanos. En este sentido, nosotros como
judíos tenemos la responsabilidad de continuar nuestra plegaria y desarrollar
una posición firme que traiga a Esav hacia la paz y la amistad entre nosotros.