Esta noche y durante todo el día de mañana, cinco de
mayo (27 de Nisán de 5776), recordamos en Israel y la Diáspora, a las víctimas del
Holocausto o Yom haShoah, y con tal motivo recuperamos para nuestros lectores y
seguidores un amplio reportaje sobre la significación e implicación de esta
conmemoración. Una fecha para el recuerdo, la meditación y el estudio de uno de
los pasajes más negros y horrendos de la historia de la Humanidad, que supuso
la aniquilación de más de seis millones de personas en Europa.
Shoah significa literalmente
desastre ruina, catástrofe, específicamente Hashoáh, el Holocausto de la
Judería Europea programado y ejecutado por los nazis desde el ascenso al poder
de Adolfo Hitler en 1933 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945. Aunque
también hay que tener en cuenta que el Pueblo Judío sufrió grandes pérdidas a
lo largo de la historia, como por ejemplo durante la época romana y por las
masacres desatadas en el curso de las cruzadas, los pogroms de Europa de la
Edad Media, la Inquisición española, revuelta de Chmielnicki en Ucrania en el
siglo XVII, la política nazi del genocidio en el siglo XX “civilizado” fue
única por su alcance e intensidad.
La política hitleriana basada en su idea de la raza
superior teutónica en guerra con los pueblos “inferiores” se formuló en 1933,
pero fue considerada con escepticismo, incluso en Alemania, hasta su
aplicación. La destrucción total del Pueblo Judío (“Solución Final del Problema
Judío” en la engañosa jerga nazi fue
planteada por ideólogos, organizada por líderes de la Gestapo y la SS, como
Heydrich, Himler, Eichmann y otros, comunes y austríacos, ayudados por
colaboradores en los territorios bajo control nazi.
El proceso se inició con persecuciones en masa y
leyes discriminatorias, conocidas como Leyes de Nüremberg en 1935, motines y
destrucción como los tristemente recordados como la Noche de Cristal de 1938 y
el establecimiento de los primeros campos de concentración en el Tercer Reich
en franca expansión antes de la declaración de la guerra. Desde 1939, en que
comienza la II Guerra Mundial, cuando los ejércitos alemanes se lanzaron en
avalancha sobre toda Europa, la aniqulación de los judíos se llevó a cabo con
una minuciosidad satánica y con eficiencia por medio del uso de deportaciones a
ghetos especiales en Varsovia, matanzas en masa como las perpetradas en Babi
Yar, traslados para reasentamiento hacia la muerte en campos de exterminio,
donde las víctimas morían de hambre o trabajaban hasta morir o se les mataba
por medio de gas y luego incinerados. Auschwitz, Birkenau, Berguen-Belsen,
Dachau, Majdanek, Sobibor y Treblinka fueron algunos de los emplazamientos
donde se perpetró el asesinato en masa de seis millones (6.000.000) de
personas, hombres, mujeres, niños y ancianos de toda clase y condición. No hay
que perder de vista que los doctores y “científicos” de la muerte efectuaron
experimentos inmundos y bestiales contra seres humanos no sólo judíos (en su
mayoría) sino con otras etnias o condición política o genética.