En esta semana de avelu que concluye al término del 9 de Av volvemos a traer a nuestra modesta revista unas reflexiones y enseñanzas acerca de ese aciago día para Am Israel que recordamos como si hubiera acontecido en esta generación, pero con la esperanza de que podamos ver reconstruído el III Templo de Jerusalem en su lugar primigenio.
Kotel HaMaarabi./RAFAEL BEN-ABRAHAM BARRETO |
Estos días que transcurren entre el 17 de Tamuz y el 9 de Ab (este año de 5777, coincide con el 1 de agosto de 2017, o sea el próximo martes-desde el atardecer del lunes hasta después de la puesta del sol del día siguiente- son denominados en la Halajá “ben hametzarim” –entre la angustia-, pues marcan el trágico período en el que Jerusalén fue asaltada y el sagrado Templo que allí existía destruido, debido a ello practicamos distintas costumbres de duelo por aquella destrucción que tanto nos afectó. Sin embargo, cabe preguntar por qué tanto luto por aquella destrucción, por qué continuar sufriendo aquel período histórico, según se recoge en el texto de la Halajá del Día o Halacha Yomit (Jerusalem).