lunes, 18 de marzo de 2019

El triunfo del bien sobre el mal


Los judíos de Israel y la Diáspora festejan Purim y Shushán Purim a mediados de esta semana. El término Purim significa literalmente “Suertes”, plural de léxico Pur (Suerte o sorteo). En estas fechas se conmemora la salvación de los judíos de Persia, según se narra en el Libro de Ester o Meguilat Ester (Rollo de Ester). Se trata de una fiesta menor en el calendario, y existe la obligación de escuchar o recitar el relato de Ester en la sinagoga. El momento más temprano para la lectura del Libro de Ester es el 11 de Adar, pero se acostumbra a efectuarla  en el rezo de arbit del miércoles, en este caso.
Hay que tener en cuenta que  Purim es una celebración festiva y carnavalera en la que se intercambian regalos y se permiten excesos en la comida y la bebida (sin emborracharse).
Miércoles 20 de mazo de 2019- 13 Adar Bet 5779 – Taanit Esther. Ayuno menor, que recuerda que en este día Esther decidió revelarse al rey su origen judío. Por lo que pidió apoyo espiritual a la comunidad.
Jueves, 21 de marzo de 2019-14 de Adar Bet 5779: Purim.
Viernes, 22 de marzo de 2019-15 Adar Bet 5779: Shushán Purim.

viernes, 15 de marzo de 2019

Recuerda

Este Shabat se inicia la lectura del tercer libro de la Torá, Vayikrá, cuyo primer capítulo se refiere a todo lo concerniente a las ofrendas, su observancia y procedimientos, así como otros aspectos relacionados con las prendas usadas por los kohanim en sus oficios en el Tabernáculo o Mishkán. El libro Vayokrá comprende diez porciones o parashiot: Vayikrá,  Tsav, Shemini, Tazría, Metsorá, Ajaré-Mot, Kedoshin, Emor, Behar y Bejukotay. 
El Shabat que precede a Purim, que es el que nos ocupa en este modesto comentario, se denomina Shabat Zajor, pues en el mismo se da lectura en la Torá a la parashat Vayikrá.
Según la opinión de la mayoría de las autoridades rabínicas, la lectura de esta parashá es un precepto de la Torá, por lo tanto es necesario que el oyente se concentre en cumplir con el mandato de la Torá de recordar ataque de Amalek cuando salimos de Egipto. Por supuesto, también el oficiante debe concentrarse en que su lectura sirva para todos aquellos que la están oyendo.
La persona que por algún percance no pudo concurrir a la sinagoga este Shabat y por lo tanto no oyó la lectura de la parashat Zajor, debe concentrarse en cumplir con el mandato de la Torá de recordar el ataque de Amalek cuando oiga esta porción en la parashá de Ki Teze, en el libro de Debarím. En este caso, debe pedirle al hazán que da lectura a la Torá que se concentre en hacerlo cumplir con esta obligación. Escribe Rabí Ovadia Yosef, z”l, que aún así será apropiado que lea esta porción en un pentateuco común.

viernes, 8 de marzo de 2019

La conclusión e inauguración del Mishkan


(21) Éste es el recuento de lo gastado para el Tabernáculo, el Tabernáculo del Testimonio, según la cuenta efectuada por orden de Moisés y bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. (22) Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Jur, de la Tribu de Judá, había hecho todo lo que el Eterno le había ordenado a Moisés, (23) con la ayuda de Aholiab, hijo de Ahisamac, de la Tribu de Dan, hábil escultor y dibujante de tejidos de lino fino torzal, experto en teñido celeste, púrpura y carmesí…
Con esta parashat Pekudé (Shemot 17:17-18-13) finaliza el ciclo de la lectura del Segundo Libro del Éxodo o Shemot y en ella se nos explica   todo sobre la inauguración del Tabernáculo, como adelantamos en una entrega anterior.
Siguiendo con nuestro breve y modesto comentario de la parashat, nos hacemos eco del estudio que de la misma hace el rabí Mordejay Babor, quien señala, entre otras cosas, que “de manera oculta están marcadas aquí las cifras de los años que durarán en pie los dos santuarios mayores-los beth hamikdash-erigidos muchos años más tarde. El primero duró 410 años, exactamente lo que suma la palabra Mishkán y el segundo estuvo- hasta ser destruido-420 años, equivalentes a la suma de las palabras el Mishkan, más sus cinco letras. Es para señalar esta velada revelación que el versículo repite dos veces la expresión Mishkán, aludiendo a los dos templos que existirían”.

domingo, 24 de febrero de 2019

"No encenderéis fuego en vuestras moradas en Sábado"


35 (1) Y Moisés reunió a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: “Estas son las cosas que ordenó hacer el Eterno: (2) Seis días trabajarás y en el séptimo descansarás, pues será día santo, es decir, dedicado al Eterno. Todo el que haga un trabajo ese día será muerto. (3) No encenderéis fuego en vuestras moradas en Sábado”.
(4) Y le dijo Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel: “Esto es lo que ordenó el Eterno: (5) Brindad vuestra ofrenda al Eterno. Todo hombre de corazón generoso traerá la ofrenda al Eterno. Oro, plata y cobre bruñido; (6) tejidos teñidos de celeste, púrpura y carmesí; lino fino, pelo de cabra, (7) pieles de carnero teñidas de rojo, cuero de tejones y madera de acacia; (8) y piedras de ónice y piedras de engarce para el efod y para el pectoral…
En esta parashat Vaiak-hel (Shemot 35:1-40:38; Haftará Reyes 1/7:13-7:26), que se lee esta semana, se nos narra la inauguración del Mishkán o Tabernáculo en el desierto. Ya había transcurrido casi un año desde la salida de Egipto y con las donaciones de cada uno de los hijos de Israel y la dirección arquitectónica de Betsalel y Aholiav, se termina la obra. Corresponde a Moshé supervisar y bendecir dicho trabajo, de tal suerte que la belleza de la construcción no quedara en la simple apariencia, y que su dimensión espiritual quedara garantizada.

domingo, 17 de febrero de 2019

El tributo del medio Shekel


(11) Y le dijo el Eterno a Moisés: (12) “Cuando cuentes el número de los hijos de Israel, cada uno ofrecerá al Eterno un rescate por su alma para que no sufran plaga por el empadronamiento. (13) Para ello, cada cual pagará medio siclo sagrado (Shekel HaKodesh) de 20 gueras el siclo, que será ofrenda al Eterno. (14) Todo el que fuera censado, o sea, de 20 años para arriba, daría tal ofrenda al Eterno. (15) Esta contribución para el Eterno será igual para el rico y para el pobre, para perdonar sus almas. (16) Tomarás los aportes por los rescates y los pondrás para sufragar el servicio del Tabernáculo, y será para los hijos de Israel como memoria al Eterno como expiación de sus almas.
(17) Y le dijo también el Eterno a Moisés: (18) “Harás un pilón de cobre bruñido para las abluciones con un pedestal también de cobre bruñido, pondrás el recipiente entre el Tabernáculo y el altar y echarás allí el agua. (19) Aarón y sus hijos se lavarán sus manos y sus pies en el pilón. (20) Lo harán al entrar en el tabernáculo para no morir al aproximarse al altar para el servicio del holocausto al Eterno. (21) Se lavarán manos y pies para no morir, y será ley eterna para ellos y sus descendientes”.
En esta parasha Ki Tisa (Shemot 30:11-34:35), que se lee esta semana, se señalan, entre otras cosas, las normas del empadronamiento o confección del censo de los hijos de Israel, a partir de los 20 años de edad, y sobre la obligación del tributo del medio siclo sagrado o shekel hakodesh, que incumbe a pobres y ricos. Una contribución en prenda de rescate para redimir los pecados cometidos, pero también para el sostenimiento del servicio del Tabernáculo. Igualmente, se refiere a las normas de pureza o de limpieza que debían regir antes de acceder al Tabernáculo por parte de Aarón y sus hijos, o sea de los kohanim. Una ley perpetua para todas las generaciones. Igualmente, describe la composición de la unción santa, que debía ser preparada por expertos perfumistas. Describe la composición del incienso aromático, que constaba de once especias y que se repite diariamente en los rezos de shajarit y minjá.

lunes, 11 de febrero de 2019

Como el aceite de oliva puro


(20) “Y ordenarás a los hijos de Israel que te traigan aceite de oliva puro para encender una luminaria perenne (la lámpara del candelabro). (21) En el Tabernáculo de reunión, fuera del velo tendido delante del testimonio, Aarón y sus hijos lo prepararán (el candelabro), desde la tarde hasta la mañana, para que arda ante el Eterno como Ley perpetua para las generaciones de los hijos de Israel.
28 (1) Y tú acercarás a tu hermano Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para hacerlo sacerdote para Mí. Llama pues a Aarón  y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón. (2) Y harás vestiduras sagradas para tu hermano Aarón, por razones de dignidad y esplendor. (3) Y les dirás a los hombres diestros y sabios de corazón que hagan tales vestiduras que santificarán a Aarón haciéndolo sacerdote para Mí. (4) Y estos son los vestidos que harán: pectoral, efod, manto, túnica a cuadros, turbante y cinturón. (5) Utilizarán para ello oro y telas teñidas de celeste, púrpura y carmesí, y también lino.
(6) Y harán el efod de oro, celeste, púrpura y carmesí, y lino torzal y será obra de artífice. (7) Tendrá dos hombreras unidas en sus dos extremos…”.

martes, 5 de febrero de 2019

La caridad iguala a todos los mandamientos


“Habla a los hijos de Israel para que tomen para Mí una ofrenda, y esta será la ofrenda que ellos tomarán: oro, plata y cobre”. De esta manera comienza la lectura de la parashat Terumá (Shemot 25:1-27:19), que leemos esta semana (Shabat, 9 de febrero de 2019/4 Adar Alef 5779), en la que se aborda la disposición de la ornamentación del Mishkan o Tabernáculo y posteriormente del Santo Templo de Jerusalem. Asimismo, trata sobre la disposición de las ofrendas diarias.
Nuestros sabios se preguntaron, según comentario del rabí Abraham BeHaim, ¿por qué el término Veikju (ellos tomen) usado en el texto? La palabra Veitenu (ellos den) es más aceptable. Asimismo, explican que cuando nosotros damos la cantidad de nuestras propias posesiones, nosotros estamos en realidad tomando o recibiendo para nosotros mismos. La bendición más grande que D-s dio sobre nosotros es la oportunidad de dar (tzedaká). Sin duda un maravilloso e inconmensurable regalo. Por medio del acto de dar, de ser generosos con nuestros semejantes y, particularmente, con quienes más lo necesitan, somos salvados de la muerte (Proverbios 10:2). El Talmud nos indica que “la caridad iguala a todos los demás mandamientos (Babá Batrá, 9). Esta es realmente la fuente de las oportunidades no importa que “aun un hombre  pobre está sujeto a la caridad y debería proveer caridad (Talmud Guitín, 76).
No obstante, se establecen diferentes niveles de la caridad: hay tzedaká de oro, de plata y de cobre. Cuando una persona prospera y goza de buena salud da de sí mismo a los demás, y procura que los demás le den, su ofrecimiento es considerado como oro. Pero si él contribuye solamente porque está enfermo o temeroso, o porque es forzado por la presencia de otras personas, su caridad equivale a la plata. Y si él da porque es solamente su última voluntad y testamento, esta ofrenda es menos valiosa y es equiparada al bronce.