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domingo, 23 de diciembre de 2018

Y estos son los nombres...


Esta semana iniciamos la lectura del segundo libro de la Torá, Shemot, que consta de 11 porciones o parashiot: Shemot, Vaerá, Bo, Beshalaj, Yitro, Mishpatim, Teruma, Tetsave, Ki-Tisa, Vayak-Hel y  Pekude.
El libro Shemot ó Éxodo contiene 1.209 versículos, donde se narra uno de los principales acontecimientos  del pueblo judío, la salida de Egipto. Este libro se divide en dos partes: una de carácter histórico y la otra de tipo legislativo.
La sección histórica comprende la vida de los hijos de Israel en Egipto; la infancia, vocación y misión de Moshe Rabenu;  la liberación del pueblo judío; su peregrinación por el desierto y la construcción del Mishkán o Tabernáculo.
La parte legislativa comprende una serie de leyes civiles, morales y religiosas, principalmente el Decálogo o Diez Mandamientos, que se trocaron en leyes universales para toda la Humanidad hasta nuestros días. Sin embargo, dejando a un lado las controversias e interpretaciones históricas y posteriores aclaraciones arqueológicas, la base fundamental de este segundo libro se identifica con la revelación del Sinaí y la Ley Mosaica.
Hay que tener en consideración que el Éxodo o Shemot está considerado como uno de los más importantes libros del Jumash (Pentateuco) por su contenido histórico y por representar gran parte del ordenamiento legal civil y religioso del pueblo de Israel.
Este segundo libro de la Torá comienza con la exposición de los nombres de los hijos de Yaakov Avinu. El Midrash (Shemot Rabbá, I) atribuye esta repetición al hecho de que ellos se mantenían fieles a las enseñanzas de los Patriarcas en medio del Egipto idólatra. De estos nombres debería surgir un pueblo que más tarde portaría el estandarte del Judaísmo.

Fuentes: Humash HaMerkaz, Centro Educativo Sefaradí de Jerusalem (Israel).

domingo, 26 de agosto de 2018

Cada judío es responsable por los otros


Esta parashat Nitsavim-Vaielej (Devarim 29:9-31:36) nos introduce en Rosh Hashaná y despide el año precedente. Al final de sus días, el preclaro Moshé Rabenu deja a su pueblo al que ha conducido durante cuarenta años a través del desierto, como un padre a sus hijos. Él sabía qué decir y su deseo final y testamento está preparado para ser impartido a su pueblo. 
En opinión del rabino S.Benzaquén, “esto resuena hoy más que nunca. Mirando hacia el pasado, él debe usar cada minuto que le queda de su vida para impartirles las direcciones del pasado, para asegurar un futuro duradero, para las generaciones venideras”.
“La única forma-añade-en que podemos garantizar que esto se transmita en forma directa es que cada uno escuche el mensaje de participación. –Tú estás firme este día-.Es un día de juicio. El futuro es brillante y prometedor sólo cuando ellos nunca olvidan las lecciones del pasado y solamente fue la falta de unidad lo que perjudicó sus objetivos. El plan maestro para su éxito habrá de ser:-Hacerlos participar en el acuerdo.-Moisés habló de todas las categorías de judíos. Desde los jefes de sus tribus hasta los aguateros. La única oportunidad para el pueblo judío de llegar a cumplir este acuerdo y poder mirar hacia un futuro exitoso habría de ser el estar cohesionados. A partir de ese día ningún método que no fuera la responsabilidad mutua podría tener éxito. Es esta interrelación de responsabilidad mutua del Kol Israel Arevim ze lazé (cada judío es responsable por los otros) entre los distintos estratos de nuestro pueblo.-Este día antes del gran día del juicio debemos emerger victorioso contra todos los adversarios espirituales y físicos-".


“Digo hoy al Eterno, que vine a la Tierra que Él juró a nuestros padres hacernos heredar…"


En esta porción Ki Tavo (Devarim 26:1-29:8) leemos: “Será que cuando entres en el país que el Eterno, tu D-s, te dé por heredad y la poseas y mores en él, tomarás las primicias de todo el fruto del suelo, las pondrás en el cesto e irás al lugar que eligió el Eterno, tu D-s, para hacer morar su nombre allí..”. (Devarim 26:12).
Esta parashat comienza con el término hebreo Vahaiá, que significa “Y será”.
Nuestros sabios señalan que esta manifestación indica una situación feliz. ¿Acaso existe una satisfacción mayor que la llegada del pueblo judío a Eretz Israel?"
Esa alegría de acceder a la Tierra Prometida se asocia con la labor de sembrar, arar y cosechar. Seguidamente, los hijos de Israel elevan los primeros frutos de su trabajo como ofrenda de gratitud al Todopoderoso en el lugar elegido por Él, “para hacer morar Su Nombre allí”.
La trascendencia e importancia de esta ceremonia se ve enfatizada y subrayada por el hecho de que al llevar las ofrendas al Sagrado Templo de Jerusalem el agricultor deberá pronunciar los versículos referentes a la historia del pueblo judío.

domingo, 19 de agosto de 2018

Reforzar los lazos familiares


 Los tres párrafos que dan comienzo a esta parashat (Devarim 21:10-25-19) tratan de situaciones familiares únicas, es decir: el soldado que se enamora de una chica enemiga, el hombre que tiene dos esposas, una amada y otra despreciada, y el hijo rebelde, según escribe el rabí Sam Kassim.
Agrega el comentarista que “en tiempos pasados estas situaciones eran muy raras. Sin embargo, recién en la actualidad podemos realmente comprender la Torá. Hoy en día en Israel existen algunos judíos que brindan tratamiento especial a prisioneros de origen no judío. Contamos además en Israel con una institución de segunda “esposa” cuyos derechos están protegidos por ley. Y, finalmente, predominan los chicos rebeldes que eligen no seguir los pasos de sus padres”.
“D-s nos dice-añade-cómo conducirnos con las situaciones presentadas arriba y esto asegura la preservación de la sociedad que se rija de acuerdo a la Torá y esté basada en el mutuo amor, paz y tranquilidad. Una parashat tan repleta de mitzvot, ubica a la familia cono sine qua non ante los demás preceptos que aparecen en el capítulo, para decirnos que debemos reforzar nuestros lazos familiares, nuestros lazos comunitarios, nuestra tradición sefaradí y nuestra herencia judaica para garantizar la perpetuidad del Judaísmo en las generaciones futuras”.

domingo, 12 de agosto de 2018

"Los jueces son para ti"


“Jueces y Policías has de instalar”. La administración de justicia y la defensa de los derechos humanos conforman un valor esencial del Judaísmo, según se desprende del contenido de la parashat que leemos esta semana Shofetim (Devarim 16:18-21:9). Cuando la humanidad se encontraba todavía inmersa en el oscurantismo político y social, regida por los que detentaban el poder de la fuerza bruta, la Torá ya legislaba al pueblo de Israel con las reglas básicas de la Justicia y el Derecho.
Según escribe el rabí Mordejai Babor, “hay gente que considera que las leyes de la justicia son para los demás. Por esto, la Torá señala que “los jueces son para ti”.
La institución jurídica judía consta de tres cuerpos legislativos: la Corte Suprema de Justicia (Sanhedré Guedolá), integrada por 71 miembros y tenía su sede en Jerusalem; el Tribunal General (Senhedré Ketanna), con 23 magistrados; y el Juzgado Común (Bet Din), compuesto por tres jueces y rige en cada población. Esta última institución pervive hasta hoy en día y es competente en  los asuntos civiles y económicos, así como de otra naturaleza.
Por otro lado, a grandes rasgos, cabe señalar que la parashat de esta semana comprende una serie de pautas en la aplicación de las garantías procesales derivadas de la instrucción y desarrollo de un juicio, de tal manera que prohíbe la aceptación de sobornos y las preferencias en el juicio, la prevaricación. Regula los requisitos indispensables para la celebración y validez de un juicio, con la presencia de testigos.


domingo, 5 de agosto de 2018

"Mira que hoy pongo ante vosotros una bendición y una maldición"


“Mira que hoy pongo ante vosotros una bendición y una maldición. La bendición es válida si cumplís mis mandamientos del Eterno vuestro D-s que hoy os imparto y la maldición os valdrá si no cumplís los mandamientos del Eterno vuestro D-s y os apartáis de Su camino para ir tras otros dioses que no conocisteis”.
Una de las cuestiones fundamentales que se aborda en esta parashat (Devarim 11:26-16:17) se refiere a los preceptos de carácter social, en lo concerniente a las relaciones de la persona para con su prójimo y de ambos frente a la sociedad y, en este punto, la Torá establece un conjunto de reglas y normas sobre la ayuda mutua, la justicia y la honestidad.
En la vida cotidiana, según señala Meir Tuvy (Centro de Estudios Sefaradíes de Jerusalem), “nos encontramos con personas que tras haber trabajado honradamente durante años, llegaron a una holgada posición económica. Pero al pedírseles ayuda para los débiles o necesitados, se niegan rotundamente. Alegan que el dinero es sólo de ellos y nadie puede obligarles ayudar  a los pobres o prestarles dinero, o apoyar económicamente una obra benéfica”.
Agrega que “Ramban (Najmánides) acota: -Si no se ayuda al necesitado, nos asemejaríamos a los habitantes de Sodoma y Gomorra. El mundo no tendría razón alguna de existir ya que su construcción y existencia se basa en la ayuda mutua y la misericordia-"
“Para evitar que el mundo sea un caos desde el punto de vista social-añade Meir Tuvy-, fueron ordenados en la Torá muchos preceptos con la finalidad de que el hombre ame y ayude al prójimo”.
En esta parashat, además, leemos: “Al cabo de siete años harás remisión, y ésta será la manera de la remisión: Todo acreedor remitirá lo que hubiere prestado a su prójimo, no exigirá de su prójimo o de sus hermanos, por haberse pregonado la remisión del Señor…”. (Devarim 15:1-2)”.

domingo, 29 de julio de 2018

Los mandamientos que el hombre pisa con sus calcañares



“Vehaiá ékev tishmeún” –“Y será cuando escuchares”-, conforme señala Rashi, esta porción Ékev (Devarim 7:12-11:25) se refiere a los mandamientos que el hombre pisa con sus calcañares. Entonces D-s los colmará de bendiciones y guardará el pacto de los patriarcas para darle todo lo bueno. 

Según escribe el Rab Iehoshúa S. Hilu, “el Rey David dice en el Libro de los Salmos (Capítulo 49): -La transgresión de mis calcañares me rodeará- Comentan nuestros sabios que el Rey David dijo:-no me preocupo por las transgresiones graves pues estoy seguro de que me cuido de ellas, pero las transgresiones ligeras que el hombre pisa con sus tobillos son las que me rodearán en el mundo de la verdad-“.
En la Guemará Baba Batra 16 indica el rabí Levi: “El Satán y Peniná, compañera de Janá cuando criticaron el Satán a Job y Peniná a Janá, con fines buenos lo hicieron. Así lo explicó el rab Aja ben Iakov de Papunia: vino el Satán y lo besó en su pie. ¿Por qué lo besó en el pie y no en la mano o en otra parte?
En Yom Kipur, al final de la Amidá decimos el Vidui (Confesión): “Por el error que cometimos ante Ticon el iétser hará”. Todas las transgresiones:¿su origen hay que atribuirlo al instinto malo? Si D-s quiere que hagamos lo bueno, que cumplamos con los mandamientos: ¿cómo es posible que aquí haya creado un ángel para desviarnos del camino recto? Lo cierto es que D-s creó al Satán para que él cumpla con su meta de hacer la voluntad de D-s.

miércoles, 25 de julio de 2018

Inmutable y eterna


Este Shabat (Najamú), que sigue al 9 de Av, leemos la parashat Vaet-janan (“Y le supliqué al Eterno…”). En relación con el primer versículo de esta porción semanal (Devarim 3:23-7:11) se exponen las  10 manera  de rezar a D-s. Cada una de estas maneras expresa un sentimiento, un estado de ánimo y una expectativa distinta. Estas diez formas de dirigirnos a D-s son las siguientes: clamor, rogar, acudir, gemir, rezar, cantar, insistir, apelar, postrarse y suplicar. Esta última expresión, según escribe el rabí Mordejai Babor, “manifiesta una petición de gracia, aunque sea inmerecida. Y esto lo intentó Moshé en última instancia, implorando a D-s que lo indultara”.

Por su parte, el Midrash señala que Moshé realizó 515 rezos, por los que pedía a D-s que lo dejara entrar en la Tierra de Israel. Sin embargo, el Eterno le ordena que no siga insistiendo.
En esta parashat se alude a los Diez Mandamientos, al cumplimiento de la Tora, de todos sus preceptos y se advierte que la Torá es invariable e inmutable, que no se puede reducir ni ampliar. Es decir que no se pueden agregar ni quitar de sus 613 preceptos o mitzvot (365 negativos y 248 positivos). Viene al caso uno de los 13 principios de la Fe, que señala que “D-s no cambiará ni trocará su ley sustituyéndola por otra”.
Los Diez Mandamientos representan una síntesis de la ideología judía y constituyen la base de la Civilización Humana. Constan de 620 letras alusivas a los 613 preceptos básicos, más los siete que los sabios de Israel  instituyeron más tarde.


Tres categorías

Los preceptos se agrupan en tres categorías: los relacionados con las celebraciones o fiestas (Pesaj, Shavuot y Sucot; Rosh Hashana y Yom Kipur), y rituales como el Brit Milá o la Circuncisión, rezar, comer kasher, el Kidush, la Mezuzá..; los relacionados con cuestiones legales vinculadas a la conducta como amar al prójimo, formar una familia, no robar, no matar, no mentir ni difamar, etc., y aquellos decretos que no tienen una explicación aparente como la prohibición de mezclar leche y carne o lana o lino.

jueves, 12 de julio de 2018

"El que formula un voto se predispone a la transgresión"


Con la parashat Matot-Masé (Bamidbar 30:2-36:13) que leemos esta semana concluye la lectura del cuarto libro de la Torá, Bamidbar (Números), y la misma comienza aludiendo a las leyes relativas a las promesas, votos y juramentos que fueron hechos por Moshé a las cabezas (matot) de las tribus de los hijos de Israel. En este aspecto cabe preguntarse, según escribe el rabí Mordejai Ben Moshé Maarabi, qué necesidad tenía Moshé de transmitir, “especialmente”, esta parashat concerniente a las promesas a los líderes de las tribus de Israel. 

Este aspecto lo explica el sabio Rabí Moshé Sofer, autor del “Jatam Sofer” (1762-1839), quien le da el siguiente sentido: es costumbre que “rashé hamatot”, los dirigentes y askanim en general, prometen y aseguran a las multitudes diferentes promesas grandes y pequeñas, e incluso hasta se juramentan por el cumplimiento de sus palabras, y resulta al final que no cumplen siquiera una ínfima parte de sus promesas, alegando vagos motivos y falsas excusas. Una amarga realidad es, que precisamente, quienes dirigen a una comunidad, quienes deberían ser ejemplo y servir de modelo al pueblo tanto en sus actos como en sus atributos, se permiten ellos mismos alterar sus compromisos, borrando aquellas promesas formuladas en público ante su pueblo. En consecuencia, la Torá se dirige y previene rigurosamente y solemnemente a cada uno de las cabezas de las tribus: “No ha de violar su palabra conforme a todo lo que saliere de su boca deberá hacer”.
Así las cosas, todo líder de Israel debe ser especialmente cuidadoso y afinar permanentemente su propio sentido de la audición, para escuchar muy bien, todas aquellas cosas que son dichas sobre él, en los más variados espectros de la comunidad y tomar conocimiento de las necesidades inmediatas que requieren las masas por él lideradas; “y así, de acuerdo a su capacidad de escucha, sostendrá e incrementará en todo momento su actuación para el bien del pueblo, de su comunidad y de todos sus integrantes”.
En el Talmud Babli, Nedarim 20, se detalla: “No te acostumbres a hacer votos y promesas. Finalmente, dejarás de cumplir tus juramentos”.
“El que hace votos es como si pecara, porque está escrito: Y si dejas de hacer votos, no tendrás transgresión” (Devarim, 23:23). O sea, el que hace un voto se predispone a la transgresión, según el tratado de Nedarim 77 (Talmud Babli o de Babilónico).

lunes, 25 de junio de 2018

Moshe vs Bilaam


Balak intenta destruir al pueblo de Israel, sabe que no podrá lograrlo mediante la guerra porque D-s está con ellos. Recurre entonces a Bilam, profeta de los gentiles que llegó a alcanzar el mismo grado de sabiduría y profecía como Moshe Rabenu.
Entendía Balak, según escribe Jack Suli, que podría por ello maldecir al pueblo elegido en el instante preciso que existe en cada día, que todos ignoraban, pero que sólo Bilam conocía. Hay un instante en el día que todo aquello que se pide se cumple. Y Bilam, sabedor de ello, lo intentó. Suli indica en su comentario de la parashat (Bamidbar 22:2-25-9) de este Shabat que “cabría preguntar por qué D-s concedió profecía a un malvado”. La respuesta reside en que el Todopoderoso demostrando Su equidad, de la misma manera que dio a Moshe Rabenu como profeta de Israel, así también dio a Bilam como profeta de los gentiles”.
Por su parte, Harav Yerahmiel Barylka, escribe que "esta parashá es tan importante que provocó una discusión entre nuestros sabios si debía o no ser incluida, toda o parcialmente, en la lectura cotidiana del Shemá, que finalmente no se autorizó. En la profecía de Bilam (23:22), hay referencia al Éxodo de Egipto y al reinado Divino y ella hubiera podido reemplazar la parashá de los tzitzit cuyo objetivo es similar, opinaron algunos. Según otros, su inclusión en la lectura diaria hubiera contestado a quienes mofándose querían afirmar que fue Bilam quien la incluyó en la Torá y no Moshé. Pero, prefiero pensar que independientemente de las razones de la exclusión, sean técnicas o estructurales, las palabras de Bilam ocupan un lugar fundamental en nuestra memoria histórica. Sus intenciones se vieron frustradas, porque confió que iba a encontrar al pueblo debilitado y en esa instancia hubiera podido maldecir y dañar”. 

Ma tovu

Agrega Harav Baryka que “estas profecías, tan importantes, no fueron proferidas por Moshé ni por ninguno de los profetas descendientes de Abraham sino por quien, nacido fuera del pueblo de Israel, alcanzó a ver lo que muchos miembros del mismo no verían jamás. Lo que percibió Bilam, no lo vieron los miembros de la generación del desierto. Su "ma tovu" es usado por nosotros en el comienzo de nuestras plegarias cotidianas al extremo que al pronunciarlas nos olvidamos de su autor. De Bilam aprendemos que la profecía no fue conferida con exclusividad al pueblo de Israel, que la revelación proviene de fuente divina y que no se trata de adivinación ni de predestinación. Hay en las profecías que hoy ya no tenemos, un factor subyacente y es que la libre determinación de los individuos acerca de quienes se realiza la profecía, influye en el tiempo y en el modo de su cumplimiento”. 

martes, 19 de junio de 2018

La base del sistema legal judío


19 (1) Y le dijo el Eterno a Moisés: (2) “He aquí el precepto que dispone el Eterno. Di a los hijos de Israel que te  traigan una vaca rojiza sin mácula alguna y sobre la cual no haya puesto yugo. (3). Se la daréis a Eleazar el sacerdote, quien la sacará del campamento y la hará degollar en su presencia. (4) Y Eleazar el sacerdote mojará su dedo en la sangre de la víctima y rociará siete veces el frente del Tabernáculo. (5) Luego hará quemar la vaca ante sus ojos. La piel, la carne y los excrementos serán quemados. (6) Y el sacerdote tomará un palo de cedro, hisopo y tinte carmesí y los echará en medio del fuego en que arde la vaca. (7) Después el sacerdote lavará sus vestiduras, se lavará con agua e irá al campamento pero será considerado impuro hasta el atardecer. (8) Y el que quemó el animal también lavará sus vestiduras, se lavará con agua y será impuro hasta el atardecer. (9) Y un hombre que sea puro recogerá las cenizas de la vaca y las pondrá fuera del campamento en lugar limpio y las guardará, para la congregación de los hijos de Israel, para el agua de la expiación. (10) Y el que recogió las cenizas de la vaca lavará sus vestiduras y será impuro hasta el atardecer. Será ley eterna para los hijos de Israel y para los extranjeros que moran con ellos. (11) El que toque el cadáver de un hombre quedará impurificado durante siete días. (12) Deberá purificarse con las cenizas de la vaca rojiza al tercer día para quedar puro al séptimo día, pero si no se purifica al tercer día, no será puro al séptimo. (13) Quien toque el cuerpo muerto de un hombre y no se purifica, profana la morada del Eterno. Esa alma será extirpada del seno de Israel porque el agua de expiación no se roció sobre ese hombre, que permanece impuro. (14) Esa es la ley aplicable cuando un hombre muere en su tienda. Todo lo que hay en la tienda o entre a ella quedará impuro durante siete días. (15) Y todo recipiente descubierto que no tenga la tapa ajustada será impuro. (16) Y el que toque en el campo a un muerto por espada o  cadáver cualquiera o hueso de hombre o una tumba, quedará impuro por siete días. (17) Y para volver a purificarse, el impuro tomará cenizas de purificación (de las vacas rojizas quemadas) que echará en una vasija con agua corriente…”.

domingo, 3 de junio de 2018

Una generación perdida en el desierto


13(1) Y le dijo el Eterno a Moisés: (2) “Envía a hombres para que exploren la tierra de Canaan (C’náan) que di a los hijos de Israel. De cada tribu, mandaréis a un hombre, el principal de cada tribu”. (3) Y Moisés, por mandato del Eterno, envió a los jefes de los hijos de Israel desde el desierto de Parán (4) Y estos son sus nombres: de la tribu de Rubén, Samúa (Shamúa), hijo de Sacur (Zacur); (5) de la tribu de Simeón, Safat (Shafat) hijo de Jorí; (6) de la tribu de Judá, Caleb (Calev) hijo de Jefone (Yefuné); (7) de la tribu de Isacar, Igal (Yig’al); (8) de la tribu de Efraín, Oseas (Oshea) hijo de Nun; (9) de la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú; (10) de la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodí; (11) de la tribu de Manasés, Gadí hijo de Susí; (12) de la tribu de Dan, Amiel hijo de Guemalí; (13 de la tribu de Aser, Setur (Shtur) hijo de Miguel (Mijael); (14) de la tribu de Neftalí; Najbi hijo de Vofsí (15) de la tribu de Gad, Gueuel hijo de Mají. (16) Tales son los nombres de los hombres que envió Moisés a reconocer la tierra. Y a Oseas, hijo de Nun, lo llamó Josué (Yehoshúa). (17) Y envió a sus emisarios para explorar la tierra de Canaán diciéndoles: “Id por allí hacia el sur y subid a la montaña, (18), y ved cómo es la tierra y cómo son quienes la habitan, si son fuertes o débiles, pocos o muchos…”
La parashat Shelaj Leja (Bamidbar, 13:1-15:41) narra el triste e infortunado episodio de los espías que envió Moshé Rabenu para ver y explorar  Eretz Israel, quienes a su regreso presentaron un dictamen  desfavorable, lo que acarreó desánimo en el seno del pueblo. Tal impacto provocó dicho informe negativo que el pueblo se rebeló contra su líder y pidió volver a Egipto. Pero más triste fue el castigo ordenado por HaShem, consistente en que todas las personas mayores de 20 años morirían en el desierto y sólo la generación siguiente podría entrar en Eretz Israel que sus mayores habían despreciado.

martes, 1 de mayo de 2018

Las obligaciones de los kohanim y el respeto a los seres vivos


“Y dijo el Eterno a Moisés: -Habla a los kohanim, hijos de Aharón, y les dirás a ellos que a un alma no se impurificará en su estirpe-”. En estos términos, comienza el pasaje de la Torá de esta semana -sobre lo que Rashí nos acota-:”Diles - y les dirás –nos marca la obligación de los mayores en aleccionar y alentar a los más jóvenes”.
En esta porción Emor (Vayikrá 21-24), se abordan, entre otros asuntos, la figura y la función del sacerdocio desde tiempos inmemoriales, muy relevante en el Pueblo de Israel. Ya desde antes de que se instituyera este título y fuera conferido a los hijos de Aharón, el cometido lo cumplían, primero los primogénitos de las familias y luego de que éstos decepcionaron, se transfirió a los levitas, quienes siempre fueron considerados como los líderes espirituales del Pueblo de Israel. Sin embargo, la calidad máxima de santidad, D-s se la otorgó a Aharón y a sus hijos como un privilegio de responsabilidad eterna. Así pues, en esta porción se detallan los privilegios, condiciones y obligaciones del Kohen o de los kohanim.
La parashat Emor alude a las festividades de D-s, siendo la primera de ellas, el Shabat. El Shabat, lejos de ser un encierro y restricciones, constituye una fiesta para el hombre, para la mujer, para los niños y toda la familia. En este contexto se estipulan las demás festividades mayores de nuestro calendario, como Pésaj, Shavuot, Rosh Hashaná, Yom Kipur y Sukot. Entre Pésaj y Shavuot tiene lugar la cuenta del Omer. “Y contaréis siete semanas completas desde el día posterior al primer día de Pascua, o sea desde el día que trajisteis el ómer de la ofrenda alzada. Al cumplirse cincuenta días, o sea al día siguiente del plazo de siete semanas, ofreceréis una nueva oblación al Eterno..”.
En esta parashat se enumeran las normas éticas en el tratamiento y cuidado de los animales, y en evitar su sufrimiento y maltrato y prohíbe taxativamente la castración o mutilación de los mismos. Igualmente, dicta los fundamentos para la reparación de los daños causados al prójimo.

martes, 24 de abril de 2018

"Al extranjero tratarás como al nativo"

16 (1) Y el Eterno le dijo a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, los cuales habían muerto al acercarse al Eterno: (2) “Dile a Aarón, tu hermano que no entre en cualquier momento al santuario, detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el Arca para que no muera, por cuanto Yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio…”.
Esta parashat Ajare-Mot Kedoshhim se especifican las prohibiciones como la de ingerir la sangre de todo animal, dado de que la vida de la carne reside en la sangre, o hacer aquellas cosas que se hacían en la tierra de Egipto. Advierte sobre las normas de decoro y de pureza, poniendo el acento sobre la prohibición de descubrir la desnudez de los padres, hermanos o tíos, o de los familiares más cercanos, y sobre las relaciones sexuales ilícitas o abominables. La claridad de sus mandatos en esta materia es taxativa.
En lo concerniente a la porción Kedoshim se recuerda la observancia del Shabat y sobre la prohibición de la idolatría o rendir culto a ídolos o fabricar esculturas para tal fin. Igualmente, alude al precepto de la pea, de dejar las esquinas del campo o de las cosechas para los más necesitados, en las leyes de musar o de ética en las relaciones entre las personas, en los negocios, entre trabajador y empresario. Especial atención se presta a las leyes de pureza familiar y sobre la prohibición de acudir a nigromantes y adivinos.
"Y si un extranjero viva contigo en la tierra-advierte-no le engañaras, antes bien, lo tratarás como a un nativo, amándolo como a ti mismo, por cuanto extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto".
En esta parashat se detalla la obligación de ser justos en la aplicación del derecho y retoma la ordenanza de distinguir entre las bestias puras e impuras, o sea, en las leyes de Kashrut.

lunes, 16 de abril de 2018

El precepto del Brit Milá


12 (1) Y le dijo el Eterno a Moisés: (2) “Diles a los hijos de Israel. Si una mujer ha dado a luz un varón quedará impura siete días. Será impura como en el tiempo de su menstruación. (3) Y el día octavo será circuncidado el prepucio del niño. (4) Ella permanecerá durante treinta y tres días purificándose de su sangre. No tocará nada sagrado y no entrará en el santuario hasta que se cumplan los días de su purificación. (5) Pero si da a luz una niña, será impura durante dos semanas como en su menstruación, y sesenta y seis días permanecerá purificándose de su sangre. (6) Y al cumplirse los días de su purificación, ya sea por hijo o por hija, traerá al sacerdote un  cordero de un año por holocausto y un pichón de paloma o una tórtola por ofrenda expiatoria, a la entrada del Tabernáculo, ante el sacerdote…”.
Los conceptos de pureza o impureza que se citan en la Torá no deben entenderse como sinónimos de limpieza o suciedad, sino que se han de considerar como un estado de elevación o depresión espiritual que afectan al alma y no al cuerpo como resultado de distintas circunstancias o contextos.
La parashat Tazría (Vayikrá 12:1-8; 13:1-59), que leemos esta semana, aborda los aspectos relacionados con los estados de pureza e impureza, se presta especial atención al precepto del Brit Milá o de la circuncisión, que se cita en el versículo tercero: “…Y en el octavo día deberá hacerlo circuncidar…” Sobre este particular se describen cuatro motivos que explican las razones de por qué se prescriben los ocho días inmediatamente posteriores al nacimiento del varón. 

domingo, 25 de marzo de 2018

Las leyes de Kashrut


Al día siguiente de haber descendido Moisés del Monte Sinaí con las sagradas Tablas de la Ley fue ordenada la construcción del Mishkán o Tabernáculo, después de que se sellara el perdón divino con su pueblo. El hombre había impurificado el mundo con la idolatría al erigir el becerro de oro. Cuando llegó el arrepentimiento, sobrevino de inmediato la orden de levantar el Templo para albergar a la Shejiná o Presencia Divina en la Tierra.
La parashat de esta semana Shemini (Vayikrá 9:11) viene a determinar las leyes dietéticas del Pueblo Judío, dictamina por regla general sobre qué tipo de animal (mamífero, ave o pez) cuya carne es o no apta para consumir,  el compendio básico de las leyes de Kashrut que se mantienen hasta hoy en día. Es una ley de la Torá que no tiene una explicación, pero que es obligada cumplir, porque entronca con el ideal de pureza y con el mandato de ser puros, como lo es el Eterno (Ha’Kadosh Baruj Hu).
Los animales cuya carne es permitida ingerir son aquellos que tengan pezuña partida y sean rumiantes. De los peces, todos aquellos que tengan escamas y aletas, es condición indispensable para su consumo, por lo que están prohibidos los productos del mar que no reúnan tales requisitos. Basta que no cumplan una condición para que sea taref o no apto. También se fijan las aves que son comestibles: gallina, pato, perdiz…, entre otras;  y las que no. De los animales que vuelan están prohibidos el águila, el cuervo, el avestruz, el buitre, el milano, el murciélago, la gaviota… Ni que decir tiene que son abominación los animales que se arrastran por la tierra o los reptiles.

lunes, 5 de marzo de 2018

"No encenderéis fuego en vuestras moradas en Sábado”


35 (1) Y Moisés reunió a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: “Estas son las cosas que ordenó hacer el Eterno: (2) Seis días trabajarás y en el séptimo descansarás, pues será día santo, es decir, dedicado al Eterno. Todo el que haga un trabajo ese día será muerto. (3) No encenderéis fuego en vuestras moradas en Sábado”.
(4) Y le dijo Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel: “Esto es lo que ordenó el Eterno: (5) Brindad vuestra ofrenda al Eterno. Todo hombre de corazón generoso traerá la ofrenda al Eterno. Oro, plata y cobre bruñido; (6) tejidos teñidos de celeste, púrpura y carmesí; lino fino, pelo de cabra, (7) pieles de carnero teñidas de rojo, cuero de tejones y madera de acacia; (8) y piedras de ónice y piedras de engarce para el efod y para el pectoral…
En esta parashat Vaiak-hel (Shemot 35:1-40:38; Haftará Reyes 1/7:13-7:26) se nos narra la inauguración del Mishkán o Tabernáculo en el desierto. Ya había transcurrido casi un año desde la salida de Egipto y con las donaciones de cada uno de los hijos de Israel y la dirección arquitectónica de Betsalel y Aholiav, se termina la obra. Corresponde a Moshé supervisar y bendecir dicho trabajo, de tal suerte que la belleza de la construcción no quedara en la simple apariencia, y que su dimensión espiritual quedara garantizada.

domingo, 25 de febrero de 2018

Shekel HaKodesh


(11) Y le dijo el Eterno a Moisés: (12) “Cuando cuentes el número de los hijos de Israel, cada uno ofrecerá al Eterno un rescate por su alma para que no sufran plaga por el empadronamiento. (13) Para ello, cada cual pagará medio siclo sagrado (Shekel HaKodesh) de 20 gueras el siclo, que será ofrenda al Eterno. (14) Todo el que fuera censado, o sea, de 20 años para arriba, daría tal ofrenda al Eterno. (15) Esta contribución para el Eterno será igual para el rico y para el pobre, para perdonar sus almas. (16) Tomarás los aportes por los rescates y los pondrás para sufragar el servicio del Tabernáculo, y será para los hijos de Israel como memoria al Eterno como expiación de sus almas.
(17) Y le dijo también el Eterno a Moisés: (18) “Harás un pilón de cobre bruñido para las abluciones con un pedestal también de cobre bruñido, pondrás el recipiente entre el Tabernáculo y el altar y echarás allí el agua. (19) Aarón y sus hijos se lavarán sus manos y sus pies en el pilón. (20) Lo harán al entrar en el tabernáculo para no morir al aproximarse al altar para el servicio del holocausto al Eterno. (21) Se lavarán manos y pies para no morir, y será ley eterna para ellos y sus descendientes”.

jueves, 22 de febrero de 2018

Shabat Zajor

El Shabat que precede a Purim se le denomina Shabat Zajor, según se explica en la Halacha Yomit o Halajá del Día,  pues en el mismo se da lectura en la Torá no sólo a la porción semanal, este año parashat Tetzaveh, sino también se lee la porción de zajor:"Recuerda lo que te hizo Amalek cuando saliste de Egipto", en otro rollo de la Torá, por lo tanto en este Shabat se extraen dos Sefarim Torá del arca.
De acuerdo con el criterio de la mayoría de las autoridades rabínicas, la lectura de esta parashá es un precepto de la Torá, por lo tanto es necesario que el oyente se concentre en cumplir con el mandato de la misma de recordar el artero ataque de Amalek cuando salimos de Egipto. Por supuesto, también el oficiante debe concentrarse en que su lectura sirva para todos aquellos que la están oyendo, se indica en el comentario de la Halacha Yomit.
La persona que por algún percance no pueda concurrir a la sinagoga este Shabat y por lo tanto no oye la lectura de la parashat Zajor, debe concentrarse en cumplir con el mandato de la Torá de recordar el ataque de Amalek cuando oiga esta porción en la parashá de Ki Teze, en el libro de Debarím. En este caso, debe pedirle al hazán que da lectura a la Torá que se concentre en hacerlo cumplir con esta obligación. Escribe Rabí Ovadia Yosef, z”l, que aún así será apropiado que lea esta porción en un Jumash común.

domingo, 18 de febrero de 2018

Como el aceite de oliva puro e insoluble


(20) “Y ordenarás a los hijos de Israel que te traigan aceite de oliva puro para encender una luminaria perenne (la lámpara del candelabro). (21) En el Tabernáculo de reunión, fuera del velo tendido delante del testimonio, Aarón y sus hijos lo prepararán (el candelabro), desde la tarde hasta la mañana, para que arda ante el Eterno como Ley perpetua para las generaciones de los hijos de Israel".

28 (1) "Y tú acercarás a tu hermano Aarón y a sus hijos de entre los hijos de Israel, para hacerlo sacerdote para Mí. Llama pues a Aarón  y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón. (2) Y harás vestiduras sagradas para tu hermano Aarón, por razones de dignidad y esplendor. (3) Y les dirás a los hombres diestros y sabios de corazón que hagan tales vestiduras que santificarán a Aarón haciéndolo sacerdote para Mí. (4) Y estos son los vestidos que harán: pectoral, efod, manto, túnica a cuadros, turbante y cinturón. (5) Utilizarán para ello oro y telas teñidas de celeste, púrpura y carmesí, y también lino".

(6) "Y harán el efod de oro, celeste, púrpura y carmesí, y lino torzal y será obra de artífice. (7) Tendrá dos hombreras unidas en sus dos extremos…”.
En la parashat  de esta semana, Tetzavet, Shemot, 27:20-30:10), no aparece el nombre de Moshé, algo que no ocurre en ninguna otra, salvo en el libro Devarim, desde su nacimiento, según explica el rabí Mordejai Babor, y como ya hemos visto en otras ocasiones.